Homofobia

2.2K 119 11
                                    

MESES DESPUÉS...

Las semanas pasaron rápidamente y la primavera ya se sentía en el ambiente de la ciudad, los días lluviosos poco a poco disiparon y dieron paso a la floración de los bellos parques y jardines aledaños a la Universidad, los cálidos rayos de sol se reflejaban sobre las tranquilas aguas del río dando la sensación de paz a las personas que acostumbraban a sentarse en la rivera a contemplar el paisaje. En uno de los tantos muelles, sentado con los pies en el agua se encuentra Felipe disfrutando los últimos minutos de calma antes de que lleguen sus compañeros de equipo a entrenar para el campeonato.

- ¿Qué Piensas tanto hermano?- Escuchó decir justo tras de él a Boris, quien venía acomodando su traje de remo - ¿Sigues complicado con la profesora?- Le dio una palmada en la espalda al tiempo que se sentaba junto a él con las piernas cruzadas para no meterlas en el agua.

-Sí, no ha dejado de insinuarse, incluso después de aquella noche en que decidí no entrar a verla- Soltó un suspiro – Ha continuado enviando mensajes y si te soy sincero, siento que a veces me gusta ese jueguito, pero no siempre es agradable- Miró a su amigo a los ojos, sabía que podía confiar en él.

-Admiro que no hayas caído en su tentación, otro en tu lugar ya lo habría hecho- Boris le sonrió – Y a pesar de que Camila sea mi mejor amiga, tú también lo eres y respetaré cada decisión que ustedes tomen, incluso si se equivocan- Extendió su mano y se dieron un fuerte apretón.

-Gracias mi Bro- Felipe se sintió más aliviado al poder desahogarse como habitualmente lo hacía con sus amigos – ¿Y tú? pequeño travieso, Quiero novedades del secretito que me contaste hace unas semanas- Sus ojos se achinaron con la sonrisa que se dibujó en su rostro, al tiempo que Boris se ruborizó.

-¡Jajaja!- Boris soltó una fuerte risotada -Eh, nada nuevo Pipe...Ese Makina no se atreve a nada- Se encogió de hombros y miró su reflejo en el río -Quizás le asusto y me ha evitado cada vez que puede, solo interactuamos cuando estamos todos juntos- Dejó caer sus pies y el reflejó se difuminó.

-Bueno, yo te comenté que ya estaba notando algo extraño en su comportamiento- Pipe se ponía de pie -Pero sospecho que no dirá nada, debe estar muy confundido y eso me preocupa, también es mi amigo- Miraba hacia atrás en donde se escuchaba alboroto –¡Aunque sería genial que ustedes dos tuvieran algo! – Exclamó al tiempo que ponía unos de sus fríos pies mojados en la espalda de Boris.

- ¡Ah, mierda! -Gritó Boris contorsionado su espalda.

-¡Ya párate que ahí viene el resto y Eric también!- Soltó una carcajada y salió corriendo para unirse al grupo de remeros que iba a comenzar el entrenamiento matutino.

En un par de minutos había cerca de veinte muchachos acomodando sus remos en las respectivas embarcaciones, que estaban ya dispuestas para iniciar la regata en cuanto el entrenador dieras instrucciones. Los Makina, ya se encontraban juntos como de costumbre para practicar en un bote de cuatro sin timonel; se acomodaron raudamente haciendo gran alboroto y bastó con escuchar el silbato para comenzar a remar con fuerza, todos estaban enfocados en ser los escogidos al final de año para representar al país en una importante competencia.

Desde la orilla, las personas se detenían para ver el entrenamiento de los universitarios y los alentaban con gritos y silbidos que estos podían escuchar desde sus posiciones. Tras una extensa jornada sobre el agua, llegó el momento de una retroalimentación del docente en donde se reunieron en torno a él formando un circulo para escuchar sus palabras y luego de esos continuaron con una breve rutina de ejercicios en el gimnasio techado del club, de tal forma que sus cuerpos cada vez fuesen más resistentes y fuertes.

Cerca del mediodía, la jornada acabó y muchos de los chicos con evidente cansancio terminaron tendidos sobre las bancas del camarín para recuperar el aliento. Los makina, sentados en el piso, festejaban la buena jornada, pues sentían que habían logrado un gran avance en las últimas semanas. Nicolás, quien estaba apurado por llegar a una clase, fue el primero en recuperarse y correr hasta las duchas para seguir con sus labores estudiantiles; rato más tarde se despidió del resto que continuaba perdiendo el tiempo con juegos tirados en el suelo. Media hora después, recién decidieron dejar de descansar y comenzaron a quitarse la ropa para darse un baño; Felipe en tres minutos ya había acabado, pues recordó que Camila vendría por él y ya estaba retrasado, Viktor en cambio decidió irse al departamento pues tenía el día libre de clases. Antes de salir, Pipe le hizo un guiño a Boris, pues estaba quedando a solas con Eric en los vestidores.

Poco a poco se fue esfumando el ruido de los alborotados remeros, el vestidor estaba lleno de vapor y los espejos empañados; sólo se escuchaba el sonido de las duchas.

-Estuvo bueno el entrenamiento- Dijo Boris a su compañero, intentando romper el hielo, pues era evidente que estaba incómodo.

-Sí, estoy destruido- Respondió Eric, mirándolo de reojo y con el corazón acelerado, durante meses estaba evitando una situación como esa.

-Pensé que intentarías salir rápido- Boris cerró el paso del agua – Hace mucho sólo me hablas frente a los demás- Sacudió su cabello con una mano.

-No quiero hablar sobre eso- Respondió mirando hacia otro lado.

-Eric, necesito que me mires- Boris se acercó un poco.

-¡Déjame , por favor!- Eric salió corriendo. Hubo un breve momento de silencio.

Boris caminó lentamente mientras el otro muchacho se intentaba secar los más rápido posible, se notaba molesto por sus movimientos bruscos.

-Eric... llevamos semanas mirándonos- Boris tomó una toalla y la cruzó en su cintura -Si no me gustaras no te estaría diciendo estas cosas- Se le acercó lo más que pudo – Dime que yo no te gusto- Sentenció el muchacho aún con el torso mojado.

-Ya te dije que yo no...- Respondió titubeando, acomodándose el pantalón sin siquiera haberse secado bien.

-¡Mírame y dime que no te gusto!-Exclamó Boris, ahora más cerca de él y en actitud desafiante.

Eric respiró profundo y se volteó a verlo, intentando contener sus emociones. Ahí estaba, otra vez frente a él, semi desnudo y con esa mirada cálida que lo hacía temblar, observaba sus rosados labios apretados, esperando una respuesta. No atinaba a decir nada, sentía un nudo en el estómago y su respiración agitada.

-Me gustas mucho- Boris extendió su mano y tocó sutilmente la mejilla de Eric, quien estaba casi petrificado, pero al sentir la calidez de su cuerpo; no pudo contener todo lo que aquel apuesto muchacho le provocaba y tras unos eternos segundos de espera, se unieron en un beso lleno de deseo. Las ganas contenidas estaban siendo saciadas entre fuertes caricias, sobraban las palabras en aquel ansiado momento.

-Sí, me gustas- Le susurró Eric al oído, al tiempo que recorría el cuerpo de Boris con desesperación. Cada segundo contaba por toda esa larga espera en que sólo podía observarlo en silencio cuando dormía.

-¡Maricas!- Se escuchó gritar con ira, interrumpiendo el acalorado beso de los remeros - ¿Qué mierda está pasando?- Exclamó Nicolás estupefacto, parado a la entrada de los casilleros y ante la mirada atónita de sus amigos – Vine por un bolso que olvidé y los encuentro así...¡Qué asco!- Sentenció al tiempo que tomaba un bolso que estaba tirado debajo de las bancas.

-Nico, yo puedo explicarte todo- Respondió Boris acomodándose la toalla e intentando calmarlo, pues se notaba conmocionado.

-¡Explicar qué!- Gritó Nico con una mano extendida como para alejarlo -¡Son unos putos maricas!- Lanzó una patada a un basurero cercano para descargar su ira – Lo podría esperar de Boris, que lo conozco menos- Los miró casi con desprecio – Pero de ti, Eric- sus ojos estaban llorosos -Somos los Makina, ya lo olvidaste- Dijo sin poder verlo a la cara, luego salió raudo, dando un fuerte portazo en la entrada y dejando a sus amigos con una amarga sensación de desprecio. Eric se sentó a llorar ante la mirada atónita de Boris.

Heterocurioso ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora