Quizá prefiera no volver a verte nunca. Porque sentirte cerca sin poder tenerte, es más devastador que obligarme a olvidarte y convencerme a mí misma de que has desaparecido. Por eso, hay días en los que me inunda el deseo de no haberte conocido jamás.
Pero luego me arrepiento de mis impulsivos sentimientos, y me recuerdo lo mucho que vale la pena cada centímetro de ti. Y las historias que te componen, las miles de palabras salidas de tu boca y cada memoria que me evocan. Esas, son las joyas que preservo bajo llave en un recóndito rincón de mi alma. Un pequeño lugar al que acudo a menudo, que aun siendo un refugio doloroso, conserva el cálido y acogedor aroma de tus brazos.
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𝗗𝗲𝘀𝗰𝗮𝗹𝘇𝗮
Poesía«𝘊𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘯𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘪𝘵𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘭𝘰𝘴 𝘻𝘢𝘱𝘢𝘵𝘰𝘴, 𝘤𝘢𝘮𝘪𝘯𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘮𝘢𝘺𝘰𝘳 𝘭𝘪𝘨𝘦𝘳𝘦𝘻𝘢. 𝘕𝘰𝘵𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘦𝘭 𝘧𝘳𝘦𝘴𝘤𝘰𝘳 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘩𝘪𝘦𝘳𝘣𝘢 𝘺 𝘥𝘦 𝘱𝘳𝘰𝘯𝘵𝘰 𝘴𝘰𝘮𝘰𝘴 𝘮𝘢́𝘴 𝘭𝘪𝘣𝘳𝘦𝘴. 𝘝𝘪𝘷𝘪𝘮𝘰𝘴 𝘮𝘢́...