09

44 5 0
                                    

Fotografías del pasado

—¿Estás segura que es por aquí? —pregunté mirando las casas a mi alrededor, era un vecindario muy sencillo.

—Sí, si no me equivoco Google Maps indica que es aquella. —Señaló Harper una pequeña casa color crema con puerta blanca que se encontraba a nuestra derecha.

—Pues vamos. —Ambas caminamos hacia la casa y nos plantamos frente a ella— ¿Tocas tu o yo? —Me hizo señas que lo hiciera yo, subí las escalerillas y toqué.

Nada, no salió nadie. Esta vez Harper se acercó y tocó un poco más fuerte, pero no dio resultado, nadie salió.

—¿Y ahora? —preguntó Harper un poco frustrada.

—¿Y si esperamos un rato a ver si llega alguien? —Sugerí.

—Buena idea, quizás hayan salido. —Concedió.

Nos sentamos en la escalera a esperar.

—Grace, ¿por qué te interesa tanto esto? No los conociste ni nada.

—La verdad no lo sé, es sólo que me causa mucha curiosidad.

—Entiendo, pues la verdad a mi también me da mucha curiosidad. —Rió—. Por cierto, ¿no te han llegado más notas extrañas? —Me miró con atención.

—No, de seguro sólo intentaban jugarnos una broma —dije sin darle importancia.

Nos quedamos en silencio esperando a ver si alguien llegaba.

Rato después

—Grace, ya han pasado 40 minutos desde que llegamos —habló Harper mirando su celular.

—Sí, ¿crees que llegue alguien?

—No lo sé, pero se me acaba de ocurrir una idea muy loca. —Me miró un poco emocionada.

—¿Cuál?

—¿Y si entramos? Sólo un momento a ver si conseguimos algo que nos demuestre que Agnes vive aquí. —Sugirió.

—Es una idea descabellada, pero sí podríamos hallar algo. —Pasé las manos por mi cara—. Vamos. —Me puse de pie.

—Ay diosito, que no nos caigan a pedradas por entrar a una casa ajena. —Pidió Harper mirando al cielo, ambas reímos.

«Par de locas»

Dimos la vuelta a la casa y conseguimos una ventana que para nuestra suerte, estaba sin seguro. La abrimos y entramos con cuidado de no hacer ruido.

Al parecer estábamos en una habitación. Allí sólo había una cama, un armario y un gabetero.

—Hay que revisar el armario y el gabetero —susurré.

Harper asintió y se dirigió al armario, yo fui hacia al gabetero.
Comencé a revisar gabeta por gabeta, pero sólo había ropa y pertenencias de mujer, de una señora al parecer. Lo único interesante que conseguí fue una foto vieja en blanco y negro de una señora y una niña que en el reverso decía "Mi madre Dalila junto a mi" y un poco más abajo "propiedad de Agnes Morrison". Esto me afirmaba que Agnes si vivía aquí.

El secreto de Grace ||TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora