Dybbuk [OffGun]

Capítulo 6

Off

El me llamo P'Off.

Solo Rome me llama así. Sus ojos estaban llenos de lagrimas y su rostro húmedo por el llanto. Sus propios padres le hacían daño. Estaba tan asustado, su cuerpo temblaba mientras se ocultaba detrás de mí. Cinco pares de ojos se dirigieron hacia nosotros.

Nadie tocaría a Rome.

—Hablemos afuera —la madre de Rome hablo suavemente, comparado a la ultima vez, sonaba amable —yo tampoco quiero que lo hagan.

No quería dejar a Rome solo, él me necesitaba a su lado.

Mire a los hombres que estaban en la habitación. Mis puños se cerraron con fuerza mientras los observaba, ellos eran los que asustaban a mi Rome. No soy una persona violenta, pero al verlos lo único que deseaba era golpearlos hasta que no fueran mas que una bola pulsante y llena de sangre.

Sacudí mi cabeza cerrando los ojos, alejando esos pensamientos.

—No saldré hasta que ellos lo hagan —no era una petición, y por el tono de mi voz quedaba muy claro el mensaje "largo".

Fui el último en abandonar la habitación, dejar a Rome solo parecía lo mas seguro. Seguí a los padres de Rome por el pasillo, parecía que no querían hablar donde él nos pudiera escuchar.

—La decisión esta tomada —su padre fue el primero en hablar, aun estábamos en los pasillos del hospital, a solo unas puertas de la habitación de Rome —los papeles ya están listos.

—¿De que habla? —estaba mas calmado, ya no tenia ganas de matar a nadie, solo me sentía confundido sobre lo que estaban haciendo —¿Qué decisión?

—Llevaran a Rome al psiquiátrico.

—¿Por qué? Solo tiene amnesia —comenzaba a molestarme nuevamente —esa no es una razón válida.

—Intento matar a su madre —el hombre señalo a su esposa —mira su cuello, Rome lo hizo.

Hice lo que me dijo, realmente me estaba volviendo bipolar, ahora quería reír, de solo imaginar a Rome saltar sobre alguien para hacerle daño. Aunque las marcas moradas en el cuello de su madre eran muy reales, y para nada graciosas.

—Rome nunca... —mi voz se apago, sin terminar la frase.

—Si, Rome nunca lo haría —el hombre continuo con su voz aumentando de volumen con cada palabra —pero ese ya no es Rome.

—¿Entonces quien es? —la madre de Rome rompió su silencio, mirando con rabia a su esposo.

—Está asustado —murmure —ustedes lo han presionado tanto que lo confunden.

—Es el estrés —su madre asintió —no sabe quiénes somos.

—¡Dejen de justificarlo! —su grito llamo la atención de personal del hospital y algunas personas que paseaban cerca, sus miradas reprobatorias no parecieron afectarle, apretó la mandíbula y miro de su esposa a mi —¿esperaran a que mate a alguien?

—No llegara a tanto —suspire, tal vez no era Rome cuando ataco a su madre, él nunca lo haría —no lo permitiré.

—Una camisa de fuerza será más efectiva, no puedes vigilarlo las 24 horas del día.

—No es necesario que lo vigile 24 horas, debe dormir en algún momento.

—¿Intentas bromear?

—Estamos muy alterados —levante mis manos, con las palmas abiertas —y Rome debe estar muerto de miedo allá atrás, seguro sentado en un rincón abrazando sus piernas mientras se balancea de atrás hacia adelante llorando.