Odio el destino

204 31 12
                                    

Durante toda la mañana fui un revoltijo de odio, bronca y desesperación. Temprano me fui a la estación de policía y pregunte por una tal Tomoko de aproximadamente 45 años con un hijo de entre 15 y 17 años. Todos me tiraron miradas confusas y algunos miradas de desprecio, hasta que se acercó un hombre de edad avanzada y me llevó a una habitación de interrogacion.

-¿Cuál es su nombre señor? -Me dijo firme, evaluandome.

-Kujo Jotaro - Respondí entregándole mi pasaporte que había llevado por si pasaba algo asi.

-Bien ¿y usted para que necesita esa información?

-Soy biólogo marino -Para mi, eso era mas importante que mi estúpido lineaje maldito- y nieto de Joseph Joestar. Tengo entendido que durante su estadía hace 15 o 17 años, el engañó a su esposa y producto de aquello nació un niño. Recientemente por rumores de la fundación donde trabajo, se enteró de aquello, puesto que desconocía del embarazo del muchacho.

Por unos segundos permaneció en silencio y luego vi como se sentaba y sus ojos se llenaban de lágrimas.

Con todo lo que pasó después, hasta a mí me dejó sin palabras y solo pude sentir un gran y maldito rencor hacia mi destino.

Y aquí estaba ahora, frente a la puerta del muchacho que no puedo tener y que a decir verdad, estaba endemoniadamente bueno.

-Josuke -saludé simplemente- Vamos al auto, tenemos que hablar.

No quería mirarlo mucho porque debía controlarme. Era mi maldito tío.

-Si... -Sonaba descepcionado- Buen día Jotaro-san.

Cerré los ojos por unos instantes cuando me di la vuelta hacia el auto. Aquello iba a ser doloroso y yo había dejado que sea así. ¡Merezco el puto infierno!

Josuke se subió inmediatamente tras de mí en el asiento del copiloto. Cómo hacía calor, encendí el aire y arranqué el motor. Si iba a terminar de destrozar todo, al menos lo iba a hacer en un lugar donde pueda empezar a sanar.

El viaje fue silencioso, pero de reojo notaba que el estaba nervioso y tenía una expresión contrariada. Jesús y aún no sabe lo que le espera.

-¿A dónde estamos yendo?

-A un buen lugar.

No dijimos más nada y en quince minutos llegamos ahí.

......

Para ser sincero, nunca esperé una cara de piedra y ceño fruncido del otro lado de la puerta. Había sonado brusco al telefono, pero había pensado que él era así. Ahora veo que es todo lo contrario. Me siento algo indefenso y me asusta porque parecía que estaba enojado conmigo. Sabía que había actuado mal ayer, pero ¿Era para tanto? No. Aquí pasaba algo más.

Le pregunté hacia donde íbamos, porque parecía que salíamos de Morioh y efectivamente. Me dijo que íbamos a un lugar lindo y el único que conozco por este camino es una pequeña playa, alejada de todo. Solo había un pequeño puerto que nadie usaba y arena.

Al llegar, el estaciono ahí y se bajó inmediatamente, como si el tiempo lo corriera. Yo lo seguí hasta el pequeño puerto y vi que se sentó en el borde, mirando al horizonte. Sentí un nudo en el estómago, verlo dolía porque podía notar su soledad y desesperanza en su mirada. No me dijo nada y espero a que me sentara.

Yo también mire al horizonte y me sentí calmado, porque el mar tiene ese efecto en todo el mundo. Es un bálsamo universal.

-Josuke Higashitaka -Murmuró- Nacido en 1983, fué criado únicamente por su madre Tomoko Higashitaka y su abuelo, padre de esta.

-¿Esto es una especie de acoso? -tragué saliva, me puso nervioso escucharlo con la voz pesada y neutra. Lo miré- ¿porqué sabes esas cosas?

-Vine a Japón con el objetivo de encontrar al hijo no reconocido de Joseph Joestar. El no sabía de tu existencia hasta hace unos meses que empezó la investigación por unos rumores en la fundación Speedwagon. Esta mañana hablé con tu abuelo y me contó todo sobre su familia.

No podía decir nada ¿Qué puedo decir de todo esto? ¿En dónde encaja el en todo esto? ¡Eso es!

-¿Y... Y tú, quien eres Jotaro-san? -me asusté de nuevo, tenía que confirmar que solo es un trabajador de esa organización, y nada más. Ahora que lo miraba mejor, nuestros rostros parecidos para mí no debian decir nada, no son nada. Lo agarré del brazo e hice que me mirara, necesitaba que me confirmara aquello- ¿Eres solo un trabajador?

Por unas respiraciones, no dijo nada. Solo se quedó mirándome a los ojos y cuando ya no podía más de la anticipación, me tomo del rostro y con una desesperación furiosa, estampó sus labios sobre los míos. Al principio no reaccioné, ni yo me lo esperaba, pero poco después tiré mis brazos sobre su cuello y le devolví el beso, cargado de todo lo que venía imaginando y sintiendo desde el lunes que lo conocí cuando perdí mi mente.

Nuestras respiraciones se hicieron pesadas y el introdujo su lengua dentro mío y el beso se profundizó de una forma que nunca sentí, tenia el rostro rojo, febril y cuando el tomo de mi cintura y me apretó para devorarme con más fuerza la boca, me sentí totalmente encendido. Esto se sentía frenético y desesperado, casi como un despedida.

Espera ¿Qué? Eso me sacó del entumecimiento y lo empujé levemente. Aún no había respondido mi pregunta.

-¿Quién eres? -repetí y pude ver la tormenta en sus ojos, el conflicto- ¡Jotaro! -le di un leve golpe en los hombros, porque aún tenía mis brazos alrededor suyo- ¡dime quién eres!

El subió sus manos a mi rostro y cerró los ojos apoyando su frente con la mía. Pude sentir el dolor en su voz.

-Soy Kujo Jotaro, nieto de Joseph Joestar.

Y ahí caí junto a él en la tormenta.

Why you [JotaJosu Jojo novel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora