El rubio correspondió a los labios ajenos de la misma manera en la que Yeol movía los suyos. Tan profundo y con deseo.
El más alto se acomodó mejor entre las piernas del bajito haciendo que este tiemble un poco al momento que sus miembros se rozaba entre sí. Ambos estaban perdiéndose entre las caricias mutuas que se daban. ChanYeol iba a quitarle la camisa al chico pero cuando estuvo a punto una voz los hizo entrar en razón.
—Baek, hijo. —Era la madre del más pequeño. Ambos chicos se miraron alarmados separándose de inmediato—. ¿Todo bien? Escuchamos ruidos de cosas cayéndose.
Baekhyun ni siquiera recordaba en ese momento como hablar hasta que ChanYeol le dio un ligero empujoncito.
—Si mamá, todo bien. Era ChanYeol, necesitaba desplegar sus alas —explicó mordiéndose los labios.
—Está bien, descansen —dijo la señora retirándose de ahí.
Baekhyun suspiró poniéndose una mano en el pecho. Miró a ChanYeol y sus mejillas se pusieron totalmente rojas. Tomó una de las almohadas y la abrazó a su cuerpo sin saber que decir.
—Baek...
—Tú... Tú iba a... —Hundió su rostro en la almohada.
ChanYeol observo lo que el chico hacia y no podía describir lo que la forma de actuar del chico le causaba, era un sentimiento de protección que no podía controlar. Se acercó a él y lo abrazó con delicadeza besándole los labios suavemente. Baekhyun se sentía tan pequeño.
—Tranquilo, no hay prisas —dijo con una sonrisa el grifo acariciando los cabello ajenos hasta que Baekhyun se quedó dormido en su pecho.
[>>>]
Baekhyun se sentía bien con su familia. Sus padres estaban muy al pendiente de él. Habían pasado dos semanas en ese lugar, conviviendo con los humanos como si ellos dos fueran uno también.
ChanYeol se sentía bien de ver como Baekhyun sonreía al jugar con su hermano, al hablar con sus padres o ayudar a su madre en la cocina. También cuando Baekhyun tocó varias melodías a su familia con su pequeña arpa de plata.
El tiempo para los humanos pasaba, pero para ellos dos no.
Baekhyun por su parte se había dado cuenta de algo, ChanYeol se veía un poco enfermo. Su semblante de piel bronceada se estaba yendo, la piel del grifo se veía más pálida de lo normal y muchas veces lo había visto rascarse incómodo su espalda, las alas lo estaban lastimando.
Era imposible que las tuviera libres todo el tiempo dentro de la casa, pero, también era imposible salir al patio, algún vecino podría verlo y sería un problema. Mientras comían miraba a su familia y en ocasiones a ChanYeol, aunque le doliera, ellos no eran de ese mundo, él ya no pertenecía ahí.
Esa tarde su familia salió por unos asuntos de la escuela de BaekJun, dejando a ellos solos en la casa. Baekhyun espero a que ChanYeol saliera del baño, el se encontraba sentado en el borde de su cama mirando hacia la ventana.
En cuanto salió ChanYeol, BaekHyun se puso de pie y sus vestimentas volvieron a ser las mismas de cuando llegaron ahí.
—Vamos a casa, Chan —dijo el rubio, el grifo asintió aunque dudoso.
—¿Por qué quieres regresar ya? —preguntó acercándose al más bajo. Baekhyun hizo un puchero—. Creí que eras feliz con tu familia, aquí.
—Si pero, yo no pertenezco aquí, además. —Mordió sus labios y se acercó un poco más a ChanYeol pasando su mano por detrás del chico y tocó su omóplato, ChanYeol se quejó un poco—. A pesar de que no me lo has dicho, se que estás mal, estar aquí te esta enfermando y... Me costaste mucho para perderte —confesó una mitad a media, la verdad era que si temía perder al chico.
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Vanished My Heart |ChanBaek.
FanfictionBaekHyun amaba su vida. Era una vida tranquila, llena de amor con sus padres, amigos y su perfecta mascota de cuatro patitas peludas. Pero lo que él no sabía era: Que había en él otra vida que estaba por despertar. Si a BaekHyun le hubieran dicho a...