Chantaje

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De todas las personas que podría encontrarme tuvo que ser Sam. He de decir que no tiene buen aspecto,  tiene cara de estar muy cansado, tiene ojeras y no parece haberse cambiado de ropa recientemente. No sé cómo reaccionar, no esperaba verlo delante de mí tan pronto.

—Debí imaginar que saldrías con él - su tono de voz suena amargado.

— No sé que te hace decir eso pero no tienes nada que reclamarme y lo sabes — rebusco en mi bolso las llaves lo más rápido que puedo, cuanto antes acabe esta conversación mejor.

—Tenemos que hablar, no me dejaste explicarte nada Claire.

—¿Qué hay que explicar? ¡Me encontré a otra medio desnuda en tu habitación! — no quiero elevar la voz pero no puedo evitarlo. Sam parece derrotado pero no pienso caer en su papel de víctima.

—No la conocía te lo juro, se apareció en mi cuarto sin más.

—¿De verdad pretendes que me crea eso? Mira , llevo unas semanas de mierda y tú no has hecho más que empeorarlo todo — al fin encuentro las llaves y abro rápidamente, cuando intento cerrar Sam me lo impide.

—Escúchame bien, sabes que jamás haría algo así.

—Lleva repitiendo esa misma frase desde que aparecieron las fotos, buenas noches Sam.

Al fin a salvo, me tiro en la cama y el peso de todos estos días cae sobre mi. No puedo controlar el llanto y una vez más agradezco que no tengo compañera de habitación. Está siendo demasiado, las fotos, las amenazas, Sam... y ahora Jack. Ni siquiera sé que siento por él, obviamente me parece atractivo pero ahora mismo mi vida es demasiado caótica para empezar nada nuevo.

Cojo mi móvil y veo las miles de notificaciones que hay en ellas, suelo borrar todo sin mirar pero estoy en una espiral de autocompasión así que ¿Por qué no? Navego por las distintas redes y los mensajes aparecen ante mi, gente llamándome de todo, personas que dicen que he colgado yo misma las fotos para llamar la atención y asquerosos que solo intentan hablarme para ligar.

Por suerte también veo mensajes de personas apoyándome, no son la mayoría pero ahí están. Después de meditarlo bien creo que lo mejor será borrar todo, una por una voy eliminado todas las cuentas que tengo hasta quedar en nada. Bastante tengo con el día a día como para también sentirme acosada por internet.

Un sonido horrible me despierta, la luz entra por la ventana haciéndome cerrar los ojos ¿Qué hora es?  Me levanto y me percato de que lo que suena es la puerta la abro con cara de pocos amigos y veo a Alexis mirándome.

— Tia, ¿Estás bien? Tienes cara de muerta.

—Gracias Alexis, es justo lo que necesitaba oír — la dejo pasar y se sienta a mi lado en la cama.

—Perdona es solo que tienes mala cara — alza la mano e intenta colocarme el pelo pero este no colabora.

— No pasé buena noche eso es todo.

— ¿Tan mal fue la cita? Cuéntame detalles sobre el poli venga — Alexis levanta las manos emocionada como una niña.

—Fue bien ,más que bien, me distraje montón y intento besarme...

— ¡Lo sabía! — comienza a dar saltitos en la cama e intento pararla sin éxito.

—No te emociones que no dejé que pasara, ahora mismo es todo un lío.

—Deberías tirartelo, olvida a Sam, un clavo saca a otro clavo ¿Lo sabías?

—Claro, como si ya no hubiera suficiente gente que pensara que soy una zorra en este campus.

—No escuches lo que dicen lo demás, como tú veas pero yo lo haría.

Tras nuestra charla Alexis se va corriendo a clase y yo también me preparo para ir, llevo faltando demasiado tiempo. Pasear por el campus es un infierno, la gente me mira y me señala, hago como que no me doy cuenta pero es una falsa careta. Entro en la clase que me toca y me siento al fondo, lo más alejada posible de todas las miradas.

Estoy distraída mirando por la ventana, escucho voces de fondo pero soy incapaz de concentrarme en la clase . La puerta del aula se abre y un hombre se acerca y le dice algo a la profesora.

—Señorita Wallace, al despacho del director por favor.

Mierda, toda la maldita clase se gira y me mira, todo el mundo empieza a cuchichear mientras me levanto, me noto la cara ardiendo de la vergüenza y salgo volando al pasillo hacia el despacho.

—Señorita Wallace, siéntese por favor — el director me señala la silla y me siento.

—¿Va todo bien? — pregunto temblorosa.

—De eso queríamos hablar, perdón por haberla sacado de clase pero... hoy nos ha llegado esto.

Quiero que la tierra me trague cuando saca otro sobre marrón de su cajón, lo deposita con cara de circunstancia en la mesa y me lo alcanza. Lo abro temblorosa y saco un folio blanco con los mismos recortes de la última vez.

Te avisé de lo que pasaría. Deja la universidad.

No sé muy bien que quiere decir todo esto yo...

—Quizás usted no ata cabos pero yo si, llevamos toda la mañana siendo trending topic. Por lo que he leído han salido mas fotos suyas, lo siento mucho pero tiene que acabar con esto ya.

Lo miro asombrada y saco mi móvil lo más rápido que puedo, tecleo la página y efectivamente , fotos recientes mías salen. Ni recordaba haberlas tomado, pero mientras voy pasando me acuerdo de estas. Fueron de cuando Sam se fue de viaje y llevábamos días sin vernos, quise mandarle algo más subido de tono para avivar la llama.

—La policía me dijo que iban a cerrar la página , deben estar a punto de hacerlo estoy segura.

—Eso espero, si no tomaremos medidas , ya lo hablamos la última vez .

Salgo aterrada del despacho del director, estoy empezando a entrar en pánico, todo parecía una jugarreta sucia, una broma pesada pero se está volviendo cada vez más personal. Esta persona quiere hacerme daño, no sé cuáles son sus intenciones ni porqué quiere que deje la universidad pero...

De repente choco de bruces contra alguien y casi me caigo si no llega a ser porque me agarran. Miro y veo a Jack.

—¿Qué haces aquí? — Intento recomponerme de mí casi caída mientras la gente pasa a nuestro lado mirándonos, el uniforme de policía llama la atención.

—He venido en cuanto he podido.

—¿Ya te ha enterado? Ha aparecido otro sobre.

—Lo sé y eso no es todo.

Juegos secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora