Capitulo XIV

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Capítulo14

-Kendall-susurré. Me sentía tan excitada que todo me daba igual, tanto el echo de estar semidesnuda -solo por las bragas me libraba- en la cocina, como el que estuviera la ventana abierta...- ¡La ventana! -grité en mis pensamientos, okey, eso no me daba igual, ahora se asoma el morborso de nuestro vecino y nos ve en plena acción... no, esa idea no me gustaba- Kendall...

-¿Qué? -preguntó él.

-La ventana... -murmuré- está abierta, nos pueden ver...

-Uhm... así verían la suerte que tengo.

-Kendall...

-ok, ok, ya la cierro, pero tu vienes conmigo.

-¿Qué?

Kendall me cargó en sus brazos, le rodeé la cintura con las piernas, y me agarré a sus hombros.

-Veo que ahora entiendes.

Le sonreí. Kendall bajó la persiana. Se acercó de nuevo a la encimera de la cocina y cogió el vaso...

-Uhm... nos hemos quedado sin hielo -se quejó. Entonces abrió el frigorífico y rellenó el vaso con mas cubitos de hielo- me estás matando _______, estás tan mojada... me estás mojando la barriga y me estoy volviendo loco -me confesó.

-Pues no se a que esperas para llevarme a la cama -le espeté, la verdad yo también me estaba volviendo loca, sentía la punta del miembro de Kendall contra mi... lo quería dentro...

-Ya voy tesoro... pero no tengas prisa, antes voy a beber de ti...

-Oh... -fue el único sonido que se escapó de mi garganta. Iba a beber de mí...

-Abre la boca -me dijo. Lo hice, enseguida colocó un cubito de hielo entre mis labios, lo sujeté con los dientes, y enseguida el abrió la boca y se metió la otra mitad en la suya... El hielo se estaba fundiendo en nuestros labios, las gotas de agua recorrían nuestros cuellos y seguía bajando. La excitación iba ascendiendo, poco a poco el cubito de hielo fue achicándose y cupo en uno de nuestras bocas, Kendall me hizo abrir la boca con la lengua y buscó el cubito de hielo, jugamos con él, pasándonoslo, saboreándonos, hasta que se fundió.

No se como, pero ahora estaba tumbada sobre la cama, bueno si se como, él me había traído, pero yo no me había dado cuenta... estaba demasiado pendiente de mi cubito de hielo, y su boca... su lengua... su sabor... ¡Dios, me estaba volviendo loca!

-Es hora de beber... -musitó. ¿De beber? ¿Qué...? Sentí las manos de Kendall tirando de mis bragas, al cabo de unos segundos volaron, cayeron en algún lugar de la habitación...

-Kendall...

-Shh -siseó él besándome.

-¡Deja de ser tan mandón! -me quejé.

-Shh -volvió a sisear él, ¡de verdad a veces me sacaba de mi lugar! Pero no se iba a quedar a...-¡¡Oh dios!! -sentí la lengua de Kendall contra mi sexo- Dios -esa lengua debería ser un pecado... desde luego sabía hacer que me distrajera.

-Eso es, tesoro, deja de quejarte y disfruta.

Me besó, después colocó un cubito de hielo en mis labios, abrí la boca para atraparlo, pero el no me dejo. Lo bajó por mi cuello, acarició mis pechos con el cubito, y siguió bajando y bajando de repente lo sentí contra mi intimidad, el frío hizo que me sobresaltara, pero enseguida noté su lengua seguir el rastro del hielo.

-Ah... Kendall... dios...

Puedo jurar que su lengua es maravillosa, se movía de arriba hacía abajo, presionando...

Amigos con Derechos© Kendall SchmidtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora