Cinco.

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-¡Yah! No puedes demorar tanto en elegir un sabor, Tae Min. A ti siempre te ha gustado el chocolate.-su mano permanecía unida a la del más joven mientras esté miraba la tabla de sabores frente a él.

-Pero, Min Ho. Mirá toda la variedad de chocolate. Suizo, con chispas...

Min Ho suspiró y miró a su alrededor. La gente los miraba. Por supuesto, él lleva un maletín y un traje, Tae Min lleva esa vestimenta llamativa que lo hace ver como un adolescente y sus manos están juntas. Tan vergonzosa situación pero no le importaba demasiado lo que piensen sobre ello. De hecho, siempre que estaba con Tae Min, era arrastrado a hacer este tipo de cosas. Le sucedió en la playa, le sucedió en el supermercado, le sucedió en el centro comercial, Tae Min siempre lo llevaba al público donde su relación podía ser percibida como la de una pareja cualquiera.

-¿Listo?-preguntó cuando vio que Tae Min señalaba animadamente el sabor que había elegido. El menor asintió.

Salieron de la heladería luego de que él pagara por el helado del Tae Min.

-Me suda la mano.- el de cabello púrpura declaró. Min Ho hizo el amago de soltarlo pero Tae Min se aferró otra vez con fuerza.-No he dicho que me molesta, además detesto cuando me sueltas.- dijo.

-Joder. Mirá que eres raro.-caminaron un tiempo más con el silencio cómodo entre ambos, mientras Tae Min seguía disfrutando de su helado.

-¿Quieres un poco?-preguntó el menor.

-Sabes que no me gusta lo dulce, Tae Min.-contestó el mayor con obviedad.

-¿Entonces porque un viejo rancio como tú se ha comido una dulzura como yo?- sonrió para él cuando se detuvieron. Min Ho rodó lo ojos ante el comentario.

-Eres agridulce, si tendría que decirlo de una forma.- Tae Min no se tomó las palabras como algo malo, sonrió y terminó su helado.-No lloras más.-Min Ho dijo.

-No soy de llorar. Intento evitarlo. No me gusta que se me hinchen los ojos y que mi aspecto se vea lamentable.- Tae Min expresó.

-Tú nunca te ves lamentable.- el menor miró al contrario con el ceño fruncido.

-Deja de decir ridiculeces, Choi. Ni te atrevas a querer enamorarme un poco más.-masculló.

-No estoy intentando nada. A ti te gustan demasiado los cumplidos.-bufó el mayor.

-No, Min Ho. A mi me afecta que tú me los hagas.-arrastró al mayor de la mano una vez que terminó su helado y los guió hacia una banca en el parque. La fría noche le congelaba las piernas y el rostro pero estaba con Min Ho y eso brindaba suficiente calor a su corazón.

-¿Qué vas a hacer con Jong In? Puedo hacer algo como quitarlo del mapa.-la sonrisa del mayor era oscura y Tae Min se removió inquieto.

-Hombre, me puso los cuernos. No soy tan resentido. Además, es mejor así. Peor hubiera sido que ya estuviéramos casados...-dio un sonoro suspiró. -Estúpido Jong In. Lo arruinó todo. Todo por ese tipo que lo hizo sufrir como una perra y que tiene esa cara sin gracia. Maldición.-espetó.

-Eso es porque los dos son unos idiotas. Los dos van tras lo que no les conviene.- dijo Min Ho.

-Ah, claro. Como si fuera tan fácil no hacerlo. "No quiero seguir atrás del viejo rancio de gran pene, que me quito la virginidad, que es un cabrón pero que tiene momentos donde me haces sentir único.", es algo que me he dicho muchas veces. Y por eso no puedo odiar a Jong In por completo porque lo entiendo. Porque creímos que iba a funcionar... Tú nunca te enamoraste de mi.

-Por supuesto que lo estoy, Tae Min. Pero yo sé que si estoy contigo te voy a lastimar aun más. ¿Por qué te vas siempre? Porque llega un momento que no pongo atención en ti, porque no estoy en casa, porque prefiero continuar con mi ritmo, porque hay cosas que no me salen como tú lo mereces. Odio con cada fibra de mi cuerpo sentirme invadido, odio que las cosas no vayan como yo planeo...-Tae Min soltó su mano entonces.

Weakness [2MIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora