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Hora de la verdad

Habían pasado dos días desde la partida de la mujer más grandiosa que pude conocer en la vida, aunque cometió muchos errores era un gran mujer y puedo decir con toda la sinceridad del mundo que la perdono por haberme mentido, de corazón.

Hoy era el funeral de mi madre, la verdad no sabía cómo me sentía, las lágrimas ya se me habían acabado de tanto llorar y ahora sólo sentía un enorme vacío por dentro, el vacío de saber que ella ya no estaría más, pero al mismo tiempo sentía que debía dar con su asesino y hacerlo pagar por ello.

Los chicos y Evans habían sido de gran apoyo en todo esto, siempre estaban a mi lado y no me permitían que cayera en ese agujero de depresión en el que amenaza con entrar.

—¿Ya estás lista? —preguntó Evans entrando a mi habitación.

—Si, ya podemos irnos —murmuré.

Lo miré aún lágrimas en los ojos y lo abracé aferrándome a él, sin darme cuenta ya me encontraba sollozando fuertemente.

—Sé que no puedo entender ni la mitad de tu dolor pero puedes contar conmigo para lo que sea, siempre estaré para apoyarte. —Susurró dándome un beso en la frente—. Mi niña intenta calmarte, esto podría hacerle daño a tu salud.

—¡No puedo! Es que me duele mucho todo esto, ¿Cómo pudieron hacer algo tan horrible? —Sollocé entre sus brazos.

—Hay gente mala en este mundo Grace pero haremos pagar a quién hizo esto.

—Grace, ya es hora de llevar a tu madre al cementerio —habló Harper a nuestras espaldas.

(…)

—Adiós mi reina, gracias por hacerme una mujer de bien y amarme como lo hiciste. Te juro que haré justicia por tu muerte —dije entre lágrimas y sollozos lanzando la última rosa blanca en su tumba antes de que la sepultaran.

En el entierro sólo estuvimos Harper, Allan, Evans, Clara y yo pues mis abuelos maternos estaban muertos, ella no tuvo hermanos y la poca familia que teníamos no tenía comunicación que nosotras así que preferí no avisarles para no tener que ver sus caras de falsa tristeza.

El entierro terminó y yo le pedí a Evans que me llevara a casa, quería estar sola.

Evans

Durante todo el camino a su casa Grace tuvo la mirada perdida y no dijo ni una palabra, me dolía muchísimo verla sufrir porque aunque tenía poco tiempo conociéndola y siendo parte de su vida la amaba muchísimo.

Al llegar a su casa me dijo que la dejara sola pero yo no quise, le dije que si quería se fuera a su habitación y yo me quedaba en la sala por si llegaba a necesitar algo, accedió no muy convencida.

Grace

Me encontraba recostada en mi habitación mirando fotos con mi madre que tenía en el celular, simplemente aún no podía creer que ya no estaba. Releí el último mensaje que me envió y algo me llamó muchísimo la atención, algo que había pasado por alto, algo que olvidé hacer.

“… Busca en el frasco dónde tu padre solía guardar tus galletitas cuando eras pequeña…”

Tiré el teléfono sobre mi cama y salí corriendo de mi habitación rumbo a la cocina, al pasar por la sala Evans me miró extrañado pero no me detuve a explicarle. En la cocina hay un pequeño cajón viejo donde mi madre guardaba las cosas que casi no usábamos y allí se encontraba el frasco rosa de mis galletas, lo tomé, lo puse sobre la encimera y lo abrí.

El secreto de Grace ||TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora