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Aquella noche era cálida. En el cielo no se distinguía ninguna nube y las estrellas estaban más radiantes que nunca. En la roca de la manda Kiara dormía sutilmente con las demás leonas. Kovu, aun despierto, andaba de un lado para otro trayendo cosas de aquí para acá.

_¿Que haces aun despierto?_ dijo una voz grave

_¡Simba!_ dijo Kovu alarmado _Estoy preparando todo para la llegada de los cachorros, quiero que todo vaya bien y no haya inconvenientes_

_Está bien, pero no te quedes hasta tarde. Recuerda que mañana te tengo que enseñar cómo ser un buen rey_ dijo Simba adormilado

_Muchas gracias alteza_ se despidió Kovu y siguió con el ajetreo

Después de haber acabado, Kovu se sentó en la roca. Sus ojos verdes miraban de forma pensativa la sabana, mientras que una suave brisa acariciaba su tupida melena negra. Tenía la mente llena de pensamientos, y el de sus hijos era el que más le preocupaba. Se alegraba de ser padre, pero también sentía temor de lo que les pudiese ocurrir a sus cachorros. En un par de días nacerían y el parto sería difícil, Kovu lo sabía. Como cualquier padre responsable quería darles los mejores cuidados y atenciones a sus hijos pero no sabía si el clima y la situación se lo permitirían. Ya le había pasado más veces, ese pensamiento inquietante que no le dejaba dormir. Ya se lo había comentado a Kiara pero ella se limitaba a decirle _Kovu, eres un buen esposo y serás un gran rey_ le decía con tono dulce_ serás también un gran padre. No quiero que te preocupes demasiado pues nada podrá detenernos. Kovu sonreía y se alejaba hasta que el mal augurio volvía a perturbar su tranquilidad.

Kovu continúo mirando la sabana y pensó en que, no solo debía ocuparse de las preparaciones para ser un buen rey, de kiara y de la manada, sino también de sus cachorros. Kovu decidió no pensar más en ello y aprovechar las últimas horas de luz para descansar, mañana seria un día ajetreado. Llego a la roca, allí estaba toda la manada durmiendo. Kovu pudo divisar a Kiara en el centro de la cueva. Llego hasta allí y se tumbo con suavidad en el suelo levantando una pequeña cantidad de polvo y tierra. Se dispuso a cerrar los ojos cuando una voz le susurro al oído _Todo saldrá bien, descansa y no te preocupes_ dijo Kiara con una voz armoniosa y seguidamente le dio un lametón en la mejilla derecha.

 Se dispuso a cerrar los ojos cuando una voz le susurro al oído _Todo saldrá bien, descansa y no te preocupes_ dijo Kiara con una voz armoniosa y seguidamente le dio un lametón en la mejilla derecha

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Kovu se giro para mirarla pero cuando lo hizo Kiara tenía los ojos cerrados y una mueca burlona en la cara. El futuro rey sonrió. Ah, cuantas veces habían sido las que no había podido dormir por aquellos pensamientos. Entonces comprendió que debía calmarse y no preocuparse, cerro suavemente los ojos y se quedo dormido.

El legado de KiaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora