Capitulo 30

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Desperté tirada en el suelo de la cueva. Ya me sentía completamente bien para ese momento, aunque me encontraba un poco desubicada y cansada.

Me senté para estirarme un poco, y la blusa que me cubría cayó... Cayó como mi dignidad al recordar lo que había sucedido entre el Uchiha y yo.

—No puedo creerlo... — coloqué una mano en mi frente, los recuerdos iban llegando poco a poco, acompañados de todas esas sensaciones.

Me removí un poco, estaba drogada, eso es seguro. Y supongo que el lo sospechó, cuando me lancé sobre él rogándole, en pocas palabras, que me hiciera suya. Sin embargo... No sé si eran efectos de la droga, o si era yo... Pero las caricias de ese pelinegro sabían a pura gloria.

Vale, estoy delirando. A lo mejor sigo drogada.

Me iba a recostar nuevamente, cuando escuché un gruñido y una maldición, y provenían del interior de la cueva. Me levanté y caminé hasta allá.

Al llegar, casi se me cae la mandíbula, al igual que a Sasuke.

Estaba sentado, con su camisa retirada y una mano en su... Grande, falo...

Mi vista subía y bajaba entre la cara de sorpresa de Sasuke, y su miembro. El hombre se estaba masturbando. Volví a mirar su rostro, tenía los labios rojos entreabiertos, al parecer los había estado mordiendo, una fina capa de sudor le cubría, le hacía ver tan... Bien, y malditamente caliente.

—¿Desde cuándo... ? —un pequeño sonrojo surcó su cara, y trató de taparse.

—Estaba excitado por culpa del accidente contigo... No pensé que despertarías por ahora, y ya tenía una erección que dolía... Así que... Joder — bajó la mirada avergonzado.

Sasuke Uchiha avergonzado, quién lo diría. Quería reír en ese momento, pero también tenía otro deseo.

—¿No has podido venirte? — me acerqué a él, a paso lento, tomándome mi tiempo para analizar las cosas.

—Eso no es de tu incumbencia — aún en esta situación, sigue siendo el mismo orgulloso y arrogante Uchiha de siempre.

—Solo responde, Sasuke — suspiró y apartó la mano que cubría su miembro.

—¿Crees que he podido?, está tan erecto que me duele... No importa cuánto estimule, no logro llegar — le miré a los ojos, en ese momento el no tenía el Sharingan activado, y podía disfrutar de su ojo negro.

—Te confieso... Qué yo también estoy excitada... ¿Quieres...? — el sonrió de lado.

—Soy casado, mujer. ¿De verdad me estás proponiendo esto?— sonreí, mientras tomaba la mano que me había extendido, estaba pegajosa.

—Si no mal recuerdo, no nos importó en ese accidente... Pero bien que puedo irme y ambos olvidamos que esto pasó — me atrajo hacia él, mientras sonreía.

—No te dejaría hacerlo, aunque quisieras — sonreí yo, esta ocasión.

—Esto está mal... Muy mal — susurré sobre sus labios, los cuales me encargué de delinear con mi lengua.

—Y eso lo hace aún más excitante para ambos — dirigió su cabeza hasta mi cuello, donde depositó besos húmedos.

—Sakura nos va a descuartizar cuando se entere... — su risa ronca resonó por mi clavícula, causando que soltara un suspiro.

—No tiene porque saber, que su "amado" esposo tuvo intimidad con su protegida, además... — me miró a los ojos, activando su Sharingan.

Yo no me quedo atrás estúpido, tengo uno activado las 24 horas del día.

Vamos a tomarnos nuestro tiempo. Quiero conocer cada centímetro de tu cuerpo, quiero saborear tu piel hasta que no puedas más, voy a desgastar tus labios, y no es una opción, es nuestra realidad... — me colocó un mechón de cabello detrás de la oreja, y con su pulgar acarició mis labios entreabiertos. —Mirate... ¿Quién me iba a decir que luces jodidamente bien cuando te encuentras excitada? — reí, y lo hice con ganas. Y el también se rió, mientras se deshacía de la venda que cubría mis senos.

—Sasuke... — detuve su mano y negué. — Ahora no... Yo mando aquí. Y haré que quedemos tan impregnados el uno del otro, que terminarás queriendo más encuentros — el cerró los ojos, y su sonrisa de engreído se ensanchó.

—No pensé que fueras tan dominante, cuando de sexo se habla — sonreí de lado y le tomé del mentón, levanté con brusquedad su rostro, causando una ligera sorpresa en el, que fue pésimo en disimular.

—Estoy caliente y no hacemos más que hablar. Así que o nos ponemos a despertar el instinto animal, o me voy de aquí y me trato yo misma — una fuerte nalgada fue su respuesta.

—Me voy a volver un completo animal, para ti —me empujó, causando que cayera de espaldas. Prácticamente me arrancó las vendas que me cubrían, y las usó para amarrar mis manos.

Dedicó unos segundos a mirar detenidamente mis amigas.

—Confieso que siempre me llamó la atención el tamaño que tenían, pero sin la venda se ven enormes — fruncí el ceño.

—¿Te dedicabas a verme los senos? — el sonrió y se acercó a mí oído. Pude sentir la presión que hacía su miembro en mi entrada, lo que me arrancó un sonoro gemido.

—Créeme cuando te digo, que no solamente los senos, tú trasero y caderas también son impresionantes — su lengua recorrió toda mi oreja, mientras hacía pequeños movimientos con la pelvis, simulando embestidas.

Su intención era torturarme, pero yo simplemente no se lo iba a permitir. Levanté mis caderas, buscando el roce entre nuestras intimidades. Y vaya que lo logré, ambos soltamos un pequeño gemido. Y esa fue la gota que derramó el vaso.

Probé la manzana prohibida. Dejé que Sasuke me arrastrata hasta la oscuridad, donde me hizo sentir cosas que nunca me imaginé ser capaz de sentir.

Sus embestidas eran fuertes y profundas. Cada estocada me arrancaba un gemido.

Él sonreía, y de vez en cuando se mordía el labio y cerraba los ojos.

—Dime... ¿Qué es lo que quieres de mi? — delizo su lengia por mis senos, yo suspiré.

—Hazme tuya, Sasuke Uchiha.

Las horas pasaban y nosotros seguíamos en lo nuestro. Descubrí cada centimetro de la piel de este Uchiha, y me sentí malditamente bien, en el proceso.

Me vine mas veces de las que podía contar, y al final terminé dormida con la cabeza en su pecho, y la promesa de que esta no sería la ultima vez que dejariamos a un lado todo, y nos dedicariamos a intimar hasta no poder más.

Bajo El Mismo Sharingan ((Sasuke Y Tu)) [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora