Déjame ir

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Voy navegando nerviosamente por la carpeta que tenía mi nombre, en principio veo diferentes documentos policiales. La copia de la denuncia que puse, archivos con información del proceso etc. Reparo en una carpeta que dice "fotos", entro y veo las fotos que estaban colgadas en la universidad y en la página.

No puedo evitar sentirme incómoda, sé que me ha visto desnuda pero todo esto fue antes, y supuestamente alguien más se iba a encargar de revisarlas. Cierro la carpeta y veo otra con un nombre inteligible, es una secuencia aleatoria de letras, o eso parece.

Al abrirla aparecen más fotos pero estas son diferentes, son fotos mías caminando por la calle, yendo a la universidad, a la cafetería, de compras etc. Están todas sacadas de lejos, como si alguien hubiera estado vigilándome todo este tiempo y tienen una increíble calidad, han debido ser sacadas con una buena cámara.

Cierro la carpeta y me quedo mirando al infinito, la parte racional de mi cabeza quiere pensar que tiene todo esto por alguna razón, y por parte de la investigación pero una pequeña parte de mi, quizás la del instinto de supervivencia, me dice que es muy raro que nunca me hubiera nombrado que me vigilaran a este nivel.

Apago el ordenador y dejo todo en su sitio, coloco el papel donde estaba y intento que no se note demasiado que he estado aquí. Vuelvo a mi habitación y camino de lado a lado, quizás estoy dándole demasiadas vueltas y lo mejor sería ser directa y preguntarle.

Oigo la puerta abrirse y escucho sus pasos entrando al salón, salgo lentamente y lo observo, parece cansado, tiene grandes ojeras bajo los ojos. Levanta la vista y me pilla mirándolo.

— Hola, ¿Te has aburrido mucho sin mí?

—No te creas he encontrado cosas interesantes — me mira extrañamente y sonríe.

—¿Ah si? — se acerca,me rodea e intenta besarme pero me alejo sutilmente simulando que quiero seguir hablando.

—Estuve en tu ordenador — lo suelto y espero a ver su reacción. No se enfada pero me mira dudoso.

— Tendrías que habérmelo dicho y te hubiera dado la contraseña, lo siento, no lo pensé.

—Tranquilo, encontré la contraseña de casualidad. Espero que no te moleste, pero no quería llamarte en medio del trabajo.

—¿Pasa algo? Te noto seria.

Le cuento todo lo que encontré, me escucha con atención y asiente un par de veces.

—No te voy a mentir, me duele lo que estas insinuando, tengo las fotos porque no me quedó otra, y las fotos del la calle son de Sam, te vigilaba todo el tiempo . Tendría que habértelo dicho pero no quería que te sintieras peor de lo que ya te sentías.

Tiene sentido, me siento mal inmediatamente, no solo he invadido su ordenador si no que encima lo he acusado ¿De qué? ¿De espiarme?

—Lo siento, no sé que me pasa— me siento en sillón con la cabeza entre las manos, noto como empiezo a tener ansiedad.

—Tranquila, has estado sometida a mucha presión. Si te sirve de consuelo Sam sigue en la cárcel, le han denegado la fianza hasta el juicio. Respecto a Alexis , seguimos investigando pero sospecho que estaban juntos en esto.

Pasamos las siguientes horas viendo una serie en el televisor mientras comemos comida basura, me siento mucho más relajada y empiezo a bajar la guardia. Nadie puede hacerme daño nunca más, solo espero que todo se resuelva rápido.

—Oye — hablo para llamar su atención — Si Sam no va a salir de la cárcel ¿Puedo volver a la residencia? Estoy perdiendo muchos días de clase.

Noto como se tensa y se recoloca en el sillón, mira fijamente a la tele mientras procesa lo que acabo de decirle.

—¿No te sientes a gusto aquí? Pensé que te gustaba estar conmigo.

—Claro que me gusta pero tengo que volver a clase Jack— se gira y me enfrenta.

—Puedes ir a clase desde aquí, no está tan lejos, ademas puedo llevarte los días que entre más tarde. Me gusta tu compañía ya lo sabes.

—Jack, ¿Cuánto llevamos? Ni un mes ¿No crees que es todo demasiado rápido? Vivir juntos es...

— No lo es para mí, ademas ya te dije que no estoy seguro de que estés a salvo si ves a Alexis. ¿Ha intentado llamarte? — puedo notar que se está enfadando.

—Si, lo ha intentado pero puedo con ella ¿Vale? — me levanto y me dirijo a mi cuarto, entiendo que se preocupe por mi pero no puedo quedarme aquí para siempre escondiéndome de todo y de todos. Antes de llegar a la puerta noto como se levanta y corre hacía a mi, me agarra del brazo y me da la vuelta.

— Te vas a quedar aquí — pega mi cara a la mía con la expresión más extraña que jamás le he visto.

—¡¿Te has vuelto loco?!— muevo bruscamente el brazo para soltarme de su agarre pero es mucho más fuerte que yo, empiezo a notar miedo, noto como la adrenalina corre por mi cuerpo y me pongo en tensión, jámas había visto este lado posesivo suyo y estoy empezando a entrar en pánico.

Sin soltarme me empuja hacía la habitación y me tira sobre la cama, está pasando todo tan rápido que me parece que estoy soñando y nada es real. Es como si tuviera dos caras y ahora estuviera mostrandolas de repente.

—¿Por qué no puedes simplemente hacerme caso? Solo quiero que te quedes aquí, no es tan difícil Claire. — Baja el tono de voz e intenta parecer dulce.

—Jack, me estás asustando, no puedes obligarme a quedarme aquí, tengo derecho a irme cuando quiera y lo sabes — estoy susurrando intentando tranquilizarlo, aunque mi intento se queda en vano.

¿Dónde está el chico adorable y protector que me salvaba cada vez que estaba en problemas?

—Si puedo — sale rápidamente de la habitación, no entiendo nada y me quedo mirando en shock hacia la puerta, debería correr, gritar o hacer algo pero no puedo moverme. El ambiente de la habitación ha cambiado , he pasado de sentirme segura a sentirme amenazada.

Vuelve con un paño blanco entre las manos, se acerca y cuando me doy cuenta de lo que quiere hacer reacciono y me abalanzó sobre él para salir de la habitación.

Forcejeamos y con un duro empujón vuelve a tirarme a la cama, su metro noventa puede fácilmente con mi pequeño cuerpo. Se pone encima de mi y me agarra con sus piernas. Mi mente quiere chillar y pedir ayuda pero ningún sonido sale de mi garganta. No puedo evitar recordar el peso del cuerpo del atacante de la residencia sobre mi.

Aprieta con fuerza el paño blanco sobre mi boca y mi nariz , intento moverme pero su peso me lo impide, empiezo a marearme y noto un fuerte olor dulzón: cloroformo.

Es curioso como funciona la mente pero ahora mismo solo puedo pensar que esto no es como en las películas, no me desmayo inmediatamente, de hecho se me está haciendo eterno y el olor me embriaga.

A los minutos comienzo a ver todo borroso , no sé si es producto del cloroformo o de que apenas puedo respirar por el trapo. Pongo los ojos en blanco y me concentro en el techo para no tener que ver su cara.

Lo último que recuerdo antes de desmayarme es que la lámpara del techo de la habitación es de un bonito color azul cielo.

Juegos secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora