Capítulo XXV final

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Los últimos capítulos siempre suelen ser más cortos, So f*cking close ha sido de las más entretenidas y repentinas de escribir, creo que después de todo lo que le sucedió a Amaranta, había que darle un buen final

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Los últimos capítulos siempre suelen ser más cortos, So f*cking close ha sido de las más entretenidas y repentinas de escribir, creo que después de todo lo que le sucedió a Amaranta, había que darle un buen final.
Les agradezco inmensamente el apoyo, los votos?m, los comentarios y todo el cariño.
Un beso enorme, un abrazo.
Les amo 💕

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Me recliné en la poltrona a la espera de que lo que habíamos ordenado llegara, encendí el cigarrillo siguiendo con la mirada a Thomas cuando se levantó para sentarse junto a mí deslizando, descaradamente su mano a mi muslo.

– ¿Qué pasa con esos papeles? – Mi interrogante lo hizo rodar los ojos para agarrar un cilindro de tabaco y prenderselo.

– Mara...

– Estuve pensándolo, Tom – Lo interrumpí colocando un mechón de cabello tras mi oreja – hablé con Polly...

– Así que lo hizo.

– ¿Entonces no le pediste que lo hiciera? – Me observó ladeando la cabeza ¿de verdad pensaba eso? – ¿Estuve volviéndome loca, Tommy? – Asintió suavemente mientras aspiraba su cigarrillo.

– Es comprensible, Mara – Suspiró con un rostro de calma absoluto – estuviste dormida por meses...

– Han pasado tres años, Tommy.

– Jamás me llamas así – Estiró su mano a atrapar mi mejilla, deslizando los dedos por mi cuello para sostener mi nuca – Amaranta.

– Quisiera decir algo romántico, pero lo he pensado y he sido una estúpida todo este tiempo, yo, me volví loca y no he sido capaz de pensar con claridad...

– Cállate de una maldita vez Amaranta – Se acercó a tomar mi rostro para besarme con intensidad, habían pasado meses desde la última vez, agarré la gillete para acortar la distancia mientras sus manos se enredaban a mi cabello salvajemente.

Cuando desperté estaba sola en la cama, como una maldita puñalada en el pecho sentí la decepción de encontrarme con que la situación continuaría siendo la misma, me recosté de espaldas estirando la mano al velador para agarrar la cajetilla y colocarme un cigarro en la boca, antes de que lo encendiera la puerta se abrió haciendo que me sentara en la cama desarticulada para encontrarme a Thomas entrando en la habitación a medio vestir con una bandeja entre las manos.

– ¿Quién eres y qué hiciste con Thomas Shelby?

– Soy el Thomas Shelby al que le hiciste pensar que te perdía – Respondió dejando la bandeja a los pies de la cama para acercarse a mí volviendo a recostarme mientras su beso se metía en mi boca.

– Las tostadas están calientes.

– Y yo, nos debemos meses de esto...

– Las tostadas, Tommy – Se alejó para observarme sosteniendo mi mejilla con una sonrisa.

– ¿Por qué me llamas así ahora? – Me encogí de hombros, no lo sabía ¿Por qué lo sabría?.

– ¿Por qué no te llamaba así antes? – Sonrió mientras me senté en la cama, me estiré para tomar una de las tostadas los besos de Thomas se esparcían por mis hombros suavemente – ¿Qué es esto? – Estiré mis manos a agarrar el sobre azul con mi nombre escrito a pulso – el remitente decía que era de mi madre.

– Ha llegado esta mañana.

– ¿Me habrá escrito para decirme lo mucho que me odia? – Lo escuché sonreír acercándose para sentarse junto a mí.

– Ella no te odia ¿Por qué lo haría?

– Está prohibido que hablé de eso – Solté por inercia recordando a mi madre cuando era pequeña.

– ¿Qué dices? – Me giré para observarlo por sobre mis hombros – ¿Tanto tiempo y no tienes la confianza de contármelo?

– Mamá reprueba tanto lo nuestro porque su relación con mi padre comenzó de la misma forma – Solté en un susurro – mi madre conoció a papá la noche previa a su boda.

– ¿La boda de tu madre? – Negué.

– La de papá, mi madre era prostituta – Los ojos de Thomas se abrieron tan impresionados que hicieron que se me escapara una carcajada – papá canceló la boda y se quedó con ella, se casaron a escondidas y huyeron de Alemania – conté sintiendo un alivio de revelar aquel oculto secreto de familia.

– ¿Estas jodiendome? – Negué con la cabeza dándole una mordida a la tostada – la correcta y perfecta esposa.

– Tommy.

– Llámame así en la cama – Susurró lanzándose sobre mi boca.

Thomas Shelby.
Tres meses después.

Llegó a mi vida como un huracán, devastando todo a su paso, poniendo mi mundo de cabeza, desestabilizando el mundo entero, así mismo fue como todo se vino abajo de un momento a otro, no había forma alguna de esperarlo, ni una sola.

Habíamos pasado la mañana en la cama recuperando el tiempo perdido, aquella noche en medio de la fiesta mientras el maldito ballet danzaba en el gran salón, Amaranta salió buscando ayudar a Los blinders cuando los Billyboys se colaron en el jardín de la casona.

Mara cayó en mis brazos, sus ojos estaban muy abiertos mientras el hilo de sangre resbalaba por su frente tersa, Ada y Polly gritaban histericamente a lo lejos, pude escuchar más disparos seguramente Arthur se encargaba de dar muerte al que había presionado el gatillo en contra de mi mujer.

Allí estaba Amaranta Rüngue, Amaranta Rüngue Shelby, casi podría jurar que sus enormes ojos se movieron en mi dirección antes de apagar completamente su brillo, no hubo una despedida, ni una sola palabra de redención, solo su mirada verde sobre mí, su mirada verde vertiendo su alma al universo.

Había estado tan cerca, tan jodidamente cerca ¡había estado apunto de tenerlo todo!

So f*cking close [{COMPLETA}]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora