Despues de informar a Andrew de todo lo que había ocurrido, volviamos a casa de Josuke. Lo más probable es que su madre quisiera verlo.
Ya era casi el atardecer porque estábamos en esa hora espectacular en donde todo se ve rosado y naranja y habían pasado muchas horas desde que todo ocurrió.Estábamos en mi auto (que trajo Andrew tan amablemente) y solo íbamos el y yo. Estábamos en silencio, pero podía sentirlo incómodo por todo lo que había pasado y seguramente por todas su heridas. Era muy curioso como el, que podía restaurar heridas, no pudiera restaurarse a si mismo. Por otro lado, una parte de mi aún estaba totalmente ido de la furia por el daño que le habían hecho, quisiera molerla a golpes yo mismo, pero Josuke que es una persona extremadamente bondadosa, decidió restaurar a la perra loca para que la fundación pudiera interrogarla y averiguar más sobre toda la situación que se creó. Al menos Andrew me juro que no iban a ser amables y no dudaba de aquello porque sus métodos eran peculiares hasta para mí. Suspiré.
-¿Jotaro? -lo miré de reojo, pero el estaba concentrado en sus rodillas- ¿Te sientes bien? ¿Te duele algo?
-Si
No sabía cómo hablar con el, no sabía si estaba bien acercarme más. Después de todo, aún soy un peligro para las personas que amo. Eso quedó demostrado con los hechos de hoy.
No hablamos más, cada uno sumergido en sus propios pensamientos.
Al llegar a su casa, su mamá estaba en la puerta esperándonos (la había llamado antes de salir de allá mientras desinfectaban las heridas de Josuke)
-¡¡¡JOSUKE!!!
Tomoko se tiro encima de él y yo algo molesto y celoso por su proximidad me acomodé la gorra y miré para abajo poniendo las manos en mis bolsillos. Aquello era incómodo.
-¡Ay mamá, me duele! -gritó el peliazul- me vas a volver a abrir.
Aquello no fue lo mejor que pudo haber dicho porque ella automáticamente se hecho a llorar y muy posiblemente, a causa de todo el estrés y el pánico acumulado se desmorono en el suelo.
-¡Mamá!
Josuke inmediatamente la alzó y la llevó adentro, como todo un caballero a pesar de poner caras de dolor por el esfuerzo, después la acomodo en el sillón de la sala de estar en medio de suspiros.
-Debe haber sufrido mucho, no creo que pueda hacer nada con mi Stand -Murmuró-.
-No tiene daño alguno, simplemente se apagó.
-Siempre tan cálido...
-La llevaré a su cuarto, va a estar más cómoda allí.
No iba a permitir que el hiciera tanto esfuerzo y se lastimara más aun. Invoqué a Star Platinum e hice que la cargara escaleras arriba, porque yo tampoco iba a tentar con la suerte y quizás joderme el ciático, que problema. Una vez la acostamos, me decidí a irme para dejarlos descansar, pero cuando estaba por el pasillo que daba al living, sentí unos brazos alrededor de mi cintura.
-Por favor... No te vayas... Puedes... ¿Puedes quedarte? Solo por hoy.
Arrghhhh no podía resistirme a aquello. Pero quedarme iba a ser más incómodo para los dos. Me apretó aún más fuerte.
-Por favor, Jotaro.
¡Ah maldición!
-Dame un respiro. Esta bien -Suspiré tomando sus manos- Pero primero ve a darte un baño, yo me encargo de prepararte algo, debes tener hambre.
Cómo si de una campana se tratara, ambos sentimos rugir nuestros estómagos. Aquello fue la cosa más embarazosa que viví, lo juro por Dios.
-Eh... Esta bien.
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Why you [JotaJosu Jojo novel]
Teen FictionMi nombre es Josuke Higashikata, y soy un usuario de Stand. Tengo 16 años y mi vida, aunque común y aburrida por fuera, por dentro está llena de cosas que aún no entiendo. Y que no quiero entender. Yo soy Jotaro Kujo y aunque no busco, ni quiero ni...