La maldición de Sallowood

11. Kardeş

DAMIÁN POV

Nada.

No hay un solo rastro de los gemelos Townshend; los chicos del otro grupo me llamaron, no hallaron una sola pista o alguna prueba de que pasaron por estos lugares.

—Oye, no desesperes —Juli me habló desde atrás; su mano está en mi hombro, reconfortandome—. Hay dos orfanatos más cerca de Willow's hill, después podremos ir a investigar

Niego con mi cabeza.

—Después habrán más muertes Juli, debemos ir ya —contesté tranquilamente.

—Oye, Dam, sé lo importante que es esto para tí —Reece se posó al frente mío con sus dos brazos cruzados—. Pero sabes que Syd está mal, y yo sé que ella también te importa tanto o más que esto.

Reece tenía un punto.

—Vamos Dam, no importa el castigo que tenemos por delante. Apenas podamos, iremos a buscar más información en los orfanatos que faltan —Ty me da apoyo mientras palmea mi espalda.

—Está bien, vamos a casa —cedí y saqué las llaves de la camioneta.

—Oigan, ¿dónde están Noah y Mad? —preguntó Juli mirando a su alrededor.

Ya decía yo que algo me hacía falta.

MADISON POV

—¿Por qué nos alejamos? —pregunté a las espaldas de Noah.

—Quiero ver más de este lugar, creo que había un parque cerca de la entrada —hizo una pausa y volteó a verme—. Si no quieres ir, podemos regresar con ellos.

Sonreí, obviamente quería ir.

Comencé a caminar y él me siguió el paso.

—Mad, ¿Te gustan los columpios? —cuestionó con un tono de curiosidad.

—Me encantan, pero si me balanceo mucho termino mareada —respondí con una mueca.

—¿Y te mareas también si haces una carrera hasta ellos? —Miré su cara, tiene una ceja arriba y una sonrisa juguetona.

Río por el reto que acaba de proponer y me posiciono como corredora —Si quieres te doy ventaja, abuelo.

—No, me gusta ser justo —dice mientras se posiciona a mi lado—. Cuando diga "tres" arrancaremos; pero hagamos el reto un poco más interesante.

No sé si cuando pronunció las últimas palabras sentí emoción por iniciar o miedo.

—¿Qué más propones? —Noto como su sonrisa se expande un poco más al preguntarle eso.

—El segundo en llegar hasta los columpios del parque, o sea el perdedor, deberá hacer lo que el ganador pida —Esa era su propuesta, admito que sentí los nervios subir y bajar por mi columna.

—¿Cualquier cosa que el ganador pida?

—Sin objeciones —respondió asintiendo con su cabeza.

—Bien, comienza a contar —dije en espera de que comienze la carrera.

—¡Tres! —grita y sale corriendo hacia el parque.

Noah, estúpido imbécil, me jugó una trampa.

Reacciono y veo que Noah me lleva una gran ventaja. Comienzo a correr como puedo y aunque sea muy veloz, el señor "soy justo" ya está sentado en uno de los columpios.

—¡Eso fue trampa! —exclamé con enojo y me crucé de brazos.

Comienza a reír mientras palmea el columpio a su lado.