Problemas de Adolescentes

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Era la hora del desayuno del sábado. La primera semana en Londres fue una locura. Muchas cosas sucedieron, en especial, con Louis.

La pregunta me carcomía mi mente pero no quería decir nada por miedo. Si bien por ahí dicen que la única manera de enfrentar tus miedos es enfrentarlos, decidí preguntarle.

-Mamá, ¿qué se siente estar enamorado? – Le digo a mi madre quien me mira de sorpresa.

-Harry… - Pausó – es un sentimiento maravilloso, ¿sabes? No puedes vivir sin la otra persona, crees que es lo único que importa y de lo único que tu mundo trata. – Hasta ahora, todo bien. – No dejas de pensar en ella, tu interior se estremece y te sientes vacío – ahí está –, te sientes impotente todo porque esa persona es tu debilidad.

-Oh. – Bajé la cabeza y tomé una cucharada de mi cereal. Sentía como ella me miraba.

-¿Te sientes enamorado, hijo? – Yo negué con la cabeza. No podía decirle, no aún. La impactaría al decirle que me siento atraído por alguien y la mataría si le dijese de quién se trata. – ¿Entonces?

-Solo me entró la curiosidad. – Dije – Mamá, ¿Tú te has enamorado? – Ella esbozó una sonrisa en esos labios pintados de color carmesí que usaba para irse al trabajo.

-Claro que sí, cariño. Yo estaba enamorada de tu padre de una forma en la que no te puedes imaginar. Hacía todo por él. – Suspiró – No me volví a enamorar desde que él nos dejó, y eso ya fue hace mucho. – Ciertamente lo fue.

Me dio un beso en la frente y me dijo que no hiciera travesuras, que regresaría a medio día por hoy ser sábado para ir a almorzar juntos.

La idea de que Louis me guste me persigue siempre. Sé que cuando pienso en él sonrío, pero no puedo controlarlo y cuando hablo con él en la escuela en ocasiones me congelo, todo porque es él. Me molesta pero me encanta a la vez. No lo soporto, a decir verdad.

Todo comenzó cuando me volví amigo de Louis hace tantos años, de seguro todo ese vínculo ahora evolucionó para convertirse en algo más pero es que en Louis no puedo de dejar de pensar, por las noches antes de dormir y cada mañana una estúpida sonrisa aparece en mis labios como si fuese un tatuaje y todo es por él, por las ganas de verlo de nuevo y no sé, ahora cómo pasaré mis fines de semana sabiendo que él está cerca de mí y no puedo sacarlo de mi mente.

Alrededor de las diez de la mañana se oyeron unos golpes en la puerta. Yo salí con mi suéter gris, unos shorts azules y sin zapatos a atender. Era Liam parado ahí con una sonrisa de oreja a oreja saludándome y con un balón en su brazo.

-Hola, Liam. – Le dije y él estrechó mi mano.

-Hola, Harry. – Yo lo invité a pasar, pero él se negó. – Quería venir a invitarte a jugar al parque.

-No sé, Liam, estoy un poco ocupado justo ahora. – Mentí. No estaba haciendo nada más sino recostándome en mi cama escuchando música a un volumen moderado. – Además apesto en el fútbol.

-Vamos, Harry. Varios amigos están allá. Y no tienes que jugar, puedes solo observarnos. – Dijo – Además, Harry, necesitas salir más seguido.

No quería entrar en discusión con Liam, así que subí de nuevo a mi habitación, me cambié el suéter por una camiseta blanca de algodón y me puse unos converse negros.

El parque solo estaba a unas pocas calles de mi casa. Todos iban a ese parque ya sea para jugar, caminar o hacer un picnic. Era diminuto comparado con el Hyde Park que queda cerca de la escuela.

Me resultaba incómodo salir un poco, pero todo desapareció cuando miré a la cancha donde había varias personas. Entre esas varias estaba Louis quien también me vio y me saludaba desde la lejanía.

Solo un Poco de tu Corazón (Larry Stylinson) - PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora