○Capítulo 5○

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Canon in D

Al día siguiente no había nadie que nos estuviera molestando lo cual alegraba más a Adrien que a mí, eso significa que de cierta forma rara el grupo nos estaba aceptando.

¿Eso era bueno no? Solo había unas personas que no conocía y que ellas al parecer no querían conocerme, pero bueno eso se dará ya a su tiempo.

Ya habían pasado algunos días.

La chica que practicaba con Adrien esgrima siempre que me veía me dirigía una mirada fría, al parecer soy su rival, ¿Pero de qué?

Esta vez encontré una carta de desafío en mi casillero, casualmente hoy tenía la tarde libre y la carta me citaba a un lugar para pelear por Adrien.

Llegué al lugar realmente no tenía nada que hacer, los últimos días había estado leyendo sin parar y por fin se en lo que se ha convertido la sociedad actual, hay más libertad de expresión, lo que llamaba algo desconocido se había vuelto algo complejo y muy interesante a mis ojos.

Pero bueno, ví a la chica cerca del puente donde siempre había un heladero.

- Hola - dijo con su seriedad.

- Hola - contesté con mi voz aburrida y me coloqué a su lado sin decir nada.

- ¿Por qué viniste? - dijo rompiendo el cómodo silencio en el que estábamos.

- porque tu me dijiste que viniera, pero no pienso pelear - dije simplemente.

- entonces no hubieras venido - dijo simplemente.

- sería muy irrespetuoso dejarte plantada, bueno ya dicho estoy me voy porque tengo clase de piano dentro de poco, que tengas lindo día - dije y me pasé a retirar, pero me detuve un momento - Adrien no es un objeto por el que pelear, es una persona - dije de espaldas y me fuí.

Llegué a casa y Adrien estaba muy alterado.

- ¿Estás bien? - el se detuvo en su lugar un momento, me volteó a ver y vino corriendo hacia donde yo estaba.

-¡¿Dónde estabas?! - dijo tomándome de los hombros.

- en un puente con tu compañera de esgrima, ¿Por qué?, ¿Pasó algo? - dije tranquila.

- padre te está buscando para que le toques una pieza de piano para ver si has mejorado en esta semana. - dijo - se supone que no podemos salir así solos.

- tenía tiempo libre ya que había terminado los libros, así que no te preocupes ya voy con Gabriel.

- P-pero... Sobre tocar algo en el piano... - dijo nervioso.

- no va a pasar nada, ¿de acuerdo? - dije y subí a la habitación de Adrien dónde estaba el piano.

Gabriel estaba sentado en el sillón de Adrien listo para escuchar la melodía, pero al escucharme entrar solo dijo algo.

- llegas tarde - dijo - no voy a tolerar esos comportamientos.

Miré el pequeño reloj de mi muñeca.

- no, de hecho vengo a tiempo por 5 min de sobra para mí práctica - dije.

Y el solo me vió sin decir nada, así que me senté en el banco y Vi la canción que le tocaría al que ahora es mi tutor.

Canon in D, esa era la melodía que tocaría, observé los tiempos y las notas, ya sabía tocar el piano por mis estudios en el palacio, era mi actividad favorita después de leer, era liberador y mis manos lo extrañaban.

Comencé viendo la partitura y solo la partitura, mis dedos se deslizaban por las teclas como si las conociera de toda la vida, mi corazón se estaba acelerando y sentía un cosquilleo en mis brazos y espalda, estaba sentada en lo que hacía pero podía escuchar fuera de la melodía, Adrien entraba muy lentamente intentando no hacer ruido, sentí su mirada y supuse que sería una de asombro, las notas estaban en su lugar y en su tiempo, me permití cerrar un momento mis ojos saboreanto lo que tocaba.

Era una melodía algo infantil, te hacía querer bailar en un juego en un prado soleado y alegre, o eso sentía, me dejé llevar a esos días en los que me divertía andando por todos lados.

Y la terminé antes de darme cuenta.

Gabriel no dijo nada, solo se levantó y se fue de la habitación, lo conocía lo suficiente para decir con claridad que era más de lo que el esperaba que supiera.

Adrien en cambio se acercó a mí y se sentó al lado mío.

- no pensé que pudieras tocar tan bien Marinette - dijo.

- Hay muchas cosas que no sabes Adrien - lo miré y un calor se instaló en mi pecho, sonriendo - me acabo de dar cuenta de algo - dije y Vi las teclas.

- ¿Qué cosa? - dijo con una interrogación invisible en su cabeza.

- tú eres como Canon - y le sonreí, estoy segura de que tengo un rubor leve en mis mejillas. Él solo se vió más intrigado y yo me levanté del banquillo, y fui a buscar otra partitura - quieres tocar esa canción conmigo o otra - dije buscando.

- esa está bien, aunque no te entiendo del todo - dijo y yo me regresé junto a él - tú sabes todo sobre mi y yo solo se que estuviste muchos años siendo una muñeca por un noble que te quería cortejar, pero no sé tu verdadero nombre o algo más.

- pues mi verdadero nombre lo olvidé hace mucho, solo recuerdo muy vagamente frases de mi madre, no recuerdo muy bien dónde vivía, pero si algunas cosas que hacía, me gustaba dibujar pero mi padre me decía que eso se lo dejara a los plebeyos - dije - sé cómo se llaman muchas cosas en la antigüedad, solo recuerdo que era una princesa y.... Eso lo sé por mis modales en la mesa, recuerdo a mi amiga que era una sirvienta pero de muy buen corazón, yo sinceramente había perdido la esperanza de ser humana de nuevo - Adrien se quedó callado y a mi vista el quería disculparse así que lo interrumpí - no es malo que tengas curiosidad sobre mi, pero no recuerdo mucho y todo se ve muy lejano en mi mente que sigo pensando que es irreal, pero te voy a decir algo Adrien - el me volteó a ver - los años que pasé sola fueron muy largos hasta que llegué a manos de tu madre.

Su cara era de asombro. Me coloqué en posición para tocar y el con nerviosismo también.

Y ambos pasamos la tarde tocando Canon hasta las siguiente lección.

Celaena2003:

Adrien y Marinette se fueron a estudiar chino en el comedor de la mansión.

Marinette sabía, cómo lengua adicional, italiano y latín, nunca pensó encontrarse con el chino y si la estresaba, era inteligente de eso no había duda pero era desesperante tratar de hacer el abecedario y que sus trazos no fueran correctos, tendría que leer algo al respecto para que se le facilite.

Adrien trataba de ayudarla pero, Marinette hacía pucheros cada vez que la quería ayudar porque no podía hacerlo ella sola.

La final del día Adrien se sentía cálido en su pecho porque había conocido un poco más de Marinette, y no iba a mentir, desde el momento que ella apareció como humana colgando del brazo de su padre se había enamorado a primera vista, ella sabía todo sobre él y su madre, y no le había comentado nada, era hermosa, con la historia que le contó sinceramente le creyó, sus ojos azules son enormes y profundos, ya no se veían tan oscuros como cuando era una muñeca.

Y con esos pensamientos el rubio simplemente se fue a dormir.

Aún tenían que aclarar algunas cosas con Chloe o si no los podría amenazar pero al mismo tiempo nadie tiene pruebas.

Marinette estaba pensando en cómo enfrentarla para que no dijera nada y como incluir más a Adrien en su clase, a ella no le importaba socializar pero Adrien si y se encargaría de hacer sus deseos realidad.

Todo por verlo sonreír y sentir esa calidez en su pecho cada vez que lo hace.

Una simple muñecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora