Parecía una nueva vida. Irene llevaba sin beber 9 días seguidos e iba a un grupo de alcohólicos o algo así. Resulta que donde cayó desmayada era una tienda 24h de autoservicio, la chica que estaba ahí decidió ayudarla en vez de llevarla a la policía.
La cuidó toda la noche y en cuanto despertó empezaron a hablar, Irene le contó su problema con la bebida y su nueva amiga le ofreció apoyo. Desde entonces la exalcoholica va de madrugada a la tienda a una terapia.
Una de las cosas que tenía que superar para poder afrontar su problema era estar 15 minutos mirando el estante de bebida sin tocar ni una sola botella.
Al cabo de unos días los retos empezaron a tener recompensas y por cada uno que superaba, su amiga (o algo más) le daba un beso.