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La chica había quedado dormida si querer levantarse temprano como acostumbra a hacer para estar puntual a la oración mensual, la noche anterior había sido agotadora para su pequeño cuerpo, ni si quiera había sonado la alarma pequeña que se encontraba en su buro. Hasta que el toque en la puerta se hizo presente, haciéndola despertar y entrando en razón que ya era demasiado tarde.

Enari, pequeña ¿estas allí?

La nombrada se levantó de un salto de su cama al escuchar la voz de una de las hermanas, se quitó la ropa ajustada a velocidad luz y se colocó un poleron rosa pastel que era lo mas serca de ella, no queria levantar sospechas por la ropa de salir arrugada y sin más abrió la puerta.

- h- hermana chi... que lindo verla por acá.

La anciana sonrió tiernamente, relajando su rostro al ver a la  pequeña enari frente a ella con en cabello alborotado y sus mejillas rojas, seguia siendo su pequeña.

- no fuiste a la oración de la mañana, supuse que algo te había pasado pequeña ¿te sientes mal? Estas más roja de lo normal.

- sólo algo de cólicos y algo de dolor de cabeza, seguro vendrá mi ciclo menstrual en poco - dijo la castaña mostrando molestia en su rostro.

La ansiana tocó la frente de la chica, sintiendo arder un poco la frente de la chica.

-tienes fiebre, deberías tomar reposo.

- pero.. mis deberes...

- no son tan importantes por el momento pequeña, tu salud es primero, y por el padre no te preocupes, tu tranquila y yo preocupada, ahora ve y descansa, ya regreso.

La ansiana le dio un beso en la frente antes de irse y cerrar la puerta detrás de si.
Enari no lo pensó dos veces, se lanzó a su cama en cuanto que dó sola tomando su siesta nuevamente, estaba agotada y los cólicos sumandole el dolor de cabeza y temperatura no ayudaba nada.

No paso mucho desde que la hermana se había retirado, haciendo la presencia de unos leves golpes, provocando que un somnoliento "pase" salieran de los labios de enari, afortunadamente la puerta no había sido cerrada con llave, así que la hermana había entrado sin problema.

Unos pasos pesados se iban acercando donde la chica se encontraba recostada, una risa seca y airosa salió de aquellos labios delgados y rosados.

- ¿te sientes mal? Eh...

La voz gruesa y ronca de Taehyung hizo abrir los ojos adormilados de la castaña, siendo obligada a subir su mirada para toparse con el rostro del chico, Dios seguramente habia echo con tanta paciencia y amor a tremendo hombre, el chico llevaba con sigo una bandeja.

- ¿fue agotador lo de anoche, pequeña enari? - dijo el Rubio, bajando su voz al pronunciar las últimas dos palabras.

Enari fue bombardeada con los recuerdos de la noche anterior junto a Taehyung, provocando que un sonrojo potente brotar de sus mejillas y orejas, tal fue la vergüenza que se tapó su rostro con las sabanas, provocando una risa de parte del chico.

- ¿tienes hambre linda? - dijo este colocando la bandeja en la mesita de noche y sentándose en la orilla de la cama y mirar a la chica que aún seguía tapada con las sábanas.

Taehyung tomó las sábanas y las quitó con cuidado del rostro de la chica, viendo sus ojos cafés brillar y su sonrojo carmesí.

- te e traído el almuerzo junto un te de manzanilla para tu dolor - dijo tae tomando la taza con cuidado - y una pastilla para el dolor de cabeza y cólicos.

Enari, miró a Taehyung algo tímida, el tema de cólicos o su ciclo menstrual, jamás lo había tocado con un hombre, era extraño hablarlo con un chico en especial con Taehyung.

- pero la hermana ch..chi

- el padre le a hablado, así que me ofrecí para traerte el almuerzo y lo que necesites para aliviar tu dolor, estas ¿agotada?

- jamás me sentí tan cansada, yo... siempre despierto sin flojera...

- fue por lo de anoche - Taehyung le miró dándole la taza de te a la chica - suele pasar.

- agh no me recuerdes eso - dijo está tomando de la taza de Te, y dejándola en la mesa de noche otra vez.

- ¿por qué, pequeña enari? - dijo Taehyung recorroendose y acercándose a ella - si ayer parecía no darte importancia lo que pasaba - Taehyung tomó por encima de la tela la pierna de enari, con fuerza la atrajo hacia el, teniendo su rostro a sentímetros de el.

El aire se mezclaba, los dos respiraban el mismo aire, los ojos grandes de la chica brillaban, jamás había estado tan serca de algún hombre, jamás había visto el rostro de Taehyung tan serca, debía admitirlo aquel chico Rubio la estaba haciendo pensar tanto y dudar, tan sólo ver aquellos labios rojos y carnosos quería que aquel chico la tocará y la hiciera sentir tan bien como lo había echo la noche anterior, quería sentir aquella satisfacción, aquella excitación y placer que Taehyung había provocado en ella.

《Dilo, no pasará nada, ¿quieres sentirte en el cielo como la noche de ayer? Dile, pídele... peca》

-t..Taehyung - apretó los labios, antes de decir su más deseado pecado - Quiero... quiero ser tuya otra vez...

Taehyung le miró con lujuria, y una sonrisa de lado siniestra se dibujó en su rostro.

- es lo que quería escuchar salir de tus labios, mi pequeña pecadora...


































Aveces el pecado, puede llegar a ser placeres, gustos, necesidades, fetiches, deseos de la carne, pero son pecados que simplemente no puedes controlar y pides y deseas más...














No me maten jeje...
Y pues, nada eh tenido últimamente mi vida ocupada, estamos en semanas de exámenes y en vez de estudiar estoy aca publicandoles un nuevo capítulo, vean que tan buena soy uwu

Aún que no es muy importante ya que el examen vale 20% de mi calificación, estoy dedicando mi tiempo máximo en la escuela para cumplir mis sueños, prometo intentar actualizar un poco mas seguido, pero no prometo nada...

Pecadora [K.T.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora