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Una vez llegamos a casa de Emily entendí que quiso decir Embry sin embargo aún teniendo esas cicatrices Emily seguía siendo hermosa.

Ahora me encontraba fuera de la casa, sentada en un tronco cerca de la camioneta de Bella. Al rato Emily se acercó con un muffin y se sentó a mi derecha.
Em- Toma cariño, es para ti.- Sonreí cogiendo el muffin y le di las gracias.- ¿Estás bien?
F- Si.
Em- ¿Quieres hablar de ello?
Por alguna razón Emily me daba confianza.
F- Me resulta raro toda la situación pero no estoy asustada, creo que es por el hecho de que yo también pertenezco al mundo sobrenatural.
Em- Yo pienso que es por qué sabes que Jacob jamás te haría daño. Es tu mejor amigo y confías en él.
Sonreí en agradecimiento. No me esperaba encontrar otros seres sobrenaturales pero el saber que puedo compartir eso con mi mejor amigo no me hace sentir tan sola en este mundo.
Nos quedamos un minuto en silencio hasta que me animé a preguntar lo que quería saber.
F- Si te cuento una cosa ¿prometes no decírselo a nadie?
Em- Claro que si.- Me sonrió.
F- Ayer en el claro cuando vi a Paul algo en mí me dijo que estaba segura, que no tenía de que preocuparme, es como si supiera que con él estaría a salvo y no sé por qué.
A cada palabra la sonrisa de Emily se iba ensanchando mas.
Em- Me encantaría poder explicártelo, pero es algo que debe contarte él.- Diciendo esto último su mirada estaba puesta a nuestra izquierda, gire la cabeza para saber que miraba y ahí se encontraban Sam, Jacob y Paul.

Sam se acercaba a Emily y Jacob y Paul permanecieron quietos a uno metros más alejados mientras me miraban.
Jacob y yo nos sonreímos y corrí hacia él, abrió sus brazos y me atrapó en el aire mientras daba vueltas a nuestro alrededor y reíamos, Paul nos miraba con una sonrisa.

Jb- Te he echado tanto de menos enana. Me has hecho mucha falta.- Me soltó y me miró con una sonrisa más grande, pero al instante su sonrisa se borró.- Siento mucho lo que ha pasado, de verdad yo...- Lo interrumpí.
F- No tienes que pedirme perdón, ninguno de los dos.- Mire a Paul que también tenía una mirada arrepentida, tendría que hablar con él pero primero me dirigí a Jacob.- Bella está dentro, se que quieres hablar con ella.- Le sonreí.- Ve anda, ya hablaremos con más calma.
Me dió un beso en la frente y se fue, me di cuenta que Emily y Sam no estaban, me giré y mire a Paul.

Comenzamos a andar uno al lado del otro hasta llegar al porche de la casa y nos sentamos en los escalones.
P- Lo siento muchísimo Freya.
Justo en el momento que comenzó a hablar lo miré, pero él seguía con la vista fija en el bosque.
F- Ya te dije que no tenías por que hacerlo.
P- Claro que si. Si Jacob no hubiera aparecido...- Seguía lamentándose y en ese momento lo corté.
F- Se que no me habrías hecho daño.
P- ¿Has visto lo que le pasó a Emily? Sam se enfadó, perdió el control por un segundo y Emily estaba demasiado cerca, se transformó y le arañó. Sam se odia por ello.- Hizo una pausa y se quedó pensativo.- ¿Y si yo te hubiera hecho eso?- Al preguntar lo último pude ver el dolor en su mirada.
Nos quedamos unos segundos en silencio, mirándonos fijamente a los ojos.
F- Confío en tí.

Por alguna estraña razón tuve la necesidad de hacérselo saber.

P- Me hubiera gustado que te hubieras enterado de lo que somos de otra forma. - Paul mantenía la cabeza gacha.- No quiero que me tengas miedo.
F- No te tengo miedo. - Respondí enseguida y con seguridad. - Y nunca te tengas miedo a ti mismo por lo que eres. - Esto último lo dije a consecuencia de lo ocurrido hace unas horas, su mirada aún reflejaba el dolor y el miedo por lo que pudo haber pasado.- Siéntete orgulloso por lo que eres por que te aseguro que puedes hacerlo. Salvas a personas de las criaturas que acechan por ahí fuera, deberías reconocerte el mérito de eso.
Paul me miraba atento a cada palabra que pronunciaba.
Su mirada se suavizó y eso me alegró por lo que sonreí y él me lo devolvió sin mostrar los dientes agradeciéndome con la mirada lo que no podía decir con palabras.

Al rato Bella y Jake salieron de la casa diciendo que volverían enseguida, Paul frenó a Bella y le pidió perdón. Cuando se alejaron Paul se dio la vuelta y me miró, en mi cara descansaba una gran sonrisa. Ingresamos a la casa y Paul se dirigió con los chicos los cuales se encontraban en la mesa, yo me fui con Emily y me senté a un lado suyo en uno de los taburetes de la cocina.
Mirabamos a los chicos alegres mientras ellos reían por alguna tontería dicha por Jared y Quil.

Mi mirada se posó en Paul y mi sonrisa se ensanchó inconscientemente. Lo que ella no sabía es que cierta morena a su lado se fijó en que aquella sonrisa reflejaba algo muy conocido para ella y se alegró por ello sabiendo que Paul no podría haberse imprimado en alguien mejor que aquella pequeña bruja. 




La prima de Bella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora