Octubre 30, 5:27pm➫EXO

Capítulo 10.

— ¡Te has vuelto loco Kai!, ¿por qué haz hecho eso? — gritó Kris enojado, reprochándole por lo que había sucedió hace un instante. Ya se encontraban en el tercer piso, en el despacho de ambos, y a Kai habían tenido que llevar a la fuerza.
— Se te ha pasado la mano con ella — añadió Chen.
— ¡Tenía que hacerlo! — respondió con un grito — ¡tarde o temprano lo iba a saber!
— ¡Pero esa no era la forma! — volvió a gritarle Kris.
— ¡Yo solo le dije la verdad!, tarde o temprano se tenía que enterar de esto
— ¿De qué verdad hablas?, ¡solo le has dicho tu verdad que es un maldito engaño!
— ¡Cállate! — le gritó molesto — ¡Cállate ya Kris! — gritaba Kai, mientras daba vueltas alrededor de despacho y tomaba de su cabeza con ambas manos.
— ¡Hey chicos!, cálmense ya, pelear no servirá de nada —dijo Chen, intentando calmar al situación—. Kris asentía con la cabeza, aun enojado, pero sabia que Chen tenía razón, pelear ahora no les serviría de nada, solo le quedaba saber que pasaría después, saber que era lo que estaba planeando Kai. Kai intento calmarse, ya que toda la situación lo había dejado al borde del colapso. Se dirigió hasta el mini-bar y saco una botella de whisky, la cual empezó a vaciar en un vaso con hielo y bebió de un sorbo.
— ¿Y Ahora, qué? —preguntó Kris, ya más calmado. El silencio se adueño de la habitación por varios segundos, y ambos chicos se quedaron mirando a Kai, en busca de la repuesta.
— No lo sé — contestó este con resignación.
— ¿Qué? — preguntó Chen, como si no hubiese escuchado la primera vez la respuesta de Kai.
— No lo sé, no se que pasará ahora. No lo sé —volvió a decir, y dejo caer su cuerpo en uno de los amplios sofás—. Al escucharlo Chen soltó una carcajada, se levanto del escritorio en cual se encontraba sentado y se dirigió hasta donde estaba Kai, quedando de piel al frente de él.
— ¿No sabes que pasará ahora? —dijo con ironía— ¿Qué hay del "plan" que tenías preparado? —. Kai solo lo miro indiferente, no sabia que decir ya que tampoco sabia si su plan funcionaria como ellos esperaban. Ellos tenían que vengarse de Junmyeon, pero hasta el momento, la única persona afectada era '_______', y Kai estaba completamente consiente de eso.
— Kai, Kai, Kai... —hablo otra vez Chen, abrumado—¡Yo no se que te habrá hecho ese tipo a ti, pero tu sabes lo que me hiso a mi, y sabes que quiero vengarme. Nosotros hicimos un trato, trabajaríamos juntos en esto y haríamos pagar a Kim Junmyeon y su familia por todo, no a esa chica! — Kai solo asintió sin mirar a Chen a la cara — ¡No estoy para juegos, no estoy arriesgándome por nada y más te vale que empieces a hacer las cosas bien antes de que nos salga el tiro por la culata y pasemos de ser victimas a victimarios — Y sin más que decir, Chen se retiro del despacho, cerrando la puerta de un golpe y dejando a Kai ahogándose en sus palabras.

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No sabía cuanto tiempo había pasado, aun me encontraba tirada en el suelo, llorando. Nadie volvió a venir, por lo que calcule que ya debía de ser de noche y todos se habían ido del lugar. En mi cabeza aun vagaban las palabras de Kai, todo lo que me había dicho y yo no quería aceptar. A mi costado aun se encontraba tirado el periódico, con la fotografía de Junmyeon en él, y todo los detalles de su boda. Por más que me decía a mi misma que todo era una mentira, una trampa de ellos. Por más que me decía que pronto iba a despertar de esa maldita pesadilla, sabia que no sería así. Sabia muy bien que las cosas no volverían a ser como antes, que mi vida ya no sería la misma. Había perdido a la única persona que tenía, a quien amaba, quien era mi razón de vivir. Al perder a él, también había perdido gran parte de mi vida. En ese instante me di cuenta que lo había perdido todo. Todo.
Me levante temblorosa desde el suelo frío, y arrastrando mis pies comencé a caminar por el cuarto. Di unas cuantas vueltas pensando, mirando hacia la puerta por si alguien venia, volvía para saber como estaba, pero no fue así. Me dirigí hacia la cama que se encontraba en un centro, y me senté en el borde. Comencé a observar a mi alrededor y me vi atrapada en cuatro paredes, así vivía ahora, y quizás así tendría que vivir el resto de mi vida. Volví a levantarme y esta vez arrastre mis pies hasta el cuarto de baño. Me mire en el espejo, y me vi con los ojos rojos e hinchados. La persona que se reflejaba en el espejo no era yo, no, esa persona ya no existía. Desde el día que había llegado ese lugar había dejado de existir, y ese día, ese día desaparecería por completo. Apreté mi puño derecho con fuerza, y di un golpe al espejo, rompiéndolo en pedazos. Mi mano sangraba, y ardía, pero no importaba, a esas alturas ya nada importaba. Tomé uno de los pedazos de vidrio que habían caído al suelo, uno de tamaño mediano, fluido y lo coloque sobre mi muñeca izquierda. Miré por unos instantes lo que estaba a punto de hacer, y tomé una gran bocanada de aire, para luego cerrar mis ojos y apretarlos con fuerza. Conté, uno, dos y a la cuenta de tres apreté el pedazo de vidrio contra mi muñeca, y tire hacia atrás, dejando salir un gran fluido de sangre. Un escalofrío me recorrió el cuerpo, y el dolor comenzó a hacerse cada vez más insoportable. Podía sentir y ver la sangre caliente correr por mi brazo. Mi vista comenzó ser borrosa, estaba mareada y eso me hiso tambalearme. Deje caer mi cuerpo al piso, ya no soportaba el dolor y respirar ya era una dificultad. Tirada en el suelo frío temblaba, con los dientes apretado y casi sin fuerzas cerré mis ojos, para al fin olvidar todo por completo.