Contacto

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Esa noche me le acerqué, le saludé y con temor a ser rechazada, él extendió sus brazos para abrigarme en ellos como si me conociera de mucho tiempo. Al regresar a casa, encontré un mensaje que decía “Sé qué te ocurre, los ojos no mienten”. Mis ojos me delataron, confesaron los secretos de mi corazón, le contaron a su dueño lo que estaba pasando en aquel momento, sí, su dueño, porque a mas nadie miraban, solo a él. 

Nunca olvidaría esa sensación, fueron segundos que sentí como horas, sentí que en ese lugar solo estábamos los dos, desenfoqué al mundo, quizá me transporté a una conexión entre nuestros mundos, su mirada no me intimidaba, por el contrario me sentía segura, su ser me daba calma, aquella que no sentía hace mucho.

Sólo pensé que me había descubierto, y le expresé todo lo que estaba sintiendo, y él aunque era tan difícil y casi sin sentimientos me confirmó que el sentimiento era mutuo.

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