Capítulo 7: Stuart

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Las cosas en el bar ya se habían calmado un poco, todo el personal recogía las cosas del suelo y dos chicas limpiaban la sangre del piso

-¿Y la policía?- le pregunté a Vince, el barman

-Acaban de irse, Héctor se encargó del soborno- respondio dándome un vaso de whisky

-¿Hay que cerrar bocas?

-No lo creo, todos los que estaban aquí son clientes frecuentes, saben lo que pasa si hablan- respondió mientras bebía

-Nick- me habló Robin, una de las meseras

-¿Que?- pregunté frío

-¿Donde estás Liv?- fruncí el ceño

-¿Quien?

-La chica que te llevaste- aclaro Vince

-La lleve a casa- respondí antes de girarme en la silla para darle la espalda

-¿Ella está bien?

-Un poco traumatizada, pero estará bien- dije antes de beber

-¿Como puedo estar segura de eso?

-Te dare la dirección de su departamento si quieres Robin, pero no molestes- hablé frío

-La estaré esperando- respondió igual de fría.

-¿No le hiciste daño?- me pregunto Vince y negué con la cabeza- ¿Que tiene de especial?

-Nada- respondí- ¿Tiene que tener algo especial para que sea una buena persona con ella?

-¿Puedo ser sincero?

-Siempre lo eres…-

-No eres buena persona- sonreí de lado mirandolo limpiar la barra

-Que alargador eres

-Hablo en serio- dijo firme

-Serendipia- dije y volví a beber

-¿Y ahora de que diablos hablas?- preguntó y me reí

-Significa “hallazgo afortunado cuando se está buscando algo distinto”

-¿Y eso que?

-Cuando la conocí fui buscando algo, pero al encontrarla me salvó de que me dispararan, ella fue mi hallazgo afortunado, se lo debía- aclare y siguió mirándome sin entender

-Estas loco- rodo los ojos y siguió limpiando

-Ya me lo han dicho- murmuré para mi mismo y continúe bebiendo.

***

2 de Enero del 2034

Llegué a casa después de las seis de la mañana y subí las escaleras corriendo para evitar cruzarme con mi padre.

Cerré la puerta de mi habitación detrás de mí y me tiré de espaldas en la cama, suspire cerrando los ojos intentando dormir, pero la alarma sono

Maldición

Me senté en la cama frustrado mientras me pasaba ambas manos por la cara

-¡Hola hola!- grito mi amigo Reese entrando a mi habitación

-Ya callate- Dije cansado y me sonrió

-¿Por que estás de mal humor hoy florecita? ¿Acaso tu puta no supo complacerte?- preguntó cerrando la puerta con fuerza

-No sabes cerrar la boca ¿Verdad?- murmuré poniéndome de pie

-Acertaste- sonrió aún más y pasó a mi lado

Broken BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora