Dos.

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Min Ho despertó con el chirrar de la puerta de la habitación de Yukhei, lo que indicaba que, claramente, su hijo estaba en su casa aún. Por lo menos el dolor de cabeza había disminuido pero oír la voz de Kibum en el vestíbulo lo hizo hacer una mueca, ese hombre a veces lo desesperaba. Todavía no estaba seguro de cuál era la razón por la que el tipo se mantuvo todos estos años a su lado, a pesar que él lo trataba como a todos, o sea, como mierda insignificante. Quizás su insistencia, su optimismo, paciencia y lo poco que le importara que Min Ho le tratara mal, había logrado ganarse un poco de respeto por parte de Min Ho. Tal vez, ahora que estaba volviéndose viejo, se estaba volviendo blando, pensó Min Ho aunque la cara de muchos no decían eso al verlo o tratar con él. Pero Kibum era distinto, era una mosca molesta en su vida pero a Min Ho ya le había dejado de importar que el tipo estuviera metido en su vida desde siempre. Sus madres eran amigas desde la universidad y ellos fueron criados juntos, como hermanos. Era una completa ironía que sus personalidades fueran tan opuestas cuando tuvieron el mismo tipo de padres, status social, educación, tuvieron el mismo pediatra, misma partera y tenían el mismo médico de cabecera. Joder, con todo eso, Min Ho ya tenía asumido que cuando se muriera, lo enterrarían con el cajón de su amigo en el mismo cementerio y quizás a su lado para romperle las pelotas, incluso, en el más allá. No se sorprendió de cómo chilló Kibum de felicidad, seguro emocionado de ver a Yukhei, podía imaginar a su hijo siendo estrujado por Kibum. Sabía que a Yukhei no le gustaba el afecto de  “El Tío Kibum” pero nunca lo apartaba. Oh, tal vez su hijo no era como él en lo absoluto. Eso lo mantenía esperanzado de alguna forma, él podía mirarse al espejo y golpearlo porque ni él se soportaba, esperaba que Yukhei no fuera como él. No era el mejor padre, pero como la mayoría deseaba lo mejor para su hijo primogénito y legítimo.

—Tío… Nos hemos visto hace dos días, por favor. Me desinflas los pectorales y eso es lo que atrae a las chicas.— vociferó Yukhei mientras Min Ho entraba en escena. Kibum suspiró.

—Si, pero intento no abrazarte cuando vas con tus amiguitos. Soy empalagoso pero jamás te avergonzaría delante de tus amigos. Ese día estabas con Jung Woo.— Kibum le meneó las cejas a Yukhei un gesto que a Min Ho le hizo fruncir el ceño, más aún cuando su hijo se tensó y miró a Kibum en señal de que cerrara la puta boca. Su viejo amigo pareció captar la indirecta y se separó rápido de él cuando notó la imponente figura de Min Ho. A él su presencia no le impactaba, de hecho, era de ese contado grupo de personas se atrevía llamar a Min Ho “cabrón hijo de puta” en la cara. Si, varias personas pensaban eso de Min Ho y seguro querían insultar todo su árbol genealógico pero nadie se atrevería.

—Kibum, creí que vendrías por la noche. Veo que no estás tan ocupado.— ni hola ni buenas tardes, Min Ho no trataba bien ni a su propio amigo. Por supuesto a Kibum le chupaba el huevo izquierdo la forma de ser de Min Ho.

—Se llama buena organización del tiempo, Choi. Inténtalo, te lo he dicho siempre, en vez de hacer coordinar tu reloj de pared con el péndulo de tu oficina deberías poner en orden tu vida y tu trabajo…—él pareció pensar algo más.— A ver si en algún tiempo se te quita la cara de culo. Estoy sorprendido como no tiene arrugas de tanto fruncir el entrecejo como un jodido viejo amargado.—Yukhei dio media vuelta conteniendo la risa. Ahí estaba la razón porque quería tanto al tío Kibum. Yukhei podía llegar a sentir mucha simpatía con la gente con cojones como para no acobardarse lo suficiente para hablarle mal a su padre.

—Siempre es un placer tenerte de visita.— el sarcasmo inminente de Min Ho hizo que Kibum le sacara la lengua de manera infantil. Si Min Ho se veía bien para ser un tipo a dos años de llegar a los cuarenta, entonces Kibum era todo un adolescente con su cara iluminada y ese sentido del humor.

—Ve a prepararme a café y saca la laptop. Tenemos asuntos profesionales y personales que tratar.— dijo Kibum yendo a tomar asiento en un sofá de la sala, muy cómodo, como si fuera su casa.

Weakness [2MIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora