Capitulo 8

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Holly

No podía ser, en el cajón había un diario con una foto en él.

Pero lo más extraño era que la foto era de Sam, lo único, era que parecía que la habían tomado hace algunos años, porque era una foto vieja.

Quise mantener la calma, tenía que averiguar lo que allí estaba sucediendo, eso no era algo normal, a quien pertenecía esta casa y porque tenían una foto de mi hermano.

Decidí concentrarme en el diario, quizás este me daría las respuestas que estaba buscando, ahora mismo mi cabeza esta echa un lio, creo que ningún adolescente de mi edad podría imaginarse en una situación siquiera parecida a esta.

Intente abrirlo, pero tenía una cerradura que me impedía seguir con mi tarea, esta era muy extraña, no parecía que la llave de esta fuera normal, además de que tenía unos símbolos completamente fuera de lo normal. Sabía que ese diario era una pieza clave para resolver este enigma, pero como podría yo abrirlo, donde estaría la llave, y lo que más me asustaba era que podría encontrar escrito en el.

Busque por toda la habitación, a ver si daba con el paradero de la llave perdida, pero para mí mala suerte no fue así.

Mientras me subía a una pequeña mesita para poder ver por encima de una librería, resbale, tras algunos ademanes e intentos tratando de agarrar la nada, pude sostenerme de un candelabro que estaba a un lado de este, la desgracia fue que estaba muy viejo y oxidado, al estar así este se rompió y yo termine estampada contra el piso.

Dure unos segundos para recobrarme del golpe, cuando abrí mis ojos pude observar que el librero ya no estaba ahí, en su lugar había una pared con un pequeño agujero en medio, trate de ver hacia adentro pero no pude ya que la oscuridad no me era muy útil en ese momento.

No tuve más remedio que introducir mi mano en el orificio, no estaba muy segura de hacerlo ya que la estructura era vieja y no sabía qué me iba a encontrar, mientras mi mano se encontraba ahí, podía sentir algunos insectos rozando mi mano, hasta podría jurar que uno de ellos me pico, porque empezaba a sentir comezón.

Pasados unos pocos minutos, por fin pude sentir algo, era pequeño, pero quizás era lo que estaba buscando, al sacar mi mano de donde estaba, no pude ver que contenía, porque tenía muchas telarañas cubriéndola, la limpie como pude, y mis ojos se abrieron como platos al ver que tenía.

¡Era la llave! La tan ansiada llave, ahora sí podría ver o entender un poco de este enredo, porque podía sentir que mis opciones se estaban agotando al igual que el tiempo que tenía.

Me senté en uno de los sillones, introduje la llave y el diario se abrió, revelando el contenido que este escondía.

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