#Epílogo: "Sabes que me encantan tus retos cariño"

123 7 8
                                    


2 años después:


—No me puedo creer que te vayas a casar dentro de 3 días —le digo a Cloe abrazándola con entusiasmo.

Estamos en un karaoke celebrando su despedida de soltera —la real—, bueno, una parte de ella. Hemos estado todo el día celebrando que se casa pero ella quiso venir a un karaoke para terminar. Desde lo que pasó hace dos años con Chris no hemos vuelto a celebrar más despedidas falsas, me negué rotundamente, pero a Cloe le hacía ilusión venir aquí hoy. Así que improvisadamente hemos venido a un karaoke de la ciudad.

Estamos bebiendo chupitos gratis y riéndonos. Hemos salido ya a cantar 3 canciones y aunque no estamos borrachas sí estamos ya contentillas.

Pero una voz en el escenario hace que mi risa se corte de golpe. Miro y ahí está, el amor de mi vida de pie en el escenario con el micro en la mano. ¿Qué está haciendo ahí Chris?

De repente empieza a cantar nuestra canción, "when a men loves a woman". Cloe, Marta y las chicas me cogen y empiezan a empujarme hacia el escenario quitándome de la ensoñación. Cuando llego delante, Chris me ofrece su mano para ayudarme a subir mientras él sigue cantando mirándome a los ojos. Estoy hipnotizada y solo puedo sonreír ruborizada. ¿Qué está pasando?

Cuando termina deja el micro en el pie del micrófono y me vuelve a coger de las manos mirándome a los ojos.

—Cariño, puede que no nos conociéramos en las Filipinas hace 5 años, puede que no me enamorara de ti buceando juntos, pero sí es cierto que no pensé que haría tantas locuras por ti. No pensé que estaría de nuevo en un escenario de un Karaoke cantándote la misma canción que el día que nos conocimos. En ese momento no pensé que serías la mujer de mi vida, pero ahora sé que lo eres.

Se agacha hincando la rodilla y saca una cajita que al abrirla aparece un anillo precioso con un diamante. Lo miro con los ojos abiertos y llorosos mientras tapo mi boca con las manos sorprendida.

—Cariño, tú me haces el hombre más feliz del planeta, déjame hacerte la mujer más feliz del universo. Julie, mi vida, ¿te casas conmigo?

—Sí, por supuesto que quiero casarme contigo —digo emocionada.

Chris me sonríe y me pone el anillo en el dedo. Escucho como todo el mundo grita emocionado mientras él se levanta y me coge de las mejillas acercándome sus labios.

—Me caso contigo si en la luna de miel buceamos en las Filipinas —susurro en sus labios.

—Sabes que me encantan tus retos cariño.

—¿Eso es un sí?

—Eso es un por supuesto que sí.

Lo sellamos con un beso, un beso profundo lleno de amor. Lo abrazo por el cuello poniéndome de puntitas. Chris me coge de la cintura levantándome y me da un par de vueltas mientras me río como una loca enamorada. Frena y me mira con esos ojos que hipnotizan haciendo que el resto del mundo desaparezca y me vuelve a besar, esta vez con dulzura, con ternura, me saborea, me prueba. Mis piernas fallan y tengo que apoyarme en él para no caerme. Noto su corazón bajo mi palma y me doy cuenta que va concorde al mío, tan rápido que está a punto de estallarnos del pecho.

¡Madre mía! No me lo puedo creer... ¡Estoy prometida con el hombre más maravilloso del mundo! Nunca pensé que llegaría a ser tan feliz como lo soy ahora. 

Despedida de solteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora