capitulo 4

1.1K 47 0
                                    

Narra Natalia:
—Santi—dije asombrada al ver allí a mi hermano.

Nos habíamos quedado los dos sin habla. No me esperaba verle allí después de todo lo que pasó.

—hola santi que tal?—pregunto Alba yendo a abrazarle.— Os conocéis?
—somos hermanos—dijimos al unísono.
—nat—habló mi hermano por primera vez al borde del llanto.

Abrí mis brazos para que viniera a donde mi. Le abracé hasta quedarme sin fuerzas, llevaba tanto tiempo sin verles que no me había dado cuenta hasta ahora de lo mucho que necesitaba ese abrazo.
Tenía muchas preguntas que hacerle.

—Nat me voy a casa para que podáis hablar tranquilos cuando termines me llamas— se acerco a mi y me beso repetidas veces la mejilla.

Alba se marchó y nos quedamos lo dos solos, decidimos irnos después de estar un rato con marina la cual resultaba ser su novia y nos fuimos a tomar algo cerca del hospital.

—por que nunca me cogéis el teléfono ni Elena ni tu?— pregunté
—mamá nos cambió de numero y nos prohibieron hablar contigo.

En esos momento no podía llegar a odiar más a mis padres bastante habían hecho ya echándome de mi propia casa como para dejar a mis hermanos incomunicados con migo.
Estuvimos hablando un rato más sobre el y sobre mi hermana y me dio su número de teléfono para que habláramos más a menudo. Le acompañe hasta la puerta del hospital y allí nos despedimos.

Llame a Alba para decirle que iba ya para su casa me mandó la ubicación y con el GPS me diriji hasta allí.
Narra Alba:
Habia recibido el mensaje de Natalia hacia un rato cuando el timbre sonó. Supuse que sería ella. Abrí la puerta y nada más verme se hecho sobre mi para abrazarme, no quería imcomodarla a preguntas por eso le dije de irnos a la cama.

Las dos habíamos tenido un día bastante ajetreado y estábamos muy cansadas tanto física tanto mentalmente.

Nuestro tren salía de vuelta mañana a las 15 : 00 por lo cual nos daría tiempo de volver a ir a visitar a mi hermana y irnos de nuevo.
-------
Estábamos ya esperando al tren, desde que nos levantamos hasta ahora nos había dado tiempo a hacer varias cosas.

Mi hermana seguía igual pero como no había riesgo no estaba tan asustada como al principio.

Natalia aún seguía distante por lo de ayer pero intentaba que hablara para que al menos se olvidara por unos momentos.

—nat que tal estas sobre eso?—señale su tripa
—bastante bien la verdad, aveces siento cosas pero por lo demás bien—sonrío

Estuvimos todo el camino hablando sobre cómo quisiera llamar a sus hijas nunca habíamos hablado de ello y la verdad es que no la sentí incómoda en ningún momento.

Me dijo que un nombre lo tenía claro la llamaría Olivia. Desde pequeña le gustaba ese nombre y ahora que tenía la oportunidad de ponérselo a alguien lo haría. Pero el segundo aún no lo tenía claro, le quedaban unos meses para pensárselo a si que tampoco le dimos mucha importancia.

—albi—me llamo—ahora cuando lleguemos a casa me ayudarías a buscar un trabajo?es que necesito empezar a ahorrar
—claro nat, te dije que te ayudaría en todo lo que podría y eso hare—la abrace.

El viaje no duró mucho más y al fin llegamos.
—————
Llevaba dos semanas buscando un trabajo con ayuda de Alba y sus compañeras de trabajo.

En un principio no encontramos ningún trabajo por que al estar embarazada ninguno quería correr el riesgo de tener a alguien en esas condiciones trabajando, pero al final pudimos encontrar algo. Trabajaba día si y día no desde las diez de la mañana hasta las cinco de la tarde. No era mi trabajo soñado, ser camarera no le gusta a cualquiera pero necesitaba ese dinero.

Empezaría a trabajar mañana y como me había dicho Alba se pasaría a tomar algo con un amigo suyo para ver qué tal iba.

Cada día Alba se estaba volviendo una persona muy importante para mi sentia que con ella no tenía que esconderme por todo por lo que había pasado y me sentía segura a su lado.

Entro alguien al bar y me fije en el ya que a esas hora aún la gente no estaba por los bares. Era Mikel mi ex-novio el que me había dejado tirada junto a mis padres por saber que estaba embarazada, en esos momentos no sabía que hacer los nervios se habían echo presentes y era la única que estaba en el bar.

—Hombre mira a quien tenemos por aqui—dijo acercándose—que tal esta mi hija?—hablo enfatizando el mi.
—primero no son tus hijas no las quisiste en su momento ahora menos y segundo porfavor vete de aquí.
—a si que son dos eh, pues mucho mejor. Cuando nazcan quiero verlas.
—Ni se te ocurra ir al hospital para verlas nacer—me estaba empezando a asustar y no sabía que hacer para echarle de allí.
—Mira no te lo vuelvo a repetir o me dejas ver a mis hijas cuando nazcan o tendremos graves problemas tu y yo—dijo muy cerca mío y finalmente dándome un rodillazo en la tripa el cual me dejo en el suelo del dolor.

Se fue por la puerta tal y como había entrado y en esos momentos entro Alba con su amigo cuando me vio en el suelo se acercó rápidamente hacia mi.

Sentí miedo, miedo por haber perdido a mis dos hijas por ese golpe y miedo por mi por lo que me podría llegar a hacer si no le dejaba que las viera. Me puse a llorar de la impotencia Alba me pregunto si me dolía y asentí no quería ni hablar.

Su amigo el cual se llamaba Carlos por como se dirijo a el llamo a la ambulancia la cual no tardó mucho tiempo en llegar.

Me montaron en la camilla y tal y como hizo Alba la primera vez que tuve consulta me sujetó la mano para tranquilizarme hasta llegar al hospital.
No sabía lo que me esperaba.

Quizás no todo sea tan malo //Albalia.       ABANDONADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora