𝗩𝗶𝗼𝗹𝗶𝗻𝗲𝘀

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Escucho música que no suena.

Estoy atenta a esa melodía que no se oye,
pero que me hace bailar sin moverme
y consigue acelerar el ritmo que marca
la batería que llevo en el pecho.

Es un tarareo mágico;
perfecto y angelical.

Pienso, que así deben sonar
las canciones del cielo.

Y mientras tanto sigo,
en mitad de ese silencio donde reinan
los violines de tu sonrisa.

𝗗𝗲𝘀𝗰𝗮𝗹𝘇𝗮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora