#1: "Julie, mi vida, ¿te casas conmigo?"

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Es viernes por la noche y mi grupo de amigas y yo estamos en un Karaoke disfrutando de un tiempo juntas.

—Chupitos gratis para todas las chicas de la despedida. ¡Brindemos por la novia! —grita el camarero que hay detrás de la barra con un micro en una mano y un chupito en la otra antes de dar un trago.

—¡Por la novia! —gritamos todas mis amigas y yo a la vez divertidas.

Esta noche estamos celebrando la despedida de soltera de Cloe, bueno más o menos.

—Como mi novio se entere de que estamos aquí haciendo esto me mata —dice Cloe riéndose antes de beberse suchupito de un trago.

Marta y yo nos reímos y chocamos los vasitos brindando antes de beber también. 

—Mira, esos dos nos están mirando —me murmura Marta divertida con un gesto de cabeza disimulado. 

Las dos sonreímos y vemos de reojo que se acercan a nosotros dos chicos altos y guapos vestidos en traje.

—Me pido el rubio —me dice mi mejor amiga con rapidez.

—Me parece bien.

—Hola chicas —saluda el chico rubio—. ¿Os apetece una copa?

—Claro —respondemos a la vez.

Nos acercamos a la barra juntos y pedimos algo. El chico rubio no para de mirar a Marta y se pone a hablar con ella sin dificultad alguna. El chico moreno, en cambio, me mira a mí; la verdad es que es mucho más guapo. Tiene unos ojos color miel que hipnotizan bajo unas cejas oscuras, con una barba de no haberse afeitado en 3 o 4 días —aunque estoy segura que no es que se le haya olvidado afeitarse—  y un pelo espeso perfectamente despeinado.

—Me llamo Christopher, pero puedes llamarme Chris.

—Yo soy Julie, encantada —le digo estrechando su mano. Pero él me la coge y me da un beso en ella sin perder el contacto visual con mis ojos—. Qué galán —le digo irónicamente.

—Tendrás que quedar conmigo algún día para demostrarte lo galán que puedo llegar a ser.

—Vaya... galán y  directo. Me gusta —respondo siguiéndole el royo.

—¿Qué tal mañana para cenar?

—¿Qué tal si hablamos un poco y veo si me caes bien como para decidir si ceno contigo algún día?

—Guerrera y directa. Me gusta —me responde él.

Sonrío antes de dar un trago a mi copa y él me la devuelve antes de dar un sorbo a su cerveza.

—Dime Julie ¿qué tengo que hacer para conseguir esa cita?

—¿Qué estás dispuesto a hacer para conseguirla?

—Cualquier cosa.

—Grandes palabras, grandes y peligrosas —murmuro—. ¿Cualquier cosa? ¿Estás seguro?

—Segurísimo —responde firme y con seguridad.

—Está bien. Si subes al escenario, cantas la canción más romántica que haya en la lista, me pides matrimonio y con eso conseguimos más chupitos gratis, entonces te concederé esa cita —le digo retándolo.

—Hecho. —Me da su cerveza para que se la aguante y me guiña un ojo.

Yo abro los ojos sorprendida, no pensé que fuera a aceptar tal cosa. Comienza a caminar hacia el escenario y le susurra algo en el oído al que pone la música.

—¿Qué hace? —me pregunta Marta confusa al lado del chico rubio que también está desconcertado.

—Conseguir una cita  —respondo feliz.

Chris se sube al escenario y coge el micro y yo no puedo dejar de sonreír divertida. No me puedo creer que lo vaya a hacer.

—Esta canción quiero dedicársela a mi preciosa novia Julie —dice señalándome—. ¿Puedes subir aquí conmigo?

Yo abro mucho los ojos de nuevo. 

¿Qué? Esto no me lo esperaba. 

Marta me mira alucinada pero le devuelvo la mirada encogiéndome de hombros, le doy las dos bebidas que sujeto  y comienzo a caminar hacia el escenario. Subo y me pongo al lado de Chris que me coge de la mano mientras el público vitorea. 

—Es por ti cariño —dice antes de que empiece a sonar la música.

Chris empieza a cantar "When a man loves a woman" y su voz me deja anonadada. Canta increíblemente bien y estoy impresionada por la canción que ha escogido. Canta mirándome a los ojos y es como si por un momento me estuviera cantando a mí de verdad, su mirada me traspasa y su voz me atrae hacia él como un canto de sirena y no puedo evitar ruborizarme un poco. Acaba la canción y todos empiezan a aplaudir de lo bien que ha cantado. La verdad es que ha sido increíble. De repente Chris hinca la rodilla y todos gritan a la vez. Yo miro al publico  que están eufóricos, a mis amigas que me miran con la boca abierta y a Marta que se está riendo como una loca antes de volver a mirar a Chris que me tiene una mano cogida y la otra con el micro. Sonrío, ahora viene lo bueno.

—Cariño, cuando nos conocimos aquel verano hace 5 años en las Filipinas buceando, no pensé que acabaría enamorado de ti, que haría tantas locuras por ti, que dejaría mi hogar y mi ciudad por ti. En ese momento no pensé que serías la mujer de mi vida, pero ahora sé que lo eres. Tú me haces el hombre más  feliz del planeta, déjame hacerte la mujer más feliz del universo. Julie, mi vida, ¿te casas conmigo?

Todos gritan diciéndome que le diga que sí y yo sonrío como una  tonta. La verdad es que lo ha hecho muy bien.

—Sí Chris, claro que me quiero casar contigo —le digo haciéndome la emocionada.

Chris se levanta dejando el micro en el suelo, me coge las mejillas con ambas manos y sin previo aviso me besa. Abro los ojos sorprendida durante unos segundos pero en seguida me dejo seducir por sus labios gruesos y dulces, cerrando los ojos y disfrutando del momento más espontáneo de toda mi vida. No había pensado en esto cuando le he retado pero no me quejo. Él me abraza con una mano en la cintura y yo aprovecho para rodearlo por el cuello y me dejo llevar por sus labios. De repente escuchamos al camarero desde un altavoz provocando que nos separemos.

—¡Felicidades pareja! Como regalo, hoy la casa invita a un chupito gratis para todos.

Todos gritan eufóricos y corren hacia la barra pisoteándose unos a otros. Chris todavía me tiene cogida de la cintura con mis manos en su pecho y me sonríe de forma pícara.

—Lo has hecho bien, muy bien. Cualquiera diría que no es la primera proposición de matrimonio que haces —le digo con la respiración un poco agitada.

—¿Te gusta la pizza? —me pregunta sin perder su sonrisa pero sin responder a mi indirecta.

—Me encanta.

Bajamos del escenario cogidos de la mano como si fuéramos una pareja real y se acercan diferentes personas para felicitarnos por "nuestro compromiso". Cloe y las chicas, incluida Marta, vienen hacia nosotros también.

—Nos vemos ahora —me dice Chris guiñándome un ojo y dirigiéndose hacia la barra en busca de su amigo.

—¿Qué acaba de pasar? —pregunta Cloe.

—Eso me gustaría saber a mí —dice Marta riéndose.

—¿Cuando has estado en Filipinas buceando? —pregunta una de mis amigas.

—¿Y por qué no nos habías dicho que tenías ese pedazo de novio? —pregunta Cloe otra vez.

Yo me río y les explico lo que acaba de pasar en ese escenario y todas y cada una de ellas me miran alucinadas de que haya hecho algo así; nos reímos juntas por eso.

—Eso ha sido brutal.

—Increíble.

Nos reímos de nuevo y vamos a por esos chupitos gratis. Esta acaba de ser una noche de lo más interesante.

Despedida de solteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora