Mis padres han venido a pasar el fin de semana aquí, raro en ellos.
Miki se ha ido a dormir a casa de Joan con Dave y Carlos, están enfadados con Damion.
El muy idiota de mi primo se ha dejado el cargador del móvil y me ha llamado para que vaya a dárselo. Me he intentado escabullir pero es muy impertinente cuando tiene menos de 20% de batería así que voy de camino a casa de Joan a dárselo, por suerte, vive solo a un par de calles y en menos de diez minutos estoy allí llamando al timbre.
– Vaya... Pero si está aquí Marilyn.
– ¿Está mi primo?
– Sí, pasa.– Se hace a un lado para que pueda pasar a lo que yo respondo con un tímido gracias. Siempre me ha gustado la casa de Joan, es bastante parecida a la mía: todo blanco y beige, salvo que aquí hay azucenas en lugar de girasoles.
– Sígueme, rubita.
– Vale, pero no andes tan rápido.– Añado poniendo cara de bebé.
– Yo no ando rápido, Marilyn. Ven.
–Me das miedo.
–Acércate, Marilia.
– Vaale. – Al momento me arrepiento, pues me coge como a una princesa.– ¡Carlos! Bájame que peso mucho.
–Haces fuerza hacia abajo, por eso pesas tanto.– Empieza a subir las escaleras y yo, como un acto reflejo, me agarro a su cuello haciendo que nuestras caras queden tan cerca que noto su aliento con olor a menta en mi boca. Y entonces, me besa, me besa como nadie lo ha hecho nunca. Primero es un beso dulce y calmado y de repente es un beso lleno de pasión. Solo nos separamos cuando nos quedamos sin aire y él me baja.
– Carlos, yo...
– ¿Te arrepientes?
– ¿Tú?
– Yo he preguntado primero– dice, y una sonrisa pícara aparece en su rostro
– No, ¿ Y tú?– Tengo miedo de su respuesta.
– En absoluto, Marilyn.
– Carlos, ¿Ha llegado ya mi prima?– Señoras y señores Miki Núñez/ Mister oportuno.
– Hola Miki. Toma, el cargador.
– Gracias rubia. Y ahora, fuera.
– Yo también te quiero primo.
– Va, Marilia. Oye, ¿ Hoy es viernes, no?
– Sip.
– ¿Vamos a ir al karaoke? – Y es que si hay algo que nos une a los 9 es la música. Todos los viernes vamos a un pequeño karaoke-bar y pasamos horas allí.
– Claro, avisaré a las chicas.
– Guay, hasta luego, rubia.
– Te acompaño a la puerta, Marilyn. –Nos dirigimos a la puerta envueltos en un silencio un tanto incómodo.
– Bien...
– Bien...
– Carlos... No podemos estar juntos.
– ¿Por qué? – Pregunta visiblemente molesto.
– Porque si se entera mi primo, nos mata.
– ¿Por qué se tendría que enterar?
– Seguro que se me escapa.
– Ya ves jajajaj.
– Hagamos una cosa.
– Me das miedo.
– Que va.
– Suéltalo, anda.
– Este finde nos "alejamos" es decir, nada de llamadas, mensajes ni miraditas y el lunes hablamos.
– ...•|•|•|•|•|•|•|•|•|•|•|•|•|•|•|•|•|•|•
Se vino beso😳. A ver qué pasa en el karaoke... 🙊
Gracias por leer 🌻👌🏼

ESTÁS LEYENDO
¿Qué somos?
Fanfiction¿Quién les iba a decir a Marilia y a Carlos que este curso que estaba por comenzar sería tan distinto?