ANTES DEL SIETE

EL HÉROE DE SAKURA:

IX:

Lo habían intentado durante mucho tiempo, las misiones cuyo único objetivo eran traer de regreso a Sasuke eran continuas y siempre con el mismo resultado. Pero el equipo siete no se rendía, y eso incluía al propio Kakashi, las palabras de su Padre y Obito seguían resonando en él, "no se abandonaba a un camarada", y él no tenía planes de hacerlo. Sí, Sasuke se había equivocado al irse de la Hoja, pero intentarían remedar ese error, intentarían detenerlo antes de que se destruyera a sí mismo. Le tenía sincero aprecio al penúltimo de los Uchiha y haría todo lo que estuviera en sus manos para salvarlo, aunque fuera su rival en cuestiones puramente románticas, aunque le tuviera cierta envidia por quedarse con el corazón de Sakura, eso nunca había influido en su deseo de verlo en la Hoja.

La huida de Sasuke, extrañamente había tenido un efecto muy positivo en la relación entre Naruto y Sakura, ese par parecía haber encontrado el equilibrio en su relación, entrenaban muy duro y se apoyaban en cada paso que daban, estaban decididos a traer de vuelta a su compañero. Naruto había contagiado de su positivismo a Sakura y cada día era mucho más segura en sus propias habilidades, y qué decir de su belleza, no había día en que no lo deslumbrara. Aunque ya había perdido todas las esperanzas, aún se permitía contemplarla. Era lo único que le quedaba, una parte de él seguía arrepintiéndose profundamente de haberse quitado esa máscara ANBU que era la única posibilidad de acercarse a Sakura, pero cuando la veía, cuando se percataba de sus progresos y mejoraba con su ayuda, entonces le quedaba claro que había tomado la decisión correcta. Se convertiría en una ninja excepcional dentro de un tiempo, y él estaba satisfecho con ser parte del proceso.

Claro que eso no evitaba que la observara cuidadosamente mientras entrenaba, su cuerpo se movía con agilidad y gracia, dejando en evidencia que se mantenía en buena forma, las curvas naturales de su cuervo comenzaban a marcarse con más insistencia, comenzaban a resaltar mucho más, estaba creciendo y él sólo podía observarla.

-¿Por qué debo cargar la mochila de Sakura-chan? – preguntó Naruto refunfuñando. Regresaban a la Hoja después una corta misión y como siempre, Kakashi se encargaba de que la ninja no cargara nada.

-¡Deja de quejarte, Naruto! – su alumna disminuyó el paso para caminar a su lado, el rubio iba hasta el frente – Ni siquiera pesa tanto.

-Creí que los favoritismos se habían acabado, sensei.

-No – Sakura lo observó – Yo siempre seré su favorita, ¿no es así, sensei?

En lugar de responder, porque se había prometido ser mucho más discreto, revolvió su melenita rosada y sonrió bajo la máscara antes de asentir ligerísimamente, Sakura lo notó y sonrió victoriosa.

Naruto siguió quejándose durante todo el trayecto, y Sakura siguió caminando a su lado sintiéndose completamente cómoda con su presencia. Pero Kakashi no se engañaba, esa comodidad, esas charlas y esa cercanía que parecía estarse fortaleciendo, estaban repletas de admiración pura, en la mirada de Sakura él siempre sería su "sensei" y nada más. Su relación estaba condenada a eso, ella su alumna, y él el encargado del equipo siete.

-¿Por lo menos podemos descansar, Kakashi-sensei? – Naruto se sentó en el suelo y se recostó – A la Abuela no le importará si descansamos esta noche aquí, además estoy exhausto y merezco un descanso.

-No estamos tan lejos de la Aldea, Naruto. Si apresuramos el paso llegaremos de madrugada y entonces podrás descansar.

-En realidad yo también quisiera quedarme aquí y descansar – Sakura lo observó con esos grandes y hermosos ojos jade - ¿Podríamos? Por favor...

-De acuerdo – cedió de inmediato.

-¡Lo ve, sensei! – Naruto se había levantado de un brinco y los señalaba alternativamente – No le puede negar nada a Sakura-chan.