Capítulo IX.

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Sonreí escupiendo el humo del cigarrillo al ver a Thomas Shelby apoyado en balaustrada aspirando su cigarrillo, caminé hasta él, dejando atrás el barullo de la fiesta, se giró a obsevarme regalándome una sonrisa cálida.

– Una bonita fiesta.

– Soy toda una experta para organizarlas – Alardeé tomando su vaso de whisky para beber.

– Entonces espero que organice la de navidad, ya que al parecer, la pasaremos juntos.

– Nosotros no celebramos navidad.

– Oh si, es verdad – Asintió sonriendo mientras se acomodaba los lentes – permítame felicitarla por lo suyo y Alfie...

– Le dije a Alfie que usted y yo nos habíamos acostado la noche de la fiesta de caridad – Solté deteniéndome frente a él para ver su reacción, dejó caer la cabeza a un lado sorprendido, pestañeó un par de veces dibujando una sonrisa invisible en su boca por un par de segundos.

– ¿Por qué haría algo así?

– Porque estaba despechada y quería herirlo tanto como él me había herido a mí – Expliqué bajando la mirada avergonzada – le aclaré que había sido un invento apenas usted llegó, no quería causarle problemas con Grace, le pido me disculpe.

– Eso explica porque casi me arrancó la mano al saludarme – Asintió observándome divertido – Si al menos fuera verdad, no me habría importado el rumor – Bajé la mirada ¿era eso una insinuación? – entonces ¿usted y Alfie están juntos?

– Algo así.

– Si aquello la hace feliz entonces me alegro infinitamente por ustedes – Le sonreí, se veía serio, como siempre, pero algo en su expresión no calzaba del todo con el tono de su voz.

– Y yo me alegro de que haya venido acompañado por su esposa – Bajó la mirada.

– La verdad, Amaranta, yo...

– Tommy – Ambos observamos hacia atrás desde donde Grace salía arropándose en su abrigo de piel – Estaba buscándote.

– ¿Qué sucede?

– Necesito hablarte – Le susurró como un secreto haciéndome sentir incómoda por lo que bajé la mirada buscando la punta de mis zapatos.

– Discúlpeme Amaranta.

– Por favor – Asentí al verlos alejarse mientras ella enlazaba su brazo al de su esposo caminando por la terraza.

Amaba profundamente el bizcocho de chocolate, y este, especialmente, Inés había rellenado el pastel de crema de moca, bañándolo en un ganache tan suave que parecía que estaba cubierto de seda, cerré los ojos, llevándome el tenedor a la boca mientras el sol se metía por los visillos del salón, las mucamas recogían el desastre de la fiesta que había sido todo un éxito.

Saboree el pastel en mi boca para reclinar la cabeza en el borde del sillón mientras descansaba el plato en mi regazo, los pensamientos me comían la cabeza uno tras otro, uno tras otro, ojos azules, ojos miel, ojos azules, ojos miel, la quijada cuadrada, la barba abundante, el traje de tres piezas hecho a medida, la kippá, judío, gitano.

Sacudí la cabeza restregándome el rostro mientras el cabello me caía por todas partes ¿Qué estaba haciendo? ¿Dónde estaba metiéndome? ¿Qué demonios esperaba?

El estómago se me revolvía cuando tenía a Alfie Solomons junto a mí, sentir el roce de la punta de sus dedos haciendo círculos sobre mi piel, la sonrisa que me provocaba verle sonreír al verme; la quietud eterna que los ojos de Shelby me daban cuando se quedaba viéndome como si observara algo jamás visto, la forma en la que leía, el escalofrío que hacía en mi piel cuando se acercaba.

So f*cking close [{COMPLETA}]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora