Solo un Poco de tu Corazón (Larry Stylinson) - PAUSADA

La Escuela del Pasado

La clase de Joey terminó y no me di cuenta de ni una sola palabra de lo que dijo. A juzgar por las risas, el mito de que sus clases son divertidas era una realidad, pero yo no le presté atención a ninguno de sus chistes. Me la pasé toda la clase pensando en él, en Louis, en Louis Tomlinson.

La idea simplemente no se me sale de la cabeza. Puede ser él, sus facciones han cambiado un poco con la pubertad pero su rostro es casi el mismo al del chico que fue mi amigo de niños. Debería hablarme y erradicar esta duda de una vez, el problema es que no sé qué palabras usar. No sé cómo acercármele ni como dirigírmele. ¿Pensará que soy loco? A lo mejor lo hará. Ni creo que me recuerde.

Me espabilé cuando todos ya estaban saliendo del salón de clases y el maestro estaba guardando sus cosas en su portafolio y borraba lo escrito en la pizarra.

-Styles. – Me llamó y yo entré en nervios. ¿Dos días y ya recibiré un castigo sin hacer nada? Esta escuela ha de ser estricta. Demasiado para mi gusto.

-¿Sí señor? – Contesté un poco asustado.

-No me digas señor, solo dime Joey. – En verdad es amigable. Creí que solo era una fachada para lograr congeniar con sus estudiantes.

-Bueno, seño… Joey. – Dije espabilándome. En serio todo el asunto de Louis me tenía distraído. Él solo se rió.

-Te noté un poco ido en clase – Me dijo. - ¿Estás bien? ¿Algo que te preocupe? – Para ser sincero, sí. Creo que acabé de encontrar a mi único amigo en el mundo en mi misma escuela. Pero es obvio que no le diría tal cosa.

-No – respondí. El solo me tomó del hombro y me ordenó que saliera. Yo obedecí y me dirigí a mi casillero para guardar mis libros de texto y sacar los deberes para casa. Me llevé una sorpresa tremenda. Louis era vecino de casillero mío. A dos casilleros del mío, él acomodaba sus textos en un orden extraordinario. Vi mi oportunidad pero se desvaneció cuando una chica de estatura mediana lo abordó por la espalda y lo abrazó.

No tengo idea alguna de porque sentí una puñalada en mi pecho cuando él se dio vuelta y le dio un beso en los labios, pero lo ignoré, ignoré el sentimiento y seguí hacia mi casillero. Ya ni pensaba entrometerme porque sería incómodo interrumpir el momento.

Puse la combinación y el sonido metálico rompió la atmósfera de la pareja. Mi corazón latía fuerte y la incertidumbre de si era el mismo Louis o no me tenía temblando. Puse un par de libros en mi mochila y volví a cerrar mi casillero. A lo que salía hacia la puerta para tomar el autobús él me llamó.

-Oye – Dijo él. Su voz seguía siendo aguda, pero lo suficiente para su edad. Yo solo me volteé. – Harry, ¿verdad?

Yo asentí. ¿Me habrá recordado? No lo creo. A lo mejor no fui muy importante para él como lo fue él para mí. Aún me produce algo el pensar que fue mi único amigo.

Estaba a la expectativa. Quería que me dijera que era él, que fuese el mismo Louis con el que pasé grandes momentos en mi niñez. Recordé la cara de felicidad de mi madre al verme jugar con él. Parece que nunca me di cuenta hasta hace poco que el ambiente social no fue lo mío y mi madre lo notaba. Creo que el verme con un amigo le hacía feliz.

-Bienvenido. – Dijo. Algo en mí se rompió. Yo solo sonreí, agradecí y decidí marcharme pero me detuve y me viré de nuevo para hablarle.

-Louis, ¿no?

-Sí. – Respondió. Volví a asentir. Y yo tomé rumbo hacia la salida.

Me senté en el autobús y toda la presión de mi pecho se liberó en un suspiro pesado. Liam, que se sentó junto a mí justo después pareció notarlo. Me preguntó que si había conocido a alguna chica o si solo estaba cansado. Respondí positivamente a la segunda y nos quedamos hablando hasta que nos bajamos en la misma parada y caminamos un par de manzanas los dos juntos.