Capítulo 1

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Luz no era una gamer, una playstation arrumbada en un rincón del comedor diario, destinada solamente a sus primos pequeños, había sido un regalo de su padre las navidades pasadas

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Luz no era una gamer, una playstation arrumbada en un rincón del comedor diario, destinada solamente a sus primos pequeños, había sido un regalo de su padre las navidades pasadas. Luz prefería jugar en la nube y de la tv o en su PC de noche. De todo eso, The Path era su talón de Aquiles desde que su amiga le había enviado el link de suscripción por mail, hacia aproximadamente medio año atrás.

La animación de la pantalla de inicio tenía un diseño soberbio, los artistas gráficos realmente se habían esmerado por hacerle una muy buena apertura y ella jamás se cansaba de admirar los detalles nuevos que cada día parecía notar. Era como si en cada momento que volvía a observar la apertura esta crecía de una manera inesperada, la pantalla mutaba de alguna manera. Siempre percibía un easter egg nuevo, relacionado con el juego.

La adrenalina palpitaba por su cuerpo y aún el juego no había comenzado pues su navegador estaba decidiendo con su diletancia, si arrancaba o no. Luz estaba en estado de alerta por si acaso su madre decidía hacer acto de presencia en su cuarto y la sorprendía jugando, en una noche de escuela, a las dos y media de la madrugada.

Victoria Rupert de Müller era una mujer exigente, más que autoritaria era perfeccionista. Tenía la fe inquebrantable de que todo podía siempre salir mejor y por eso no aceptaba nada que no fuera el mayor esfuerzo que pudieras proporcionarle. Su hija, trasnochando en noche de escuela, no sonaba, ni era, el mejor esfuerzo que Luz podía hacer. El nivel de perfeccionismo de su madre era algo que la asfixiaba. Había que reconocer que Victoria, proveniente de un hogar humilde, había logrado con su obsesivo comportamiento, lograr ser jefe de neurocirugía de una de las clínicas privadas más prestigiosas del país. Su trabajo la sometía a horarios muy estrictos y eso significaba que su hija debía dormirse antes de la media noche como máximo.

Luz estiró su cuello para vigilar el pasillo en penumbras que la separaba de la habitación de sus padres. El sonido de la presentación arrancando le hizo propinar un respingo en su silla de computadora de cuerina blanca. Sus ruedas patinaron sobre el piso sin alfombrar y rechinaron directamente en el alma de la muchacha quien cerró sus ojos con dolor. Su corazón palpitaba pero no por eso iba a dejar de contemplar lo obvio y cautivante de la apertura.

"¡Demasiado bueno para un videojuego online! ¡Demasiada calidad! Me pregunto, qué clase de servidores tendrán para sustentar todo esta actualización continua." Pensó para si misma, mientras jugaba con su coleta aflojando el elástico para liberar su cabellera, la que cayó sobre sus hombros como una cortina lacia.

Como entusiasta del diseño por computadora y de la animación 3D, ella sabía apreciar los detalles con ojo crítico. Un día, no muy lejano, esperaba dedicarse a estar del otro lado de esa pantalla diseñando personajes. En el mes pasado, había ido a averiguar a una academia prestigiosa de artes audiovisuales para saber cuánto saldría dedicarse a estudiar, todo en el hipotético caso de que pudiera mantener la matrícula con un empleo; cuando dentro de tres años se recibiera de la secundaria. Claro que eso solo era un sueño, pero Luz no estaba resignada aún, a renunciar tan fácilmente a ellos aunque en su país, hacer una carrera de diseño era lo más parecido a morirse de hambre y su madre insistiera en que su destino era estudiar medicina como lo había hecho ella.

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