El Regreso.

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Takato no pudo dormir en todo el vuelo, se sentía devastado. Se la pasó mirando hacia la ventana, en silencio, con la cabeza baja y como si le faltara la energía. Todo el vuelo pensó en una sola cosa; en Henry. Fue imposible para él sacarlo de su cabeza, todo fue su culpa. No tenía idea de lo que debía estar pasando con él en ese mismo momento, todo por su torpe idea. Del mismo modo, pensaba en la vergüenza y el resentimiento que su familia debía tenerle.

Bajo del avión y pasó todo el proceso del aeropuerto arrastrando los pies, chocando por error con las personas, jalando su maleta con desdén. Justo afuera del aeropuerto se encontró con Rika, quien apenas le vio corrió hacia él.

—¡Por fin volviste, Takato! —Rika lo abrazó y le dio un largo beso—. No sabes cuánto te extrañé. Te quiero tanto, cariño —al levantar la mirada, vio la apatía de Takato, las ojeras y la expresión alargada—. ¿Qué te ocurre?

—Nada... solo quiero volver a mi casa y ya.

—Es por Henry, ¿verdad? —inquirió ella, apartando la mirada—. Es terrible lo que ha pasado, pero no fue tu culpa. Henry también quiso todo eso, nunca imaginó que lo descubrirían. Henry jamás se enojaría contigo por lo que pasó, además, seguro también debe sentirse mal porque tu tuvieras que pasar por eso. Pensar que te corrieran de su casa así sin aviso; es una suerte que pudieras cambiar el vuelo de regreso.

—Supongo que tienes razón. Ambos sabíamos el riesgo.

Rika le tomó de la mano.

—Vamos, te acompaño a casa.

Tomaron un taxi y viajaron en silencio. Rika intentaba hacer sentir mejor a Takato, pero él seguía distante, encogido de hombros.

Takato llegó a su casa, sacó sus llaves y abrió la puerta. El interior estaba oscuro y silencioso.

—¿No hay nadie?

—Hablé con is padres, ellos salieron a ver cosas para la panadería aprovechando que yo no estaría.

Takato caminó hacia su habitación y dejó su maleta en el piso para después dejarse caer en la cama. Sintió un dolor en el estómago, que poco a poco fue subiendo hasta su pecho; algo le oprimía el pecho con fuerza y no le dejaba respirar.

—No estas para nada bien, Takato —le dijo Rika, sentándose a su lado—. Aquí estoy contigo, déjame ayúdate. Podemos hacer algo para que te sientas mejor, solo dime que. Podemos ver alguna de tus películas favoritas; como Blade Runner o Jurassic Park, ¿Qué te parece?

—Estoy bien, gracias por preocuparte, Rika. Creo que solo necesito dormir.

—¿En verdad? Si quieres puedo quedarme contigo.

Rika se acostó junto a Takato. Le dio un beso en la mejilla y se acurrucó de modo que pudiera abrazarlo. Por su parte Takato se quedó inmóvil un par de minutos, aun callado, hasta que decidió bajar los brazos para abrazar a Rika.

—Te quiero, Takato —Rika se acercó y le dio otro beso.

Takato tardó un poco, pero comenzó a seguirle el ritmo a Rika.

Rika empezó a llevar sus manos por debajo de la camiseta de Takato, tocando su piel, palpando esa suavidad. Sus manos fueron subiendo hasta tocar su pecho.

—Rika... espera...

—Silencio —interrumpió, dándole un beso—. No pienses en nada, deja de pensar en lo que pasó y déjate llevar. Esto es lo que queríamos hacer cuando volvieras y este es el momento perfecto. Solo estamos tú y yo, solo nosotros dos. No querría nada más.

El Viaje a China de Takato y HenryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora