IV

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Después de organizar equipajes y habitaciones, Minhyuk y Eunseo decidieron que querían salir en busca de aventura y visitar los distintos puestos turísticos del pueblo. Hyunwoo dudaba sobre ir con ellos o no, realmente tenía mucho que hablar con Jihyun, lo cual no le dejaba demasiado tiempo libre. Por otra parte, estaba Hoseok que le miraba con cara de cachorrito sin saber qué hacer. Lo comprendía, después de todo había ido allí para ayudarle, no para ir de turismo.

— Ve con ellos si te apetece ver las minas, es divertido — dijo Hyunwoo mientras Minhyuk y Eunseo metían ruido desde la puerta, gritando y agitando sus guías turísticas, como críos.

Hoseok negó. Sonreía ampliamente, pero se giró un momento a mirar a Esuneo que le tiraba del brazo desde la puerta. Negó de nuevo. Seguidamente miró a Hyunwoo que en el fondo creía que también quería irse, muy a pesar de tener que lidiar con conversaciones incómodas.

— Aún tengo que ayudarte con todo lo que querías poner en cajas para llevarte a Perth — dijo —. Aunque la mayor parte de las cosas que ibas a hacer las haya hecho Jihyun, no...

Hyunwoo se encogió de hombros.

— Estando Jihyun aquí podemos hacer eso en otro momento — dijo pero Hoseok volvió a negar.

— Me dan un poco de miedo — dijo por lo bajo —. Ya has oído a Eunseo con lo del funeral.

Hyunwoo rió y negó con la cabeza.

—No voy con vosotros, tenemos que hacer cosas de personas que no son turistas — puntualizó Hoseok para hacer que Eunseo estallase en carcajadas como si fuera graciosa la forma en que les rechazaba.

— Técnicamente si pasas más de un día aquí, pero menos de un año eres un turista según la organización mundial del turismo — dijo Minhyuk.

Hoseok negó y bufó para sí.

— Pero trataré asuntos de locales, que son ellos dos — se justificó señalando a Jihyun y a Hyunwoo.

Jihyun caminó hasta la cocina y Hyunwoo negó con la cabeza a la vez que se reía. En resumen, Hoseok no cedió, y Eunseó tiró del brazo de Minhyuk fuera de la casa, no sin antes convencer a Hyunwoo de usar el coche de alquiler.

La cámara cargaba en una esquina de la amplia cocina, mientras Jihyun estaba sentada en la mesa con un pequeño notebook en el que tecleaba. Tenía abierta una hoja de gastos en excel y observaba de lejos Hoseok y Hyunwoo. El segundo había optado por tumbarse en el sofá, y Hoseok le miraba confuso desde un lado del sofá.

— Deberíais haber ido los dos — dijo desde la cocina.

Hyunwoo se rió más para sí que porque fuera gracioso. No, ver las minas una vez más como cada vez que un familiar había pisado Australia, ni de broma. Las minas solo eran realmente divertidas para él si iba sin guía, sin miedo y con la cámara de vídeo.

Caminó hasta la cocina dejando a Hoseok en el sofá. Abrió varios de los armarios de la cocina y los encontró vacíos. No había cereales, no había galletas, ni tan siquiera pasta pasada y llena de bichos. Resultaba decepcionante.

— ¿No lo sabes? — preguntó Jihyun confusa —. Pensé que tal vez alguien te avisó porque solíais hablar. Habría que ir a comprar de todos modos.

— Seungyeon se enteró por la señora Kim — dijo Hyunwoo —. Y me llamó enseguida. Nuestro padre yo éramos desconocidos después de que me fuera a la universidad.

— ¿Por qué no te hablaba? — dijo ella levantando la vista del notebook y mirándolo sentarse en la silla de delante de ella.

— Tal vez fui al registro a pedir que me pusieran el apellido de mamá, antes de irme a Perth pasé por Hannans y lo tramité todo — explicó, tragó saliva y se rió —. Le llegó la carta aquí y me llamó para decirme que era una desgracia y que...

A little something   - showhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora