Capítulo 5

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Un día de mayo, mi mundo de ensueño se volvió como una vieja película filmada en blanco y negro, estaba lloviendo, diluviando.

Esperaba fuera de la sala de operaciones desde hace más de cuatro horas, ni siquiera había ido a la escuela ese día, mamá tuvo una complicación y tuvieron que operarla de inmediato, tengo miedo, mis manos están temblando.

Ena estaba a mi lado ese día también, pero no podía contactar a Shiki-san o a mi padre por más llamadas que les hacía, cuando la operación termino, trasladaron a mamá a la habitación de siempre, Ena fue llamada por el médico, así que, como en los viejos tiempos, solo éramos mamá y yo en la habitación.

Sujete su mano algo delgada, su respiración era muy lenta, me subí a la cama con mucho cuidado, me acurruque entre el hueco de su brazo izquierdo y su pecho, como cuando tenía cinco años, podía sentir su calor, solo unos minutos después, despertó.

—Izaya—tiene una voz muy cansada—cariño—gira un poco la cabeza y me encuentra a su lado, sonríe—aquí estas mi pequeño bebé—me acaricia la cara.

—No soy un bebé—hago un puchero.

—Para mí siempre serás mi pequeño bebé—me da un beso en la frente.

—Solo porque eres tú—le doy un beso en la mejilla—mami, ¿iremos al festival mañana? Prenderán muchos fuegos artificiales—sigue sonriendo mientras me escucha—mami, pasado mañana es mi cumpleaños, Ena ha dicho que podemos ir a Cosmo Planetarium, ¿recuerdas? Estábamos ahorrando para las entradas. Luego comeremos helado y voy a mostrarte mi habitación en casa, Ena y yo haremos un rico pastel para ti—sus manos recorren mi cabello, es muy gratificante—mami, ¿aun te duele?

—No—sus ojos brillan—estoy muy feliz de tenerte aquí a mi lado, sabes, cuando naciste y te escuche gritar mi corazón se aceleró mucho.

—¿Mucho, mucho?

—Mucho, mucho, mucho—se gira lentamente para estar de frente a mí—cuando la enfermera te dejo en mis brazos, estaba realmente asombrada, eras una pequeña cosita rosada y arrugada. Pero te aferraste fuertemente a mi dedo cuando lo acerque, me miraste como si hubieras estado esperando para verme. Mi pequeñito bebé—me da otro beso en la frente—eres lo más hermoso que jamás he visto, eres lo que más amo—comienza a llorar—debes ser un buen niño ¿sí? Debes decir por favor y gracias, debes disculparte cuando te equivocas. Debes ser un hombre muy bueno.

—Lo sé, mami me enseño todo eso.

—Vez ese cajón—me señala el mueble al lado de su cama—ábrelo—obedezco y encuentro una cajita con un moño rojo—feliz cumpleaños adelantado—sonrió, abro la caja y encuentro un par de anillos metálicos y un sobre—cuando seas grande, podrás usarlos perfectamente, seguro que te quedaran bien. Tus abuelos me los heredaron y ahora, yo te los doy a ti.

—¡Pruébamelos! —Le pido y pone cada uno en uno de mis dedos índice, me quedan algo grandes pero están geniales—gracias mami—le doy otro beso en la mejilla—¿y la carta?

—El sobre ábrelo después—vuelvo a su lado en la cama—Cariño, sin importar cuanto la gente pueda lastimarte, debes amarlos. No dejes que nadie te limite nunca, porque puedes hacer todo lo que te propongas—mi corazón comienza a latir fuerte—yo siempre voy a creer en ti. Así que debes sonreír siempre, espero que encuentres a una persona que te amé mucho, tanto como yo.

—No quiero a nadie más que a mami—me escocen los ojos—solo quiero estar contigo por siempre—me aferro a su pecho y ella me envuelve en sus brazos.

—Quizás, deba irme a otro lugar pronto—siento su voz quebrarse—pero siempre voy a estar a tu lado, voy a cuidarte desde un mundo maravilloso.

—¿Cómo el país de las maravillas? ¿O el país de nunca jamás?

—Sí, un lugar muy bonito.

—¿Podre pedirle a padre y a Ena que me dejen visitarte? Llevare a Shiki también, así jugaremos mucho y me quedare contigo.

—Pero vivir aquí es genial ¿no? Tienes un divertido amiguito en la primaria.

—¡Shinra es raro! ¡Y su mamá siempre viste de negro y usa casco!

—Ena te quiere mucho también, si te vas conmigo, se sentiría muy triste.

—No me importa.

—Izaya—volteo a verla—¿eres un hombre? —asiento—entonces, debes cuidar de Ena muy bien y no hacerla llorar, porque ella es una persona muy buena.

—Pero si me quedo con Ena, siento que no volveré a verte.

—Ya te dije que yo siempre voy a estar contigo—me aprieta la mejilla—¿entonces?

—Duele mami—-me quejo ate el dolor.

—Promete que serás un buen niño, siempre sonreirás, y obedecerás a Ena.

—¡Lo prometo!

—Bien—nos quedamos mirando el uno al otro luego de que me suelta, me grabo en la mente su hermosa cara, su largo cabello dorado ondulado, sus largas pestañas, su blanca piel, sus ojos ligeramente carmesí y brillantes como los míos. Y estoy seguro, que ella hace lo mismo con mi cara. Recuerdo lo que tengo en el bolsillo de mi pantalón.

—Mami.

—¿Si? —me contesta.

—Prometo que vas a dejar este hospital.

—¿De verdad?

—Con poderes más allá de este mundo—la veo abrir mucho los ojos, saco de mi bolsillo la tirita de flores que tome del botiquín de la escuela—escuche a unas niñas decir que son mágicas.

—¿En serio? —Me mira entrecerrando los ojos—¿Cuánto poder tiene?

—¡Así! —Me levanto y extiendo los brazos lo más que puedo para que entienda la magnitud de los poderes que tiene—¡ya verás! —le quito los papelitos al adhesivo y se lo pongo en la sien.

—Puedo sentir su poder.

—¿Segura?

—Si—sonríe y vuelve a cubrirme con la sabana.

—Mami.

—¿Mm?

—Te quiero.

—Yo te quiero más— la lluvia de afuera ha parado, pronto las estrellas aparecerán.

—Mami.

—¿Mm?

—Cantame algo, mami—me cubre con las sabanas.

—¡Soy un cacahuate! ¡ROCK!

—¡Eso no mami!

—Mmm... —me acuna su melodiosa voz-baby mine don't you cry...

Duermo entre sus brazos, soñando, con nosotros corriendo en los verdes campos de Kyoto, allá, donde mis abuelos criaron a mamá, los que vi una vez en una foto. 

Amo a mi mami, ella es la mejor mamá del mundo. 

Rosez: Past |Shizaya|Where stories live. Discover now