ᵀʰᵉʸ; ᴴᵉ & ˢʰᵉ

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Narra ella:

Mi corazón dice que está mal. Oh no, mi cerebro también dice que está mal.
¿A quién le debo hacer caso? Bien dicen que hay veces en las que hay que sentir con el cerebro y no el corazón ¡Él nos hace tan tontos! Pero el primero tampoco es de fiar.

Todo comienza casualmente.. él, no él no, mi hermano llega y me pide un favor ¡Claro que lo iba a hacer! Después de todo es mi adorado hermanito. Parecía sencillo lo pedido, lo que me llevo a cumplirlo prontamente.

Una vez al entrar en ESA habitación todo se vio malditamente jodido. ÉL se hallaba sentado en el sillón abrazando, con la poca fuerza que poseía, sus piernas y mirando hacia la ventana que tenía a su derecha. El cuarto era extremadamente pequeño, sólo tenía lugar para la ventana, el sillón y él. Me quedé mirándolo sin decir nada esperando a que él se volteara y me preguntará qué hacía ahí o quién era pero nada.

Nada, no era nada..

Su magnífico perfil me invitaba a llenarlo de alabanzas unas las cuales afortunadamente no salieron de mi boca. Se trataba de un hombre bastante grande.. ¡Era mayor que yo y de alguna forma lograba parecerme lindo!. Estaba tal cual la última vez, cuando murió.

¿Raro,verdad?

-Hey-me animé a decir luego de varios minutos.

Finalmente volteo su rostro y plantó sus bonitos ojos sobre mí, me sentía extraña pero de una buena manera-Shane..-lo escuche susurrar.

-¿Huh?-dije sin pensar, luego me dediqué a hacerlo pensando en que quizás le recordaba a alguien.

-Oh..nada..sólo... se me escapó, lo siento-en ningún momento pestañeó mientras que me miraba completa, desde arriba hacia abajo.

-Mhm...bueno... cómo decirlo ¡Estoy aquí para traerte de vuelta a la tierra! ¡Para darte vida!-sonreí ampliamente para que no me tratase de loca.

-¿Vida?...no entiendo..-Suspiré dándole la razón iniciando después mi larga explicación.