Brusco

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Mi nombre es Josuke Higashikata, y tengo un poder que me asusta, pero a la vez me trae calma.
Tengo 16 años y mi vida, aunque común y aburrida por fuera, por dentro está llena de cosas que aún no entiendo. Y que no quiero entender.

-Hacen 27° y para la noche se pronostica que harán 25° con viento fresco

-Hoy saldré a correr al parque si continúa esta temperatura durante el día.

Son las 7:00 de la mañana y es mi primer día de clases de este nuevo año escolar. Se supone que tengo que estar en la escuela antes de las 8:00 por la ceremonia de apertura y todo eso, pero tendrán que esperar mi aparición. Mi cabello amaneció rebelde está mañana y hasta que no logre mi peinado perfecto no iré.

Debí demorar mucho arreglandome, porque mi mamá me gruño desde atrás de la puerta cuando terminaba de aplicarme mi bálsamo labial.

-¡Josuke Higashikata! ¡Tienes exactamente 5 segundos para bajar desayunar!

Suspiré y abrí la puerta de golpe, asustandola por lo repentino.

-Bajo con vos mamá -dije resignado y esplendido- La perfección lleva su tiempo, sabes.

-Estas hermoso Josuke, con y sin tu peinado - Me dijo con los ojos brillantes- Siempre te lo digo.

Le tome la mano y baje con ella. Siempre fuimos muy cercanos, sobretodo porque crecí solo teniéndola a ella. De mi padre no se mucho, pero no lo necesitábamos. Nosotros éramos autosuficientes.

Ya habiendo desayunado, me fui a poner mis tenis para partir a la escuela. Tendría que apurar el paso un poco para llegar a tiempo a la ceremonia.

-Ten - Mi mamá me tendió un paquetito pequeño- para que tengas éxito este año.

-Gracias -le di un cálido beso en la mejilla- Nos vemos a la noche ma.

Era un pequeño paquetito con un arito en forma de un mini delfín dentro ¿Un delfín? Qué habrá estado leyendo ahora para pensar que un delfín me traería éxito, le sonreí para no disgustarla por el gesto.

-Ya se lo que piensas, pero leí que son las criaturas marinas más inteligentes y a ti te hace falta un empujón para que saques mejores notas este año. Solo son mis buenos deseos.

-Me voy, siento que será un mejor año ahora.

Siempre le hago caso a mí mamá y está fue su forma amable de decirme "Estudia o estás muerto". Mensaje acatado fuerte y claro.

De camino al colegio fue lo mismo de siempre, sin novedades. El acto de apertura, lo mismo de siempre, palabrerías y discursos aburridos.

Lo único nuevo, fue el chico de cicatrices en la cara, Okiyasu, que se mudó recientemente aquí y que por algún motivo que desconozco se me pegó como pulga al perro. Congeniamos bien y estábamos en el mismo curso que Koichi, por lo que al menos las clases pintaban mejor.

Al terminar las clases y volver a casa, nos dimos cuenta que Okiyasu vivía a 20 metros de mi casa, en la casa abandonada. Ya al menos las idas y vueltas a la escuela pintaban una gran mejoría.

-Chau, mañana vayamos juntos a la escuela -Me despedí de el.

-Entonces hasta mañana Josuke, pasó temprano a buscarte.

-Sip, chiao.

Llegué a casa, deje mis cosas abarrotadas por ahí en mi cuarto y me cambie para salir a trotar. Si bien es cierto que voy a estar haciendo ejercicio, eso no implica que deba verme mal al hacerlo.

Me costó elegir entre un equipo de short corto color salmón con una remera de mangas cortas (cortísimas) de color negro o un conjunto rojo enterizo. Al final me decante por el primer outfit y me prepare para salir, me lleve mi botella de agua fria y mi toalla en el bolso. Sin más, me arregle un poco más el cabello, baje y me puse los tenis negros y salí afuera camino al parque.

Ya en el parque, fui hacia el lago y empecé a hacer ejercicios de calentamiento, ya con la caminata había empezado a entrar en calor, pero no lo suficiente para empezar.

Poco a poco me fui relajando, estaba tan a gusto con mi entorno que cerré los ojos para disfrutar lo último de calma antes de correr y entrenar, este lugar lo conocía como la palma de mi mano y en el horario en el que vengo a entrenar nunca hay nadie, por eso puedo relajarme y disfrutar tanto.

Al final di un largo suspiro y antes de abrir los ojos del todo empecé a trotar unos metros y sentí que choque fuerte contra un muro solido, cayendo de culo al piso.

-OUCHHH - Llegue a decir antes de mirar contra que me golpee. - No me voy a sentar en un messs.

Abrí los ojos llorosos cuando pasó un poco la impresión y frente a mi tenía dos esmeraldas que me miraban atenta y fríamente. Su rostro estaba serio, esculpido de lo perfecto que era.  Empecé a sentir un ardor en mi nariz de solo mirarlo.

-Tch, abre los ojos antes de correr muchacho - Me dijo aquel sujeto con la voz más gruesa y tosca que escuché- ¿Te encuentras bien?

Creo que mi cerebro dejo de funcionar y lo único que sentía es a mi corazón bombear a contrarreloj. Entre sus ojos y rostro serios y duros y su voz tan penetrante causo algo en mi que no entendí. Estaba atónito ante lo que tenía al frente y este sólo dio un suspiro corto.

-Dame un respiro... Te golpeaste el culo, no la cabeza -Me agarró del brazo y se levanto de un tirón llevándome con él- No me hagas repetirlo, ¿Estás bien?

-Eh... S-si... E-estoy... - poco a poco empecé a articular y recobrar la compostura- Estoy bien.

En ese momento parecía que mis neuronas empezaron a hacer sinapsis y se pusieron a funcionar de nuevo, me di cuenta que tenía todo el rostro ardiendo como un tomate y miré hacia abajo para limpiarme rápidamente el culo de tierra y acomodarme rápidamente.

El tipo solo se aclaró la garganta y súbitamente levante la vista hacia el mordiéndome el labio inconcientemente, me di cuenta que me miraba fijamente con un gesto de hastío en su rostro. Cómo si estuviera acostumbrado a tratar con gente atónita de solo verlo. Eso me dio una dolorosa punzada en el pecho que no podía aguantar más.

-Yo... - Empecé, sin mirarlo- Yo lo siento muchísimo -con mi nariz prácticamente toque mis rodillas de la inclinación que logre para pedir disculpas- Me disculpa...

No termine de decir aquello, que arranque a correr con todas mis fuerzas hasta casi perder el aliento. Quería dejar atrás ese momento incómodo y mortificante. No quería pensar en nada.

Terminé en la puerta de mi habitación, con un dolor punzante en mi costado por respirar mal y un ardor en varias partes de mi cuerpo.
No recuerdo cómo hice para llegar a mi cuarto con lo cansado y estresado que estaba. Tenía las emociones como un huracán y lo único que atiné fue a tirarme en el piso tapándome la cara con un cojín de adorno que tenía.

-¿Qué me pasó? - rezongue a través de la almohada- Yo, Josuke, nunca me quedo sin palabras para responder a nadie, salvo a mi madre.

No podía quitarme de encima esos ojos, la forma de su rostro que parecía que nunca sonreía por la falta de arrugas. Era un ser inmaculado y escultural.

Yo ya tenía mis sospechas sobre mi inclinación sexual, podía disernir que habían mujeres y hombres lindos, pero nunca sentí nada para ningún género en específico. Nunca así. Nunca me sentí tan en la nebulosa solo por mirar a alguien. Quería olvidar lo que pasó, porque fue muy embarazosa la forma en la que reaccione, como si fuera un ciervito, pero tampoco quería olvidarlo todo... Sus ojos eran increíbles, era del tipo duro, y su vestimenta era muy sexy, a pesar de que iba todo cubierto.

-Ahhhhhhhh!!!!- grité- En que mierda estoy pensandoooooooo!!!!!

Me levanté de golpe y me fui a dar un baño de agua fria para calmarme. Tenía que relajarme o me volvería loco.

Después de una buena hora de baño profundo, note que estaba más calmado y dispuesto a repensar todo. No me di cuenta que alguien se había acercado tanto a mí, estaba a unos metros. Era extraño, por mas relajado que haya estado, algún ruido tendría que haber sentido y ahora que lo pensaba mejor, con otra perspectiva, no estaba seguro si lo que vio fue hastío o burla en su rostro. Era desconcertante.

-Bueno, mejor no pensar más en eso, no creo volver a verlo nunca más. Me voy a dormir y mañana será otro día.

Why you [JotaJosu Jojo novel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora