Guerreras de Atena

Capitulo 9: Torneo Galáctico

Al día siguiente antes de que el sol saliera Eliani estaba fuera de la cama y había salido a trotar por el bosque, ya caso había olvidado el accidente de la noche anterior, solo puso música en su celular, un regalo de Saori quien recordó por alguna extraña razón el cumpleaños de Eliani quien estaba el 30 de julio, osea un día antes que ella y Nozomi quien estaba en 1 de agosto, osea un día después del cumpleaños de Saori.

-(Vaya,existe mucha música nueva la cual explorar)-
Observa el camino hacía el acantilado, leves rayos de sol ya se veían entra las ramas, luego de luchar consigo misma por un par de minutos decide ir a visitar las tumbas, están estaban mal cuidadas... Al parecer ya no venían a verlas tan seguido como antes, Eliani decide limpiarlas, tanto por el cariño como por la posibilidad de que Selena sea su madre. Va a la cuidad y con el dinero que juntaba vendiendo cosas, más lo que la fundación le daba por participar en el torneo logró comprar flores hermosas y esas azules que tanto le gustaban a Nozomi, antes de entrar en el bosque se encuentra con Nozomi de sorpresa

-Nozomi? Que haces afuera tan temprano?-
Le observa algo sorprendida mientras camina tranquilamente en dirección hacía el bosque

-Eso mismo digo yo, porque estas con tantas flores?...y esa ropa?... Estabas entrenando?!, acaso no entiendes que debes reservar tus energías?! En unas cuantas horas lucharas contra Midori en el torneo, puede parecer tranquila pero ambas sabemos que es muy poderosa!-
Observa las flores algo molesta pero curiosa, al no saber el porque Eliani llevaba tantas, pero de un segundo a otro una idea llega a su cabeza
-Las...tumbas...?-

Eliani asiente y sigue caminando, se logra dar cuenta que su prima le sigue tímidamente, al llevar a la tumba Nozomi se sorprende al ver el estado de las tumbas.

Tal y como Eliani, Nozomi recordaba a aquellas tumbas llenas de luz y alegría, flores por todos lado... Ahora, eran algo sombrías

-Nozomi y-yo... No se si deba decirte pero...-
Eliani cambiaba algunas de las flores mientras no observa a su prima en ningún momento.
-Existe la posibilidad... Yo bueno-
Suspira y dice con algo de tristeza, ya que no era capaz de decirle la verdad a Nozomi por ahora.
-Existe la posibilidad de que hoy... No lo sé, quizás no quiera luchar o cosas por el estilo, es muy difícil para mi porque Midori es como mi hermana, todas ustedes son como mis hermanas y no quiero hacerles daño...pero... Necesito esa armadura-

-No te preocupes, sabes que nadie toma personal la batalla... Al menos nosotras, solo debes dar lo mejor de ti, intentando no pensar en nada más-
Se acerca a la chica y le sonríe, poniendo su mano en el hombro derecho de Eliani, luego de conectar una mirada con ella de mucha complicidad y confianza se abrazan unos segundos
-Ahora terminemos las tumbas de estas pobres chicas, ya les habían abandonado al parecer, es algo horrible-

Eliani pensó en que, quizás esta tumba no pertenezca a su madre y a la madre de Nozomi, hasta no asegurarse de que esta teoría sea verdad, decidió guardar el secreto de todos, incluso Seiya o Hyoga en quienes más confiaba ademas de Nozomi.

Al fin la hora había llegado, los transportes estaban listos para ir hacía el estadio, Eliani antes de ir se posa en la tumba, comienza a irradiar un cosmos cálido y gentil

-(Selena...no se si eres mi madre, pero a pesar de todo se que fuiste una buena persona, lo puedo sentir... Por favor protegeme hoy, protege a Midori y no permitas que nada malo le pase a nadie, Ni a Shiryu ni a Seiya... Muchas gracias por tu ayuda)-
Al decir esto se levanta y hace una reverencia en respeto por la chica.

Si bien Eliani no era especialmente creyente, había sido criada como católica y más o menos... Casi nada, aceptado esta religión, creía más en que al momento de morir el alma de la persona volvía al cosmos o algo por el estilo, cosas extrañas para el resto del mundo.