Me despierto y pienso en todo lo que ha pasado estos dos últimos días. Es como si hubieran sido una eternidad. Es lunes y decido hacer algo. Basta de llorera, Chris me odia por algo que no ha pasado y pienso plantarle cara y dejarle un par de cosas bien claras. La ruptura es culpa suya, no mía. Me levanto de la cama, desayuno, me doy una ducha rápida y me visto. Pasaré por su oficina después de las clases.
. . .
Por la tarde llego a la oficina de Chris. He llamado a Marta para cancelar el café de esta tarde pero ella ha venido a buscarme al colegio y me ha traído uno. Me ha acompañado hasta aquí dándome ánimos e enfundándome de valentía para plantarle cara. Cosa que no llegué a hacer nunca en el pasado. Marta me deja bien claro, que pase lo que pase, está orgullosa de mí. Yo le sonrío y entro dentro del edificio. Cojo el ascensor hasta la planta 12 y en cuanto llego me acerco a la recepcionista que hay justo enfrente.
—Busco al señor Anderson.
—¿De parte de quién?
—Soy Julie White.
—Un momento por favor, voy a preguntarle.
—Soy su novia —digo un poco insegura ya que después de la otra noche no creo que lo sigamos siendo.
—Tengo que asegurarme, lo siento.
—Está bien —murmuro.
Miro a mi alrededor mientras espero. Es una oficina grande y luminosa, con ventanales grandes. Siempre me ha parecido alegre pero hoy la veo fría. Tal vez la que se siente así soy yo.
—Señorita White, el señor Anderson no puede atenderte ahora, lo siento.
Yo respiro hondo y hago una locura. Empiezo a caminar dirigiéndome a su despacho —no es la primera vez que estoy aquí así que sé hacia donde tengo que ir— mientras oigo a la recepcionista gritando mi nombre diciéndome que no puedo entrar. Estoy segura de que llamará a seguridad, pero no me importa. Me paro delante de la puerta de su despacho y después de inspirar y expirar abro de golpe. Chris está sentado en la silla del escritorio con sus manos tapándose la cara pero levanta su cabeza de golpe al escucharme.
—¿Qué haces aquí? Lárgate —me dice enfadado poniéndose de pie. Tiene un aspecto cansado, con ojeras bajo sus ojos. Un aspecto igual que el mío, aunque no sé muy bien por qué. Es él quien tiene a otra mujer para consolarle con el hecho de que yo "vaya a casarme".
—Me iré después de que me escuches.
—No quiero escucharte —grita.
—Me da igual, me vas a escuchar quieras o no —grito yo cerrando la puerta.
Chris se sienta y me mira con aires de superioridad pero no me dejo intimidar. Así que empiezo a hablar.
—Hace casi 3 años pillé al que era mi novio engañándome con otra chica. Cogí depresión. Estuve en mi cama con pijama, llorando, hasta que unas noches después Marta, Cloe y algunas amigas me sacaron a rastras de mi casa y me obligaron a salir de fiesta con ellas. Acabamos en un bar donde estaban celebrando una despedida de soltera. Estaba enfadada y no estaba disfrutando nada y saber que una chica celebraba que se iba a casar me hacía estar aún más amargada. Encima los camareros no paraban de invitarlas a chupitos gratis. Marta quiso conseguir una bebida gratis y no lo consiguió.
<< Cloe dijo que no conseguiría nada gratis a menos que se casara. Empezamos a montar planes de despedidas de soltera y al final Marta sugirió que teníamos que celebrarlas aunque no fuéramos a casarnos. Era una locura pero desde entonces una vez al mes celebramos una despedida de soltera falsa, salimos de fiesta el grupo de amigas, nos lo pasamos bien y tenemos chupitos gratis. Cada mes vamos a un bar diferente y cada mes la novia es una diferente.>>
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Despedida de soltera
NouvellesJulie no ha vuelto a salir con chicos desde que su última relación la dejó con depresión, no hasta que una noche, mientras está pasando un rato divertido con sus amigas en un karaoke, se topa con un hombre que estará dispuesto a hacer cualquier cosa...