MUDANZAS Y PELEAS

25 0 0
                                    







Cuando salimos de la escuela, el patio esta repleto de alumnos. Todos vamos vestidos muy diferente, es lo único bueno de estar en un colegio público. Y lo peor es que mi madre está en la puerta.

-Tulay, tengo que contarte algo – me saluda con una sonrisa. No puedo evitar sentir angustia, así comienzan todas las malas noticias.

-¿Qué es, mama? -pregunto preocupada.

-Tenemos que mudarnos a otro país. -Es curioso, debería estar acostumbrada a estos cambios, pero siento que esta vez es distinto. Empiezo a caminar hacia atrás por instinto y en solo unos segundos puedo sentir el agua helada en todo mi cuerpo, hasta que consigo salir de la fuente con ayuda de mi madre.

-¿Cómo que nos mudamos?

-Tu padre quiere que nos vayamos con él a España.

Me despido de ella y voy hacia mi casa. Mientras me muevo por las calles voy confirmando, por costumbre, que sea el camino correcto. De repente mi teléfono, que no sé cómo sigue funcionando, empieza a sonar.

-Hola Sem -contesto.

-Hola Tulay, ¿te pasa algo?

-Siempre sabes lo que me pasa, por eso te quiero tanto. -Me ablando un poco, no puedo ser siempre tan directa.

-Yo también te quiero. ¿Qué paso esta vez?

-Mi padre quiere que vuelva a España -dije rápidamente .

Escucho un leve murmullo, Sema esta llorando. Puedo sentir su tensión, es la misma que sentí al momento de recibir la noticia.

-No lo harás, ¿verdad? -pregunta Sema con lo que creo es desesperación-. No puedes dejarme sola, no quiero perderte. Te necesito conmigo, si te vas nunca te perdonare.

No quiero hacerlo. En el corto tiempo que llevo aquí me he encariñado de este país, pero tampoco quiero que alguien mas me recrimine mis decisiones.

-No sé, Sem. No seas tan egoísta.

Corto antes de que Sema pueda contestar. Sigo caminando dispuesta a cruzar la calle, siento como alguien tira de mi mano y veo un auto pasar frente a mí. Al girarme, me encuentro un chico de ojos grises, un gris triste y furioso como el mar bajo la lluvia.

-Hola bonita, soy Tarkan.

-Tulay, y no vuelvas a llamarme así.

-Yo te llamo como quiera, bonita. Después de todo te salve la vida.

-Gracias y adiós -contesto en un tono fuerte y cortante.

-Espera, no tan rápido. Tienes que recompensarme de alguna manera.

-¿Qué quieres? -Mi tono de voz se esta elevando, es evidente que me irrita la situación.

-Quiero una cita y no voy a parar hasta conseguirla.


-Señora Koç, somos los detective Badem y Arap. Por favor, abra la puerta, usted corre peligro.

-¿Detectives? -grita desde adentro. Yakin, mientras tanto, rodea la casa buscando otra posible entrada.

-Me alegro de que este bien, señora Koç, habra la puerta.

-No pueden pasar sin una orden judicial -reclama. Nada tiene sentido. Por su voz parece que ocultara algo.

-Voy a abrir la puerta. ¡Uno, dos, tres! -digo tras unos segundos de incertidumbre. La puerta se abre ante mi y mirada vaga por el departamento. En medio de toda la basura se encuentra Elif.

-Muerta. Llegamos tarde. -Sé que es así, sé que su vida dependía de nosotros y sé que no pudimos salvarla.

-Cuando entre por la puerta de atrás, vi unas huellas. Por el tamaño diría que eran de un hombre.

-¿El culpable o alguien que no quería ser visto?

-Encontré una tarta a medio comer en la cocina -dice Yakin.

-Si es como pensamos, podría estar envenenada. Va a ser difícil encontrar algo en este basurero.

Sin decir nada más, empiezo a rebuscar por medio de la basura. Por ahora sabemos que la víctima tiene una señal de culpable y alguien estuvo aquí antes que nosotros. Algo que llamó la atención de Yakin, es que la mesa de la cocina está completamente limpia, así que me dedicó a observar a su alrededor.

-Ey -grita Yakin a mi espalda.

Sé quien es sin tener que voltearme.

-¿Qué pasa? -pregunto con tono agradable.

-Hay un sujetador debajo de la mesa -dice avergonzado-, parece que Elif estuvo pasándolo bien antes de que llegaramos.

Elif tenía un amante, eso explica que yo haya encontrado...

-Un reloj y de los caros.

-No parece algo que Elif o Murat puedan permitirse, seguro se le cayó al hombre que estaba con ella cuando llegamos.

-O mujer. Creo que es hora de revisar la computadora -digo sonriendo.

-De hecho, ya me adelanté con eso. Hay algunos correos con amenazas hacia Murat. "Esto ya es demasiado, Murat. Ya hice lo que me pidieron, no puedo seguir arriesgándome por esto""No puedes dejarnos ahora. Sino nos encargaremos de sacarte nosotros. Para siempre""No te tengo miedo Murat, dejame en paz o vas a tener problemas" -me responde con una sonrisa, enorme y brillante. No puedo evitar quedarme mirándola, tiene una sonrisa bonita, como esas sonrisas que te llenan de confianza. Pero tengo que prestar atención al caso.

-¿Con problemas se referirá a todas las muertes? Por cierto, entre las cosas de Murat encontré más pastillas de éxtasis. Creo que además de Murat y Osman hay alguien más implicado -afirmó y creo que él también lo ha pensado.

-Alguien con muchísimo dinero, como la pareja de Elif.


Tulay: La Vida SigueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora