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—¡Maldición, Deku! ¡Más fuerte! —El omega estaba en cuatro con el pecoso detrás

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—¡Maldición, Deku! ¡Más fuerte! —El omega estaba en cuatro con el pecoso detrás. —¡Haz que me corra!

—Quiero marcarte. —Izuku estaba al límite. —Kacchan, te amo.

Sus instintos de posesión picaban sus dientes con agudo dolor.

Desde la primera vez que tomó el celo del rubio nunca le dejó anudar dentro.

Estaba cansado del rechazo porque tenía que aguantar hasta que Katsuki llegara al orgasmo para luego sacar su miembro y acabar en sus propias manos, hacerlo era doloroso físicamente y lo aguantó por amor.

—¡¿Vas a empezar con esas estupideces?! —Se levantó furioso y empujó al alfa con una patada hasta hacerle caer de la cama.

—En verdad, te amo. —Trató de abrazar al rubio. —¿Cómo puedo hacerte mío?

El alfa recibió una bofetada.

—¡Un inútil como tú jamás será mi alfa! ¡Ahora dame más fuerte! ¡Si no buscaré otro alfa que lo haga mejor!

Katsuki tenía pensado irse pero Izuku lo tiró boca abajo sobre la cama con un brillo de ira en sus ojos.

Lo penetró con todas sus fuerzas hundiendo la nuca del omega sobre las sábanas con ambas manos, las estocadas eran cada vez más profundas rayando en la violencia.

—¡¿Así te gusta?! ¡No te dejaré ir con otro alfa! ¡¿Por qué no entiendes que te amo?!

Los gemidos de placer hacían eco en toda la habitación hasta que ambos derramaron sus esencias y se quedaron en silencio.

Izuku dejó hinchar el nudo dentro del rubio haciendo uso de toda su voluntad para no morder su nuca, controlarse empezaba a volverlo loco.

Cada vez le costaba más trabajo resistirse a sus instintos, terminó mordiendo su propia mano.

La sangre salpicó sobre la espalda del omega.

—Me das asco, Deku.

Una lágrima se escapó por las orbes verdes del alfa, era la primera vez que explotaba su esencia dentro del omega.

Soñó muchas veces con anudar dentro de las entrañas de Katsuki, pero no de forma dolorosa, con el corazón hecho pedazos por el cruel rechazo.

El hinchazón bajó y el rubio rompió la unión levantándose con una expresión de profundo asco en el rostro.

—Kacchan, perdóname.

Lo abrazó por la espalda desesperado y con miedo de perder la poca atención que tenía del omega.

—¡Vete a la mierda!

Con fuerza logró deshacer el abrazo y se metió al baño.

El sonido del agua caer no le dejaba escuchar el llanto del alfa.

Una vez cambiado el rubio salió amenazando con romperle la cara si lo seguía.

Una vez cambiado el rubio salió amenazando con romperle la cara si lo seguía

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QUIERO SER TU OMEGA || [DekuKiri] •Finalizado•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora