Un secreto revelado con un regalo inesperado

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___ llegó a tiempo al castillo. Si llegaba tarde la bruja blanca llegaba a sospechar que ya haya roto el hechizo.

Se hizo de noche cuando llegó
—¿En donde estabas?— Preguntó de manera fría cómo siempre lo hacía cuando rompía las reglas.

—Solo fui a la casa del tejón a congelar su hogar y a ellos— Fingió una cara perversa. En realidad sí hizo semejante cosa pues sabía que ella lo comprobaría.

Aunque ___ se sentía terriblemente culpable. Fingir ser cruel con su pueblo es algo tan malo e indescriptible.

—Está bien— dijo un poco más calmada —Pero ¿Cómo lo has conseguido hacer?— Preguntó alzándose de su trono llendo directamente con ella.

—Observandote, recuerda, soy un hada de la primera generación, significa que yo tengo magia— dijo ___ orgullosa pues aunque aún existian hadas, eran pequeñas gracias a una extraña cruza que hubo con enanos y ahora son un tipo de hada, como cuando cruzas dos tipos de perros creando una nueva y esta se mantiene por años. Solo vuelan y se dedicaban a cuidar los cultivos y casi nunca las puedes ver. Por eso las hadas de la primera generación son muy poderosas

—Pero cruzaste el toque de queda, querida— decía con una voz tan tranquila.

—Lo sé madre, lo lamento pero hubieras visto sus caras...— no pudo terminar de decir porque la bruja la abofetó

—¡Tu no tienes ningún derecho de romper mis reglas, te he dado todo! ¡Te rescate y te crié como parte de mi! Nunca te habías comportado así— se sentó y en su trono reflexionó con la mano en su frente —Nunca te ibas a comportar así, a menos que...—

___ sintió un poco de miedo y con una posición de defensa, pues su madre se acercaba, tomó su báculo del tamaño de su brazo con el cual siempre esta  y dijo la bruja —¿Desde cuándo se rompió? No. No contestes, dime, ¿Fue con las ardillas?—

___ sabía a lo que se refería y contestó —Sí, pero tranquila, madre, aún odio a Aslan— dijo fingiendo para no ser hechizada de nuevo.

—Bien pues mañana iremos a dar un paseo, si es cierto lo que dices romperemos esa estatua del tejón— dijo fríamente pero a la vez orgullosa.

(Edmund y tu) Las crónicas de Narnia: El león la bruja y el armarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora