Capítulo 1

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Noviembre 5 de 1981.
Canterbury, Inglaterra.
Orfanato "Happy Children's"
9:35 am.


Lúgubre, descuidado y maltrecho...

Esas eran las mejores palabras para describir el enorme y horrible edificio.

Las paredes estaban cuarteadas y con demasiada humedad, la pintura hace tiempo que se había ido, ahora solo el color del concreto era todo lo que reinaba.

Los jardines que rodeaban el recinto, donde antes había un verde césped lleno de vida, ahora solo era hierba seca y muerta.

Las puertas, que un día fueron gloriosas, ahora solo eran un par de tablas enormes roídas por termitas.

Las ventanas, ni hablar de ellas, algunas ya habían sido selladas con unos cuantos ladrillos, otras con pesadas tablas y, las pocas que seguían abiertas, eran celosamente cubiertas con viejas cortinas amarillentas que en sus mejores días fueron blancas.

El pórtico de entrada era lo peor, las barandas que rodeaban el espacio, ya eran inexistentes, las tejas que cubrían la entrada de lluvia se caían a pedazos, dejando ver varios grandes agujeros.

Lo único en buen estado, y eso es decir mucho, era el tejado, al que reparaban seguido solamente para evitar que entrara la lluvia al ático, el cual era ocupado por la habitación de la Sra Brown.

Ah, la Sra Brown, todo un espécimen andando, directora y dueña del orfanato.

Una mujer de estatura promedio, algo robusta y tosca, con cabello rojo, rizado y pajizo, piel grisácea, ojos hundidos color miel, enmarcados por inmensas ojeras, dientes amarillentos, torcidos y grandes, y un enorme y exagerado busto.

¡Magnifico ejemplar!.

Siempre vestida con antiguos, roídos y voluminosos vestidos de colores chillantes y llamativos, con un inmenso escote bastante vulgar y provocativo,un corsé un par de tallas menor a la de ella,una gran cantidad de joyas que a kilómetros se notaban falsas, con una peineta enorme decorada con un par de largas plumas de pavo real que siempre usaba para intentar sujetar toda su maraña de cabello en lo alto de su cabeza, maquillaje exagerado y con el labial siempre corrido debido a sus frecuentes amoríos con viejos ganaderos, y fumando siempre, desde el día hasta el anochecer su inseparable puro de dudosa calidad.

Mujer temible y cruel con sus empleados y los niños que tenia bajo a su cuidado.

Siempre tacaña y avara, pues reducía a lo mínimo los gastos de mantenimiento del edificio, el salario de sus empleados y la alimentación de los menores, y ni hablar de la ropa y medicamentos.

Jamás les permitía a los niños salir al jardín a jugar, los mantenía siempre callados, sentados y con las cabezas agachadas en su escasa media hora de receso y merienda, pues todo el día los mantenía encerrados en el estrecho salón de clases al cuidado de Miss Mcmichael.

Maestra de nivel primaria bastante severa, delgada y larguirucha, cabello repleto de canas, con mirada hostil, y voz demasiado grave para ser mujer, siempre vestida con el mismo vestido largo de terciopelo rojo que le cubría cada centímetro se su piel, acompañado de un delgado cinturón con una inmensa hebilla en forma de alcatraz, rodeando su estrecha cintura.

Con una larga regla de madera siempre entre sus manos, la cual usaba para golpear a los niños en las manos y/o en la cabeza que no sabían alguna respuesta de la clase o no terminaban en el tiempo establecido sus actividades.

Dragmire's Blood ⚡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora