Transformers era la película elegida por Mase para esta peculiar noche de pijamas con un intruso importante.
Sentía su mirada cada tanto durante la película pero no volteaba a confirmarlo.
Prefería no entrar en pánico porque mi mente me estaba jugando una mala pasada pensando en lo que sucedería cuando mi hermano se vaya a dormir.
Dos de las tres cajas de pizzas fueron liquidadas a la hora y en este momento nos encontrábamos probando el helado.
Mason decide terminar de ver la película desde la alfombra, dejándonos a Kyler y a mi en el extenso sillón. Tuve que contenerme con todas mis fuerzas el exigirle a mi hermanito volver en medio de ambos. ¿Que era lo peor que podía hacerme? Dios no, mejor lo pensemos.
Me entretengo acariciando el cabello que Mase, quien tiene su cabeza apoyada contra el sillón. Quiero detenerme porque sé que si no lo hago Mase no tardará mucho en sumir ante el sueño y no sé que pueda llegar a pasar si él no se encontraba presente.
Siento movimiento alado, lo observo de reojo y me sorprendo al ver que se está moviendo más cerca a mi. Se estira y de repente bosteza, extendiendo su brazo detrás del respaldo. ¡Oh vamos! ¿La táctica del cine?
Esperen un momento.
¿Eso quiere decir que va a besarme? Me pongo nerviosa al instante. No, no va a hacer nada con mi hermano aquí. Mase es mi única salvación.
Tal y como si fuera una traición del destino, la película acaba y Mase se incorpora, bostezando.
—Tengo mucho sueño, Megi —rasca su cabeza y se inclina para presionar play en el control remoto que controla Netflix—. La siguiente ya comienza.
Muerdo mi labio para evitar rogarle que se quede aquí, que luego lo llevaba a rastras a su cama, que babee en mi hombre, que no me importaba. Sin embargo, Mase prácticamente desaparece de la sala en un abrir y cerrar de ojos.
De acuerdo. ¿Ahora que hago?
Mi mano vuela a las puntas de mi cabello para acariciarlo, producto de mi tick nervioso.
—¿Por qué estás nerviosa? —susurra muy cerca de mi rostro.
Trago saliva.
Es que si me besa no voy a poder parar. En este momento lo único que nos ilumina es la película, las luces de la casa están todas apagadas; el sillón está a nuestra completa disposición; las ganas que tengo de él son inimaginables. Esto requiere de mucha fuerza.
—Porque no sé que puedas hacerme —o hacerte yo a ti.
Suelta una pequeña risa que logra erizarme la piel.
—Nada que tu no quieras, puedo asegurartelo.
Niego con la cabeza, sin estar del todo convencida.
Siento su cálida respiración sobre mi cuello, poniéndome completamente nerviosa.
Deja un casto beso en mi cuello, luego otro y otro, dirigiéndose al pabellón de mi oreja. Muevo mi cabeza a un lado para darle más recorrido y es entonces cuando supe que había perdido el control.
—Kyler —susurro en un vano intento de hacerlo razonar. Esto no estaba del todo bien, había ganas y atracción, de eso no había dudas. Pero había tantas cosas por aclararnos.
—Eres un pecado, Megan.
Posa su mano sobre mi pierna desnuda y comienza a trazar caricias con sus dedos, creando aún más desorden en mis hormonas.
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El algoritmo de tu amor | PAUSADA HASTA 2022
Любовные романы"Tengo mil formas para enamorarte" ___________________ ¿La popular y el nerd? El amor no conoce de estatus sociales y ellos dos van a comprobarlo. Todas las historias tratan de las personas huyendo de sus amores pasados, de sus amoríos erróneos. ...