3. En nombre de May Lee

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Domingo de #LMSW

JULIETA POV

Salgo del baño con una toalla enrollada en mi cuerpo, necesitaba una ducha para relajarme un poco.

Después de vestirme, me siento en el pequeño mueble al frente de mi tocador. Miro mi rostro en el espejo, mis ojeras están más marcadas de lo común, tomo un poco de corrector y aplico este sobre las bolsas bajo mis ojos.

Las escenas que no me permitieron conciliar el sueño vuelven a mi mente, me atormentan una vez más. Las imágenes, los gritos y el sentimiento de culpa vuelven a mí, como si de una película de terror se tratase, como si estuviese atrapada en ese día.

Sin darme cuenta, estoy llorando de nuevo, mis ojos están rojos, mis uñas dejan marcas en mí. Respiro hondo una vez más, trato de orientarme y sigo con mi maquillaje.

No quiero verme como una diva, no me interesa, sólo quiero verme presentable.

Pasado un tiempo, me pongo mis zapatos y tomo una sombrilla. El día de hoy es gris, como el pueblo, como las personas, como mis pensamientos justo ahora.

Debo ir a la comisaría a dar mi declaración, me agendaron una cita para las 8:00 de la mañana, al ser una de las personas invitadas a la fiesta, la cual, se convirtió en una horrible escena del crimen, mi testimonio al parecer es relevante.

Después de ir a declarar, iré al funeral de May.

Me siento mal de sólo pensarlo.

—Mamá, ¿Me llevarás o tomo el autobús?

—Hola a ti también, ¿Cómo seguiste?

—Eso es lo de menos ahora, mamá, Solo quiero llegar a tiempo.

Su cara tiene cierta expresión de tristeza, Margaret suele tener mucha empatía.

—Me preocupo por ti y tu salud, eso no es algo menos importante, jamás —Una de sus manos viaja hacia mi mejilla y se posa ahí—. Desayuna, yo te llevaré.

A veces, me siento muy afortunada al tener una luz de esperanza en medio de tanta oscuridad.

...

TYLER POV

—No entiendo por qué debes presentarte en un lugar tan horrible, Ty, no eres un criminal por haber ido a esa fiesta —Espeta mi abuela agarrando uno de mis cachetes—. Te advertí que no fueras.

—Abue, te dije que mi amigos estarían ahí —Respondo con un dejo de sorpresa, parece que a mí abuela no le importa en lo mínimo la muerte de mi compañera—. Además, debía pedirle una disculpa a May.

—Te dije que dejaras la amistad con esos chicos, no son buenos para ti —Come un pedazo de tostada, al tomar un trago de café decide continuar—. No están a tu nivel, querido.

No sé cuántas veces lleva diciendo lo mismo.

—Como digas, abue —Termino mi desayuno y guardo mi billetera en mi bolsillo—. Ya me voy.

—No tardes en llegar a casa, cariño.

Si supiera que lo que menos quiero es volver.

—Está bien.

Respondí en voz alta antes de cruzar la puerta principal.

Me dirijo rumbo a la comisaría a paso lento, pensando, cómo es que todo se vino a la mierda en un parpadeo.

May no era una chica cualquiera, en realidad, aunque llegaba a ser un poco dramática a mi parecer, era una buena amiga. Por eso, me siento como una basura, ni siquiera pude disculparme con ella.

La maldición de SallowoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora