Capítulo 6

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La mañana del día antes de mi octavo cumpleaños, mi madre falleció en una cama de hospital conmigo a su lado. Recuerdo haber despertado entre sus brazos que eran muy fríos, su piel era más pálida que la mía, ni siquiera se movió cuando la llame, tome su mano y volví a recostarme, parecía solo estar dormida.

De pronto, una enfermera entro junto a la esposa de mi padre, Ena me envolvió velozmente entre sus brazos con la cara húmeda, trataba de consolarme pero mis lágrimas solo podían correr como esas cascadas que National Geography mostraba en sus documentales, me aferre a su pecho, el doctor entro, cubrieron su rostro con la sabana, no hubo más.

Los días siguientes fueron solo tristes. En el funeral, estuvieron todos solo los más cercanos a la familia y a mi padre en especial, todos se fueron del cementerio un par de minutos después, solo eran gente desconocida para mamá de todas formas.

Solo Ena se quedó a mi lado mientras mi padre volvía a algún lugar en su oficina, el cuerpo de mamá descansa bajo la copa de un enorme sauce, el también parecía estar muy melancólico por verla a sus pies, mire subir por la colina a un hombre de traje blanco.

—Shiki-san—pensé que mis ojos estaban secos, pero volvieron a llorar tan pronto lo vieron. Me dio un fuerte abrazo al correr a él.

—Lo siento mucho—su voz es débil, creo que también ha estado llorando.

—Quiero irme contigo—me aferro a sus brazos—Ena también ira, llévame a un lugar feliz, por favor—no sé si tartamudeo.

—No puedo hacer eso—sus manos me separan con fuerza de su lado—solo he venido a darte esto—deposita en mis manos una cajita, la abro y veo una navaja—te protegerá, úsala cuando alguien quiera hacerte daño—sonríe levemente, arrojo la caja al suelo húmedo.

—¡No la quiero! —Tiro de su saco—¡Quiero irme contigo! ¡Quiero vivir con Shiki-san! —no puedo parar de llorar, ¿acaso me odia?.

—Debes ser un buen niño Izaya, debes quedarte con tu padre de verdad, yo no puedo cuidar de ti—su mirada es seria, pero no lo acepto.

—¡Dijiste que podía vivir contigo! ¡Mentiroso! —me siento muy enojado, comienzo a golpear su pecho.

—¡Izaya! —su voz es firme y me detengo en seco—no soy tu padre, entiéndelo. Tú no eres mi hijo—sus ojos parecieran que quieren llorar, aun, cuando su gesto es tan frió.

Mi corazón hace un extraño ruido, como el cristal.

Me entrega a Ena y se va por donde ha venido, me suelto de ella para seguirlo veloz, pero resbalo en el lodo de la ladera, mi traje se ha ensuciado, no importa—¡Shiki-san! —Lo llamo entre lágrimas—¡PAPÁ! —grito fuerte y se detiene un segundo—¡papi, no te vayas! —lo veo tratar levemente de voltear, regresara.

Pero sus pasos son firmes hasta el auto en que ha llegado, vuelvo a correr tras él, no quiero quedarme aquí, quiero ir contigo, sube al auto, ¡no me dejes! El coche avanza, Shiki-san no vuelve a mirarme. Me quedo ahí parado, seguramente luzco patético. 

Ena suavemente me toma en sus brazos, pero su calidez quema mi roto corazón y vuelvo a llorar, ¡solo quiero volver atrás! ¡Antes de todo esto!

Rosez: Past |Shizaya|Where stories live. Discover now