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Narra T/N.

Junto a mi hermana habíamos llegado a un bar, que estaba en el centro de la ciudad. Rara vez no había gente, como ahora. Está noche no había casi nadie, solo unas cuantas parejas sentadas en unas mesas charlando entre ellas. Cata y yo habíamos pedido un vaso de cerveza para cada una.

— ¿Me esperas? Mi celular no para de sonar — dije, con mi celular en mano para contestar la llamada entrante que tenía. Era un número desconocido.

— Sí — respondió y le dió un sorbo a su vaso.

Me levante de mi asiento y caminé hasta el baño, donde había menos ruido podría hablar tranquila. El timbre dejó de sonar por un momento, pero volvió hacer ruido apenas se cortó. Así que, apreté el botón ver y contesté. 

— ¿Hola? — pregunté confundida. Estaba segura que podía ser una de esas propagandas de la compañía que te ofrecen combos para tu celular, o alguna oferta de algo.

Hola, hija — me saludaron del otro lado de la línea.

Reconocería esa voz por todas partes…

Es mamá.

Hacia mucho tiempo que no me comunicaba con ella por llamada. Solo recibí mails de ella preguntándome cómo estábamos mí hermana y yo. Un lado de mí estaba feliz por haber escuchado la voz de mamá, pero otra parte estaba un poco triste, porque me gustaría recibir más llamadas de parte de ellos.


(...)


— Volví~ — avisé y me senté devuelta en mí silla, frente a mi hermana.

— ¿Quien era? — preguntó mi hermana, apoyando su rostro en el dorso de su mano.

— Era mamá —respondí y metí un puño de papas fritas en mí boca.

— ¿En serio? — preguntó con los ojos abiertos como platos.

— Sí — asentí.

— ¿Que dijeron? —preguntó.

— Me dijeron que tenía que volver a Busan para manejar unas cosas de su empresa — me encogí de hombros.

— No puedes ir, eres parte de BlackPink y tiene mucho trabajo para hacer — reclamó Cata.

— Es lo mismo que les dije — suspiré — Ellos dijeron que solo era por unos días y luego volveré a Seúl. Que no tenía nada de que preocuparme — repetí lo que nuestra madre nos había dicho — Tengo que ir.

—Esta bien, pero vuelve — dijo y me señaló con el dedo índice.

Las dos seguimos charlando de como iban las cosas en nuestras vidas de casadas. Ella me contaba algunas travesuras que hacía Taehyung cuando ella no estaba y que después, Cata encontraba toda la casa desordenada. También me contó de que comí seguía su trabajo con esos siete chicos locos, en JYP.

Miré la hora en el celular. Ya se estaba haciendo tarde y Jin debe estar esperándome. Pagamos la cuenta del bar y nos fuimos del lugar. Subirnos a su auto y Cata me llevó a mí casa. Una vez frente a ella, me despedí de mí hermana con un abrazo y salí del auto. 

Jin y Tu→ #2 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora